Terminada la primera semana de carrera del Giro de Italia, Juanpe López aún sigue vestido de rosa. Seis días que han sido un auténtico sueño para él y que peleará por prolongar tanto como pueda. El domingo superó el primer escollo en el Blockhaus, cediendo tiempo, pero logrando retener la preciada prenda durante varios días más: “No esperaba ponerme la maglia rosa. Vine al Giro para ganar una etapa y ahora llevo seis días de líder, es un sueño. Voy día a día, disfruto de cada kilómetro, de cada momento. Voy a defender la maglia todo lo que pueda, tal y como hice ayer, y estaré orgulloso de mí y del equipo”.
Preguntado por la posibilidad de terminar la carrera entre los mejores de la general, el sevillano no se marca metas, sino que espera disfrutar día a día y ver dónde le sitúa la carrera tras cada jornada: “Mañana empieza otra semana, disfruto con la maglia, pero no sé hasta dónde podré llegar con ella. No sé si el podio es posible o no. Si lo consigo, estaré feliz, sino, también. Daré el 100% en todo momento y el resultado que venga, bueno será”. La pérdida pudo ser menor, pero un afilador en plena ascensión le cortó del grupo en la parte decisiva, teniendo que gastar más fuerzas en solitario: “No sé si hubiera llegado con los primeros, pero creo que habría perdido menos tiempo. Tuve esa caída en un mal momento, solo ante el viento, y gasté mucha energía”
Su compañero y, a priori líder del equipo, Giulio Ciccone, perdió mucho tiempo en la etapa reina de la pasada semana. Sin embargo, el resto de ciclistas del Trek-Segafredo ayudarán a ambos por igual, ya sea en torno a la general a pelear por triunfos parciales: “Con Ciccone pensaremos ahora en ganar alguna etapa. Es un corredor fuerte física y mentalmente. Vamos a intentar hacer una carrera bonita y, por qué no, que se meta en la lucha por la general. Ayer él tuvo un mal día. El equipo está dispuesto para ayudar a los dos y él tendrá sus opciones de etapa”.
Su objetivo en un principio era el triunfo de etapa, algo que, vestido de rosa, tendrá más complicado probablemente. Su planteamiento de carrera hace tan solo unos días pasaba por meterse en fugas desde lejos, algo que no descarta en caso de perder el liderato: “Me gustaría mantener el rosa, pero la posibilidad de ganar una etapa no se me quita de la cabeza. No he ganado aún en el campo profesional, pero quiero que llegue, en esta o en otra carrera”. Del mismo modo, mirando a largo plazo, otro posible reto para él podría ser la clasificación de los jóvenes: “El maillot blanco también puede ser un objetivo, aunque está también Joao Almeida luchando por él”.
El foco de todas las cámaras puesto en torno a él no le ha cambiado, sin embargo, a nivel personal. El lebrijano da muestra de su humildad en un momento de máxima exposición mediática: “Esta semana empecé como el primer día del Giro. Soy la misma persona, no ha cambiado nada en mi vida. Solo llevo un maillot diferente al de los otros ciclistas y disfruto de él”. Su preparación previa a la Corsa Rosa se ha visto recompensada de una forma mucho mayor de la que podría haber imaginado: “He trabajado mucho para estar en el Giro, para ganar una etapa. En la concentración del equipo en Sierra Nevada mis compañeros me dijeron que era fuerte, pero no creía tanto en mí mismo. Ahora he conseguido este premio en el Giro”.
Todo llega además en su debut en la ronda italiana, la cuál está disfrutando desde el primer día: “Siempre me habían dicho que iba a la carrera más bonita del mundo, pero nunca había corrido el Giro. El inicio en Hungría fue increíble, incluso lloré un poco de la emoción. Los primeros kilómetros de la carrera fueron de los mejores días de mi vida».