Vasil Kiryienka (1981) afronta su cuarta temporada con el Team Sky, al servicio de su equipo pero también con ambiciones propias, como los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El maillot arcoíris que ganó en el Mundial de Richmond “no me ha cambiado la vida”, dice, aunque sí siente más “responsabilidad”.
-¿Cómo se siente un campeón del mundo?
-Simplemente, estoy satisfecho de la pasada temporada. Ser campeón del mundo no me cambia especialmente la vida porque cada día hay que entrenar. Gané el Mundial, sí, pero no solo eso, también mi primera etapa contra el reloj, en el Giro de Italia, que para mí es mi importante. Son recuerdos agradables que me quedan para toda la vida. Y puedo aconsejar a los jóvenes sobre mi especialidad favorita.
-Ganó las crono del Giro, la de los Juegos Europeos, el nacional de Bielorrusia y puso la guinda en el Mundial, no podía pedir más.
-Ganar una etapita en la Vuelta a Polonia que es WorldTour… No sé qué pasó realmente (perdió por dos segundos ante Bialoblocki).
-¿Con qué sensaciones afronta el 2016?
-Estoy tranquilo. Por tener el maillot del campeón del mundo tienes que representarlo bien y esto te da un poco responsabilidad, y siempre con respeto a los rivales. Estoy a disposición de mi equipo y mis líderes. Me gusta sufrir por mis compañeros y compartir una victoria con ellos me da también alegría. La temporada la comenzaré en España, Valencia y Andalucía. ¿Grandes? No lo sé exactamente. A nivel de preparar los Juegos lo mejor es correr el Tour de Francia, pero entiendo que el objetivo del equipo es ganar el Tour.
-¿Qué piensa de la contrarreloj de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro?
-El recorrido pienso que va a ser un poco duro para mí, aunque tampoco voy a bajar los brazos porque me puedo defender bien en recorridos variados y dependerá también del estado de forma.
-¿Qué le falta por conseguir en su carrera deportiva?
- En mi palmarés falta por lo menos una etapa en el Tour, tengo tres en el Giro, he ganado en la Vuelta… No estoy acostumbrado a ganar mucho así que cualquier victoria, pequeña o grande, me da mucha alegría.
-Volviendo al Mundial de Richmond, ¿cuándo se enteró que había ganado el oro?
-No tenía referencias exactas durante la carrera. Los últimos diez kilómetros regulé para no perder tiempo, pensado que optaba a una medalla, sin saber cuál… Me enteré que había ganado el oro cuando después de entrar en meta mi compañero bielorruso me dijo que había ganado. Sentí una satisfacción después de perder dos años seguidos el podio, tenía rabia por esa mala suerte.
-¿Qué ha significado Xabier Artetxe (preparador físico del Team Sky desde el año pasado) en su victoria en el Mundial?
-Con Xabi estamos bien, es mi entrenador, y es bueno que viva cerca, en Bilbao, porque parte de la temporada entreno en Pamplona. Hablamos, nos escuchamos… discutimos también. Eso pasa, cada uno tiene su punto de vista. Él me da unas pautas. Sobre todo para mí es como un psicólogo. Porque parece que soy como una piedra y a veces estoy débil, frágil. Por ejemplo, el año pasado en una concentración en Sestriere no tenía buenas sensaciones, pasé un momento duro, sufrí en Polonia y ya en la Vuelta a España pude hacer mi trabajo, y, aunque no salió bien la crono de Burgos, fue una buena preparación para el Mundial.
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