Un nuevo caso de un presunto positivo planea sobre el equipo elite y sub-23 GSport-València Esports-Wolfbike. En esta ocasión se trata del canario Adrián Trujillo, cuya licencia se haya suspendida por la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC) tras recibir la comunicación de la Agencia Española de Protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD) -encargada de realizar los controles antidopaje en España-, por un posible control anómalo en la 2ª etapa de pasada Vuelta a Tenerife donde acabó quinto. Una situación -como la reciente de Manuel Sola– que deberá apelar o aceptar el protagonista antes del cierre de su expediente abierto.
La Diputación de Valencia, tras conocer la noticia a través de este medio, ha decidido retirar la subvención al conjunto valenciano -que estaba cifrada en unos 60.000 euros por temporada- después de que el voto de confianza que se le dio tras el positivo de Josué Huidobro el pasado invierno haya quedado disuelto. «Tenemos una tolerancia cero con las prácticas antideportivas y esta situación es ya inasumible», argumentan desde el organismo que preside el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez Gramage.
Trujiilo -que fichó por la plantilla de Antonio Llopis en agosto- tiene 25 años (27 de diciembre de 1991), natural de la Villa de la Orotava (Santa Cruz de Tenerife), y es el campeón de Canarias de su categoría. Empezó con el conjunto local Loro Parque ante de dar el salto a la península. Con sus nuevos colores brilló en la Volta A Coruña donde fue 3º en la 3ª etapa y 2º en la general final por detrás del exprofesional gallego Martín Lestido. No fue el único podio en una ronda por etapas porque posteriormente acabó 3º en la Vuelta a Tenerife, en su casa, por detrás del noruego afincado en Alicante, Erlend Sor y Umberto Marengo, repitiendo su plaza final de 2016. Trujillo dijo a preguntas de Ciclo 21 «que no he recibido ninguna notificación oficial».
El caso del insular -que no seguirá en el GSport en 2018- significa el segundo implicado de la plantilla en esta misma temporada tras el positivo de Josué Huidobro -expulsado en marzo de la plantilla- y que ya cumple una sanción de cuatro años de la UCI tras detectársele en su organismo anabolizantes androgénicos esteroideos. Tras este suceso, la formación difundió un comunicado de “política de tolerancia cero con el dopaje” pidiendo “un voto de confianza«. Llopis asumió entonces que “ha habido errores que han perjudicado al equipo. Por eso vamos a extremar todavía más las precauciones y vamos a solicitar a todos los miembros del equipo ciclista un paso más en su compromiso por un ciclismo limpio con la firma del nuevo código ético y con el compromiso personal y económico de garantizar un ciclismo como el que se exige desde la dirección del equipo: un ciclismo limpio”. Trujillo parece haber librado esas normas.
Isabel García Sánchez, diputada delegada de Juventud y Deportes e Igualdad, dijo tras el caso de Huidobro que se daría “un tirón de orejas” tras saber los casos del pasado (Castaño, Belda, Risueño), el del presente y así evitar los futuros, que llega ahora con el tinerfeño. “No somos los propietarios del equipo, pero sí vigilamos estas cosas como patrocinadores”.
Antes el equipo del CC Benigànim ya registró los casos de Raúl Castaño en 2009 cuando fue detenido por la Guardia Civil por su relación con la red de dopaje llamada Operación Grial. En 2012, José Belda -el amateur más laureado de España- dio dos veces positivo en la Klasika Loinaz y en la Vuelta a León, mientras que en 2013 expulsó al elite Jesús Risueño tras ser detenido por la Policía por un presunto delito contra la salud pública, del que fue posteriormente absuelto como confirmó el excorredor a Ciclo 21.