Koldo Fernández de Larrea no es un tipo con suerte. O al menos no con una gran suerte. El ciclista gasteiztarra ha sufrido durante su carrera demasiadas caídas, más de las que a cualquier ciclista le hubieran gustado. Sí, son gajes del oficio, pero cuando ocurre con cierta repetición uno puede pensar si no le ha mirado un tuerto. El pasado viernes, en el estreno del Giro de Italia, cuatro ciclistas del Garmin se iban al suelo, Koldo entre ellos. Él y Dan Martin tuvieron que abandonar por una rotura de clavícula, la cuarta que sufre el alavés.
“Triste por lo que ha pasado pero solo hay que mirar adelante. Son cosas que pasan en la bicicleta, más a menudo de lo que nos gustaría”, señalaba Fernández de Larrea al programa Fuera de Juego de Radio Euskadi (audio). Las caídas en las cronos por equipos no suelen ser lo habitual, pero algo extraño le pasa al gasteiztarra ya que es la tercera vez que le ocurre: “Cuando me metía en los sprints tenía bastantes caídas, desde que no me meto no he tenido casi ninguna pero en las contrarrelojes por equipos no he tenido ninguna fortuna, me ha pasado tres veces y se hace un poco duro, más si te pasa en el primer día de una gran vuelta”.
En Garmin tenían claro que debían evitar las caídas, aún a costa de perder un tiempo valioso para el líder. Lo importante era llegar el nueve al completo, de una pieza, sin problemas físicos que resaltar. Pues la primera en la frente, el líder y un importante gregario se fueron para casa. “Antes de salir comentamos que no nos podíamos caer, que había que tener precaución en las curvas. Más nos valía perder unos segundos que tener un caída. En una recta que bajamos rápido porque picaba para abajo había una alcantarilla, a Dan Martin se le soltaron las manos y como la carretera estaba algo mojada caímos los que estábamos detrás también”.