La primavera, flor de un día

Roubaix, una de las citas más esperadas / © ASO

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Los triunfos de Jasper Stuyven (Trek-Segafredo) en el Circuito Het Nieuwsblad y Kasper Asgreen (Deceuninck-Quick Step) en la Kuurne-Bruselas-Kuurne han dado el pistoletazo de salida a la campaña de clásicas flamencas de una temporada en la que las grandes citas de un día estarán con un ojo puesto en lo de siempre, es decir, el clima, los adoquines, los favoritos, las lesiones, los triunfos… y otro en el avance del coronavirus, que ya se ha llevado por delante buena parte del UAE Tour y que amenaza, a día de hoy, de forma muy seria pruebas como la Strade Bianche o la Milán-Sanremo (así como la Tirreno-Adriático).

En cualquier caso, y dejando de lado la reacción que el mundo del deporte tenga con este problema, el Openings Weekend belga ha marcado, un año más, el que para muchos es el arranque oficioso de la temporada. Sea este punto de vista injusto o no con las pruebas ya disputadas, lo que sí es cierto es que la mayor parte del pelotón clasicómano sabe que ha llegado su momento de brillar.

Desde ahora y hasta el día 26 de abril, cuando la Lieja-Bastoña-Lieja dé el relevo al siguiente tercio del año, en el que el Giro será el gran protagonista, cada carrera, especialmente las ubicadas en el fin de semana, será una prueba de fuego para ellos. Un triunfo, especialmente en uno de los cuatro Monumentos que esperan en la primavera, salva una temporada completa. Y eso, además de la historia y la brutalidad de estas carreras, hacen de esta época algo tan especial.

Bélgica, un país cuya cultura ciclista gira alrededor de estas citas, volverá a ser el epicentro de la campaña clasicómana. Tras el aperitivo del Openings Weekend viajaremos durante unos días a Italia para disfrutar con la Strade Bianche, la más joven carrera que ha conseguido colarse en el calendario de grandes clásicas gracias a su innovadora apuesta por el sterrato, el adoquín del siglo XXI y, por supuesto, de la Milán-Sanremo, el primer Monumento del año y que, como ya hemos indicado, corre peligro de ser suspendido por primera vez en tiempos de paz a causa de la crisis del coronavirus.

Después, ya de manera definitiva, volaremos de regreso a Flandes para ir encadenando De Panne-Brujas (25-marzo), E3 (27-marzo), Gante-Wevelgem (29-marzo) y A Través de Flandes (1-abril). Todo ello, antes de la doble ración que siempre marca el final de la campaña de adoquines: la Vuelta a Flandes (5-abril) y la París-Roubaix (12-abril).

Después, será el turno de las Ardenas con el tríptico de Amstel Gold Race (19-abril), Flecha Valona (22-abril) y Lieja-Bastoña-Lieja (26-abril).

La quiniela de favoritos

A estas alturas, claro está, ya hay algunos nombres que destacan sobre todos los demás a la hora de señalar a los posibles protagonistas de las próximas semanas. Por lo conseguido en estos primeros asaltos, Pascal Ackermann (Bora-hansgrohe), Jasper Stuyven (Trek-Segafredo) y Kasper Asgreen (Deceuninck-Quick Step) se han ganado el derecho de aparecer en el listado de aspirantes a cualquier cosa.

Sin embargo, cada uno de ellos tiene también importantes peros a los que hacer frente. Por un lado, Ackermann es un velocista puro que, al menos en esto de las carreras adoquinadas, todavía lo tiene todo por demostrar y que, al menos en principio, estará al servicio de un Peter Sagan (Bora-hansgrohe) que vive cada vez más de las rentas de glorias pasadas, pero cuya calidad está fuera de toda duda.

Por su parte, Asgree, el último lobo en reclamar un puesto entre los machos alfa del Wolfpack de Lefevere, ya ha asegurado ser consciente de que el triunfo en Kuurne no le hace creer que merece un lugar distinto dentro de la jerarquía del equipo y que, por lo tanto, es consciente de que la manada tiene ejemplares, sobre el papel, más adecuados para la tarea.

Stuyven ha vuelto, como ya hizo en 2016, a ganar en el fin de semana inaugural. Entonces lo hizo en la Kuurne-Bruselas-Kuurne y ahora lo ha conseguido en el Het Nieuwsblad, pero el de Trek-Segafredo tiene que demostrar que es capaz de hacer frente junto a los mejores en las grandes citas clasicómanas, un apartado donde siempre ha terminado fallando.

El belga ha sido, eso sí, cuatro veces top10 en tres Monumentos, siendo 2018 su mejor campaña cuando encadenó un 10º puesto en Sanremo, un 7º en Flandes y un 4º en Roubaix. Pese a ello, su paso por estas pruebas sigue sin hacerle merecedor del calificativo de claro y gran favorito.

Van der Poel, Van Aert… y el resto

Pese a que tradicionalmente –y de forma un tanto simplista– se ha asegurado que las grandes clásicas son una lotería, la simple observación de los resultados sirve para desmontar esa teoría. Es cierto, como demostró Alberto Bettiol (EF-Education First) el pasado año en Flandes, que las sorpresas se producen de tanto en tanto y que la suerte puede jugar un factor fundamental a la hora de perder una de estas pruebas, pero un Monumento o una gran clásica son cualquier cosa menos una lotería.

Por ello, y volviendo al asunto de los nombres propios que protagonizarán las próximas semanas, no resultará muy complicado que los Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix) y Wout Van Aert (Jumbo-Visma) vuelvan a ser dos de los más nombrados por todos.

El corredor neerlandés, dominador del barro un invierno más, ha sacrificado parte de su campaña crossista pensando en la que va a ser su primera primavera como rueda a vigilar. El año pasado, pese a que muchos andaban ya avisados del potencial del nieto de Pou Pou, contó con la gran ventaja de que los gallos de este corral le dieron cierto margen de maniobra por dos motivos muy importantes: el hecho de ser un corredor por descubrir y, sobre todo, la manifiesta debilidad de su equipo respecto a las escuadras World Tour.

Ello hace que este 2020 vaya a ser todavía más complicado para él ya que pese a que su Alpencin-Fenix ha mejorado algo respecto a 2019, sigue sin estar a la altura de las grandes potencias y eso hace que ahora, siendo ya un hombre a vigilar, Van der Poel vaya a tenerlo mucho más difícil a la hora de plantear la carrera que a él le gusta.

Por su parte, Van Aert vuelve a la alta competición tras su grave caída en el pasado Tour de Francia. De nuevo, el belga ha usado su cortísima campaña de ciclocross para coger cierto punto de forma y el miedo al coronavirus le hizo cambiar su plan de competición inicialmente previsto.

El de Jumbo-Visma saldó su primera aparición en la ruta desde aquel fatídico 19 de julio en Pau con un 11º puesto en el Het Nieuwsblad. Lo que esto significa realmente de cara a lo que está por venir es algo que sólo el tiempo podrá despejar.

Junto a ellos, los Greg Van Avermaet (CCC), Alexander Kristoff (UAE-Emirates), Philippe Gilbert (Lotto-Soudal), Mads Pedersen (Trek-Segafredo), Sep Vanmarcke (EF-Education First), Bob Jungels (Deceuninck-Quick Step), Yves Lampaert (Deceuninck-Quick Step), Alexey Lutsenko (Astana), Oliver Naesen (Ag2r-La Mondiale), John Degenkolb (Lotto-Soudal), Arnaud Démare (Groupama-FDJ), Zdenek Štybar (Deceuninck-Quick Step), Michal Kwiatkowski (Ineos), Matteo Trentin (CCC)… son sólo los más claros ejemplos de los corredores que, si todo sale según lo previsto, deberían de animarnos el tránsito que nos llevará hasta las Ardenas y, después, al Giro.

PRINCIPALES CLÁSICAS DE PRIMAVERA