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Iljo Keisse en una imagen de archivo
Iljo Keisse, que el próximo mes de diciembre cumplirá 38 años, iniciará en 2021 su 16ª temporada como corredor profesional y la 12ª en la estructura del actual Deceuninck-Quick Step. Natural de Gante, parece casi lógico que sus mayores éxitos hayan llegado en el circuito de los 6 Días, donde ha conseguido un total de 28 triunfos (7 de ellos en su ciudad natal) siendo especialmente fructífera su unión con el alemán Robert Bartko, con quien entre 2007 y 2008 se impuso en las pruebas de Rotterdam, Amsterdam, Gante (los dos años), Bremen, Stuttgart y Múnich.
Dentro del equipo de Patrick Lefevere Keisse es uno de esos tótems veteranos a los que los jóvenes que se van incorporando al buque insignia del ciclismo belga cada año pueden arrimarse para ir aprendiendo el oficio. Uno de los que lo ha hecho en los últimos dos años ha sido Remco Evenepoel, del que el corredor de Gante asegura que “nos llevamos bien entre nosotros”.
En una entrevista concedida a Het Laatste Nieuws Keisse ha analizado lo que su compañero, nacido sólo cinco años antes de que él aterrizara en el pelotón internacional de la mano del Chocolades Jaques (actual Sport Vlaanderen Baloise), ha podido hacer en sus dos primeras campañas entre los profesionales “y no es normal”, sentencia.
Respecto a su rol de guía para el joven talento belga, Keisse explica que “es todo un desafío, pero estoy muy agradecido por poder cuidar de él y hacer todo lo posible para que mejore lo más rápido posible. Todo tiene que suceder ahora sencillamente porque él es capaz de conseguirlo. Podríamos decir que es un cursillo intensivo”.
Evenepoel es, en un país que vive el ciclismo de forma apasionada y que lleva desde 1976 (Van Impe) esperando la llegada de su nuevo ganador del Tour de Francia y que no sabe lo que es ganar una prueba de tres semanas desde el Giro de De Muynck en 1978, una estrella que centra mucha atención y gran parte de los focos mediáticos de la prensa deportiva. Un chico que está soportando comparaciones realmente injustas aunque en ocasiones el maldito destino haga imposible obviarlas.
Por ello, Keisse considera que “aunque a él quizás no le guste leer esto, no estaría mal que se fuera de Bélgica. Tiene que buscar un lugar donde pueda entrenar más en alta montaña y donde el clima sea más benigno”. Evenepoel ha salido, precisamente hoy, camino de España para una concentración que se prolongará, al menos, dos semanas, pero eso, para Keisse, no es suficiente.
En su opinión, lo que tiene que hacer su joven compañero es establecerse fuera de su país. “Da igual donde. Lo importante es que sea un lugar donde pueda estar más solo. Eso facilitaría mucho las cosas. Tiene que tener claro que el interés que despierta sólo va a crecer. Eso no va a mejorar nunca”.
Nibali, la kriptonita de Evenepoel
Una de las curiosidades que ha desvelado Keisse en esa misma entrevista es el hecho de que “Nibali es un corredor que consigue poner de los nervios a Evenepoel”, un chico que ha demostrado, pese a su juventud, tener una extraordinaria capacidad de autocontrol.
El corredor belga explica, en ese sentido, que “Nibali lo pasa mal con todo el mundo. Y todo el mundo lo pasa mal con Nibali. A veces, se pondrá a tu altura en el pelotón y hablará contigo sobre cualquier cosa y, al día siguiente, pasará por tu lado como un rayo. ¿Intimidante? Por supuesto. Nibali es un gran ciclista. Todo lo que hace lo hace conscientemente. La extraña forma de actuar de Nibali pone de los nervios a Evenepoel”.
Precisamente no saber calibrar la respuesta que, sobre la bicicleta, tenía que darle al movimiento de Nibali en Il Lombardia fue, según Keisse, el motivo de que Evenepoel cometiera el error que finalmente desembocó en la lesión que puso punto y final a su temporada. “Nibali obligó a Evenepoel a cometer un error en el Il Lombardía en el descenso del Muro di Sormano, provocando que Evenepoel perdiera una curva y cayera. Lo hace con todos. También hizo eso en el Giro. No puedes decir nada sobre eso. Eso es lo que son las carreras. Evenepoel se tendría que haber quedado a rueda de Nibali. Cuanto más atrás te quedes, peor se ponen las cosas”.
