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Kruijswijk, uno de los líderes de Jumbo-Visma / © ASO
El equipo Jumbo-Visma, con Primoz Roglič, Tom Dumoulin y Steven Kruijswijk se alza como uno de los principales rivales del Ineos en la próxima y extraña edición del Tour de Francia, una carrera a la que el pelotón llegará, irremediablemente, con más dudas que cualquier otro año que los corredores no habrán podido preparar con tanto mimo como en ejercicios anteriores.
Precisamente, Steven Kruijswijk ha verbalizado lo que muchos han analizado desde que se supo que Chris Froome abandonaría Ineos el próximo año para recalar en el Israel Start-Up Nation: la opción de que el británico se convierta en un gran problema para su equipo.
En declaraciones recogidas por De Telegraaf, Kruijswijk se muestra cauto, pero a la vez optimista, respecto a las opciones de su equipo y las suyas propias en la Grande Boucle. “No va a haber problemas entre nosotros. Sé que llego bien y dónde tengo que mejorar. Voy a tener que perder algo de peso y limar algunas otras cosas, pero eso es algo que llegará por si mismo una vez que nos pongamos a trabajar todos juntos”.
Respecto a quién será el jefe de filas de su equipo, Kruijswijk explica que “estamos los tres muy parejos y, además, hay que añadir a Robert Gesink. Por eso es tan bueno que podamos estar concentrados todos juntos y trabajar para mejorar nuestro nivel mutuamente”.
En cualquier caso, el corredor neerlandés sabe perfectamente quiénes serán sus principales rivales y esos no son otros que los hombres del Ineos. El terremoto causado por la marcha de Froome es algo que Kruijswijk ve como un arma de doble filo. “Es posible que esté muy fuerte y el equipo pueda aprovecharse de esa circunstancia, pero también es posible que Froome se convierta en una bomba para su equipo corriendo para sí mismo. Eso nos podría dar cierta ventaja”.
