El ciclismo despierta pasiones tan grandes que traspasa la barrera de lo deportivo para integrarse en distintos ámbitos sociales. Uno de ellos es el ciclismo urbano, que no es necesariamente un deporte, aunque puede favorecer la salud de quien lo practica, y que consiste en utilizar la bicicleta como medio de transporte: para ir a trabajar, a comprar, a casa de los amigos o simplemente para pasear por tu ciudad.
Hoy en día tenemos bicicletas urbanas para todos los gustos y colores: clásica, plegable, bici eléctrica, etc., pero, al igual que en el resto de modalidades ciclistas, lo más importante para practicar ciclismo urbano es utilizar una bicicleta que se adapte lo máximo posible a la persona que la vaya a utilizar, para tener una sensación cómoda a la hora de montar, realizar menos esfuerzos y evitar problemas de salud debidos a una mala posición.
Antes de comprar una bicicleta, para que la inversión resulte útil, debemos consultar a una persona experta en biomecánica que nos ayude a determinar los componentes apropiados según nuestras medidas corporales, para lograr una posición saludable y eficaz. Muchos son los que prescinden de la biomecánica, por desconocimiento o porque no le dan al ajuste la importancia que tiene, pensando que no es necesario o relevante, pero lo cierto es que es imprescindible utilizar una bici que, en toda su composición, sea adecuada para la persona que la utilice, permitiendo una posición idónea.
La bicicleta es probablemente el medio de transporte urbano más común en todo el mundo y el más utilizado después del transporte a pie. Desde aquí quiero a animar a todo el mundo a aparcar el coche y utilizar, en la medida de lo posible, la bicicleta.
Fuente: bioamadeo.blogspot.com