KAS regresa al ciclismo como proveedor oficial de la Vuelta a España 2020 que recorre el norte del país de este a oeste. “La vuelta a La Vuelta” se produce en una edición con marcado acento norteño que coincide con el espíritu del refresco de origen vitoriano. La marca de Grupo PepsiCo retoma así su larga relación con este deporte rememorando el legado del mítico equipo KAS para la historia del ciclismo español.
La apuesta por apoyar #LaVuelta20 llega 32 años después de la retirada del equipo KAS, aunque el tiempo no ha borrado la huella que la empresa de refrescos local dejó en el ciclismo, ni la memoria de varias generaciones de españoles que se convirtieron en aficionados del deporte de dos ruedas.
Pese a que esta edición de La Vuelta Ciclista a España se celebra sin público debido a la COVID-19, KAS ha querido compartir con todos los aficionados la ilusión de estar de vuelta. KAS, el refresco de origen local desde 1956, ofrecerá la oportunidad de disfrutar la experiencia de #LaVuelta20 de la mano de Iván Mariñas deportista y duelista de MasterChef. El invitado vivirá una etapa de La Vuelta en primera persona, un pase único en el que será acompañado por el coruñés para sentir la emoción de la carrera desde dentro. El afortunado o afortunada podrá seguir al pelotón desde el coche oficial de La Vuelta y disfrutará del privilegio de sobrevolar la etapa en helicóptero y presenciar la llegada a meta de los ciclistas.
Este regreso, sin embargo, abre un nuevo capítulo en su historia que va más allá de la nostalgia. “Para nosotros estar de vuelta significa seguir construyendo sobre la herencia local y el arraigo de la marca al norte. Un hito con el que KAS renueva el apoyo a un deporte que consideramos muy de aquí, y por consiguiente, muy de KAS”, apunta Natalia Suazo, Directora de la Categoría de Bebidas para el Suroeste de Europa.
Una historia que arranca hace 62 años
El equipo KAS nació en Vitoria en 1958 de la mano de la familia Knörr, propietaria por aquel entonces de la empresa de refrescos. El equipo despuntó enseguida y a sus primeros éxitos le siguieron tres décadas de competición que lo convirtieron en un auténtico referente en el ciclismo español. Pero quizá el legado más notable del mítico equipo fue el impulso social que despertó la afición en torno a la bicicleta de muchos españoles. Un legado que sigue vivo a día de hoy en el imaginario colectivo de muchos deportistas, ciclistas, jóvenes y mayores que se emocionaron con los éxitos del KAS como si fueran propios y entendieron el potencial del deporte español ya en la pasada mitad del siglo XX.
Bajo el maillot de la marca de refrescos han corrido ciclistas tan emblemáticos como Federico Martín Bahamontes, Julio Jiménez, José Manuel Fuente, Txomin Perurena, José Pesarrodona o Sean Kelly, todos ellos de profundo impacto en la memoria del aficionado español e internacional.
Con este patrocinio, KAS reivindica su espíritu local ligado al norte en la edición de La Vuelta que atraviesa en su séptima etapa (27 octubre) el lugar que vio nacer a la marca de refrescos vasca.
El KAS, historia del ciclismo español
Todo comienza a finales de 1950 de la mano de la familia Knörr, aficionados al ciclismo y dueños de la fábrica de gaseosa de Vitoria El As. A raíz del lanzamiento de dos nuevos refrescos de naranja y limón, añaden la K de su apellido al nombre (K-As) y deciden patrocinar un equipo ciclista. El equipo obtiene sus primeros resultados rápidamente y se hace con los servicios del primer ganador español del Tour de Francia, Federico Martín Bahamontes. Durante sus primeros años de existencia, KAS se embolsa etapas en la Vuelta España, su primer podio (de la mano de José Segú) y numerosas victorias en el circuito nacional (Subida al Naranco, Vuelta a Andalucía o Clásica a los Puertos, entre otras).
Será en los años 60 cuando el equipo se convierta en el auténtico referente del ciclismo español, tanto por sus logros en la Vuelta (tres podios consecutivos entre 1966 y 1969, con victoria general de Patxi Gabica incluida) como en Europa. A partir de 1964 KAS llenaría su vitrina de trofeos internacionales: la prestigiosa Milán-Turín gracias a Valentín Uriona; etapas en Dauphiné y Giro de Italia; y variadas victorias en el Tour, muchas de ellas obtenidas por uno de los corredores más memorables de la estructura, Julio Jiménez.
Los 70 marcarían el punto culminante de un equipo ya entonces sinónimo de España y ciclismo. Corredores como Vicente López, José Pesadorrona y muy especialmente Txomin Perurena y José Manuel Fuente dominarían el calendario nacional y competirían con los mejores en el Tour de Francia y en el Giro de Italia. Fuente, en particular, ganaría dos Vueltas y subiría al podio de las pruebas francesas e italianas, insertando el nombre de KAS en la historia más selecta del deporte.
Tras dos décadas de andadura y centenares de triunfos en su haber, la primera etapa del equipo KAS llega a su fin en 1979. Aquel año la dirección del equipo contrata a múltiples corredores europeos (Van Impe y Criquielion a la cabeza) que obtienen notables victorias durante la temporada, insuficientes para mantener el equipo a flote. La desaparición de KAS supuso un trauma para el aficionado español, acostumbrado como estaba a su omnipresencia y competitividad en todas las carreras del calendario, muy en especial en La Vuelta.
Pero quizá el legado más notable del KAS fue el impulso social que logró crear afición en torno a la bicicleta y marcó un antes y un después para esta disciplina en España. Gracias al equipo y a su marcado espíritu local, fueron muchos los que se lanzaron a pedalear, a seguir, a escuchar, a aplaudir y a encumbrar el ciclismo. Un legado que sigue vivo a día de hoy en el imaginario colectivo de muchos deportistas, ciclistas, jóvenes y mayores que se emocionaron con los éxitos del KAS como si fueran propios.
Aquel KAS, paradigma del ciclismo vasco y símbolo absoluto del pelotón español, regresaría fugazmente entre 1986 y 1988, ya como patrocinador de otra estructura y con un acento más internacional. La estrella de aquel equipo, Sean Kelly, obtendría triunfos tan recordados como la París-Roubaix, la París-Niza, la Milán-San Remo y, cómo no, una ansiada Vuelta a España de 1988 que hasta entonces le había sido esquiva. KAS volvería así a escribir con letras de oro la historia del ciclismo. Una a la que regresa ahora de la mano de su carrera fetiche: La Vuelta.