Actualización: sábado, 14:30 horas
A pesar de las dudas que durante la semana se habían suscitado –y que se publicaron en Ciclo 21 en este mismo artículo (ver abajo) y, sobre todo, pese a los acontecimientos que a lo largo del día de hoy se están produciendo en Bélgica, que ha elevado su alerta terrorista al nivel 4, el más alto de aquel país, lo que ha supuesto blindar la capital Bruselas (donde no circula el metro, se ha suspendido el partido del Anderlecht, todos los partidos de la liga de baloncesto y de hockey, se han cerrado todos los comercios y la suspensión de la gran mayoría de actos públicos así como todos los partidos y eventos deportivos escolares) ante la “amenaza real e inminente” de un atentado terrorista, los organizadores de la cita puntuable para la Copa del Mundo de ciclocross que mañana se celebrará en Koksijde, acaban de asegurar que, por el momento, “el evento se celebrará con normalidad”.
Isabelle Deshayes, portavoz del ayuntamiento de Koksijde, asegurado que “esta mañana hemos preguntado [a las autoridades] y mantenemos el plan inicial de celebrar la carrera con las medidas de seguridad aumentadas que ya se dieron a conocer esta semana”.
El Centro de Crisis ha recomendado hoy a los ciudadanos belgas evitar los lugares públicos y, especialmente, aquellos en los que se pueda producir una gran concentración de personas. Los organizadores de la prueba de Koksijde esperan la asistencia al circuito de cerca de 10.000 espectadores, motivo por el cual siguen en permanente contacto con las autoridades para reevaluar la situación en caso de que se produzcan novedades en el nivel de alerta terrorista. Deshayes aseguró al respecto que “esta mañana tras el anuncio de la elevación del nivel de alerta terrorista el alcalde ha recibido un email de la policía informándole de que la prueba podía tener lugar”.
Evidentemente, las medidas de seguridad se van a extremar en los accesos al circuito y, por ello, las autoridades han solicitado a los asistentes que acudan con más tiempo de antelación del habitual y, sobre todo, que no lleven consigo mochilas o bultos voluminosos ya que todos ellos serán revisados a conciencia”.
La tercera cita puntuable para la Copa del Mundo de ciclocross, que debe de celebrarse el próximo domingo en la localidad belga de Koksijde, podría estar en serio peligro tras la serie de acontecimientos que han seguido a los atentados perpetrados en París el pasado viernes y que han puesto a Bélgica en el centro del mapa de la lucha antiterrorista mundial.
Los organizadores ya han mantenido diversas reuniones con las fuerzas de seguridad y las unidades antiterroristas que trabajan ahora mismo en aquel país, que les habrían transmitido que su máxima preocupación al respecto es el estado de amenaza bajo el que vive Bélgica estos días, un temor que se vería acrecentado por la proximidad del circuito de Koksijde a una base aérea en la que hace algunas semanas se instaló un campo para refugiados.
Pese a que las autoridades belgas ya han asegurado a Jan Deramoudt, organizador de la prueba, que las fuerzas de seguridad van a ser capaces de garantizar la seguridad de los asistentes, los responsables del evento todavía valoran seriamente todas las opciones posibles. Sobre todo después de que se haya hecho público que el Ministerio del Interior Francés nombra específicamente a Koksijde en una comunicación en la que se asegura que “el Elíseo está preocupado por la presencia de campos de refugiados en las proximidades de la frontera entre Bélgica y Francia. Tememos infiltraciones de personas con malas intenciones. Estos temores incluyen el campo de refugiados de Koksijde”.
Llegado a este punto, los organizadores ya se han reunido con el alcalde de la localidad, Marc Vanden Bussche y han solicitado una reunión urgente con el Ministro del Interior ya que “no tenemos ni idea en qué está basado ese análisis francés, pero podría estar fundamentado en información que ellos poseen y nosotros no”.
Por el momento, las soluciones que se pretenden implementar son las de celebrar la prueba incrementando las medidas de seguridad en los accesos al circuito y mantener a los refugiados en el interior de los edificios de la base aérea durante todo el domingo, aunque a estas alturas nadie se atreve a asegurar al cien por cien que la prueba no pueda ser suspendida.