Mañana tendrá lugar, dentro del programa del ‘Aquece Rio’, la prueba de ciclismo en su modalidad de fondo en carretera, una carrera que ha venido a ser considerada como un preolímpico, pero que sería más adecuado calificar como un ensayo general de cara a la cita que el próximo verano deberá de repartir las medallas de los JJOO y, sobre todo, coronar al sucesor de Vinokourov en Londres 2012. En un país con casi ninguna tradición ciclista, el reto de organizar un evento al más alto nivel no resulta una tarea fácil y por ello los organizadores han intentado no dejar ningún detalle al azar.
Uno de los aspectos más importantes, no cabe duda, es el de la seguridad. Los JJOO de Brasil, como todo gran evento en de interés mundial, requiere de unas medidas y de una vigilancia extrema para evitar cualquier tipo de incidentes. En este sentido, ya informábamos esta misma semana de que la carrera de mañana domingo había tenido que ser modificada en su recorrido debido a las protestas que contra el gobierno de Dilma Rousseff van a llevarse a cabo en la zona de Copacabana. Pero, además de la seguridad general de un evento como los Juegos Olímpicos, la prueba de ciclismo requiere del cuidado y el mimo en otros aspectos relacionados con el tráfico y permitir el normal desarrollo de una carrera en plena calle sin que los corredores se encuentren con obstáculos innecesarios en forma de coches o, como sucedió en la última etapa del pasado Tour de Francia, indeseables que ponen su vida y la de los ciclistas en peligro.
Por ello, y dada la poca experiencia de la policía carioca en estas lides, los responsables olímpicos hace ya tiempo que pidieron ayuda a la Policía de Portugal (Guardia Nacional Republicana), mucho más experta en garantizar el normal desarrollo de eventos ciclistas. Con amplia experiencia en carreras de todas las categorías, las fuerzas de seguridad lusas llevan ya un tiempo colaborando de forma muy estrecha con sus homólogos brasileños tratando de enseñarles y adiestrarles en la manera correcta de actuar dentro y alrededor de la carrera.
En una reciente visita de una delegación brasileña a la Vuelta a Portugal, los representantes de ambos cuerpos se mostraban cautos y, a la vez, optimistas respecto a los avances de la policía brasileña en este sentido. “El objetivo [de la presencia de policías brasileños en la carrera lusa N.d.A.] es aprender al máximo. Tener la oportunidad de vivir todo tipo de situaciones para saber reaccionar de manera adecuada en la prueba olímpica”, aseguraba un mando de la policía carioca durante la Vuelta a Portugal.
Su homólogo portugués, a la vez, reconocía que ya “tenemos vídeos de competiciones que ellos han organizado en Brasil después de haber venido a aprender con nosotros y hemos podido comprobar que nuestras tácticas se están implantando, según ellos, con éxito y con significativas mejoras a nivel de seguridad”.
Mañana los brasileños en general y su policía en particular tendrán la oportunidad de vivir de primera mano lo que significa tener a los mejores corredores del mundo rodando por sus carreteras. La Aquece Rio no contará con todas las selecciones que dentro de un año pelearán por el oro olímpico –como es el caso del combinado español, ausente en esta ocasión– sobre ese mismo circuito, lo que reducirá el pelotón a un total de 80 participantes.