De todo el mundo eran conocidas las bondades de la pista de Aguascalientes, aunque no ha sido hasta ese record de la hora de Victor Campenaerts cuando ha tenido el máximo reconocimiento mundial. Y mucha gente sabía que aún había otro velódromo aún más alto, pero no ha sido hasta el reciente Panamericano –con tres plusmarcas mundiales superadas- cuando se ha conocido el potencial de los más de 2.500 metros de altitud de Cochabamba. Aparte de la altitud, tienen en común que han sido construidos por Peter Junek, uno de los mejores constructores del mundo, al que Pez Cycling News le realiza una interesante entrevista, que se puede leer en Pez Cycling pero en TrackPiste os apuntamos algunos interesantes fragmentos.
De esta forma, el constructor canadiense de origen checo ironiza diciendo que “sería aburrido” que todos los velódromos tuviesen la misma forma. “Los diseñadores hacen diferentes pistas, para bien o para mal”, aunque sí señala que hay unas reglas de oro, “que nadie las conoce excepto Ralph Schuermann y yo. Me tomó miles de horas pensarlo, miles de vueltas en velódromos y riesgos financieros sustanciales y sacrificio para resolverlo y estar en este negocio. Pero todo está a la venta a un precio”.
De la misma forma reconoce que Aguascalientes y de Cochabamba son rápidos por la altitud, “pero también por la superficie rápida y por la geometría adecuada. 9,1 segundos –la plusmarca de Nicholas Paul en 200- supone 79 kilómetros por hora y esta velocidad solo es posible en pistas con muy buenas transiciones y geometría de giro”.
Junek comenta que lleva construidas 33 pistas contando las pequeñas, y suscribe lo que le dijo Theo Bos hace tiempo de que considera el velódromo de Sangalhos (Anadia, Portugal) como el mejor del mundo, aunque aquello fue en 2009 y aún no se habían construido las dos pistas americanas. Y sobre Aguascalientes desmiente el bulo de que se pueda bajar la presión del aire a causa de su techo hinchable. “Mantener el techo hacia arriba requiere una presión de aire más alta que la del aire exterior. Esto neutraliza de alguna manera la ventaja de altitud de esta pista. Ajustar la presión del aire hacia abajo no tiene sentido, ya que colapsaría. La presión del aire se puede ajustar solo hacia arriba y no es una ayuda para la velocidad”.
Reconoce que nunca ha construido una pista de cemento. “Son dinosaurios, por muchas razones” y porque para exteriores “tengo una nueva invención, una superficie de velódromo de tiras de aluminio extruido antideslizante, sobre estructura de acero galvanizado. Más barato, portátil, construcción a prueba de tontos, vendible, reciclable”, señala.
Sobre sus construcciones tradicionales utiliza “chapa de madera laminada –que son varias capas de madera ensamblada con adhesivos-. Todas las piezas son absolutamente uniformes en cuanto a resistencia y contenido de humedad”, y que prefiere “supervisar personalmente a un equipo local de carpinteros. Es un trabajo duro enseñarles, trabajando con ellos de 8 a 12 horas por día. Pero es preferible para mí lidiar con la logística y, a veces, con regulaciones locales difíciles para los trabajadores foráneos”.
Finalmente señala que está trabajando en un velódromo en Japón para keirin, ya que el JKI pretende llevar las pruebas de keirin y sus apuestas a este tipo de recintos, en vez de las amplias pistas descubiertas en donde se desarrolla actualmente; así como en San Juan (Argentina), en Asker (Noruega) y en Taiwán. “Y estoy buscando un cliente para una pista de aluminio al aire libre en cualquier lugar”. ¿Alguien se anima por España?