Afganistán es, no cabe duda de ello, uno de los lugares mas hostiles del planeta. La primera mitad del siglo XX fue convulsa allí, pero la tercera guerra afgana, la que en 1921 acabó con la independencia del país respecto del Reino Unido abrió un periodo de apertura y modernidad que comenzó con la constitución de 1922 promovida por Aman Allah Kan. Después de un golpe de estado ultraconservador en 1928, Habib Allah Kan se hizo con el poder con la intención de cerrar las puertas al progreso. Aquello duró sólo seis meses, los mismos que tardó Nadir Sha en tomar el poder y, a un ritmo menos acelerado que su familiar, volver a la senda de las reformas de progreso y apertura. Y así, durante años, Afganistán dio pasos impensables como la aprobación del derecho de voto femenino en 1959 (tres años antes que Mónaco u once antes que Andorra, por ejemplo) o la promoción de leyes para conseguir la completa escolarización de las mujeres con la constitución de 1964.
Pero todo eso se vino abajo tras la ocupación soviética y el ascenso al poder, ya en la segunda mitad de la década de los 80, del régimen fundamentalista que desembocó en la historia moderna del país que ya todos conocemos y que, al fin y al cabo, no es objeto de esta web de ciclismo analizar.
El caso es que desde 2005 Afganistán se supone un estado que avanza de nuevo hacia la recuperación de los derechos humanos. Como es lógico, conseguirlo es mucho más complicado que decirlo y la realidad está, todavía, muy lejos del estándar occidental de conceptos como democracia, igualdad, justicia…
Hoy en día Afganistán sigue siendo, como ya hemos dicho, uno de los lugares más hostiles del planeta y uno de los peores países para ser una mujer. Son muchas las que, en sus respectivos campos, se convierten en heroínas librando una dificilísima lucha diaria que nunca acabamos de ver en los telediarios o en los grandes medios. Las componentes de la selección nacional afgana de ciclismo femenino son unas de esas grandes olvidadas por todos que pelean por mejorar un país en el que pueden ser acusadas de inmoralidad e incluso atacadas por el mero hecho de andar en bicicleta.
Por esa pelea por conseguir equipararse en derechos a los hombres, un grupo de parlamentarios italianos, tal y como informa la web Total Women Cycling, ha propuesto y conseguido la nominación de la Selección Femenina de Ciclismo de Afganistán para el Premio Nobel de la Paz 2016.
Zahra Hussaini es una de sus principales figuras y explica que “las mujeres estamos rompiendo estereotipos saliendo a la calle y practicando ciclismo y otros deportes”. Amenazadas por los todavía muchos fundamentalistas en aquel país, Hussaini explica que tanto a ella como al resto de las 40 mujeres que forman parte del equipo, “esas amenazas no consiguen infundirnos miedo ni tampoco conseguirán que cejemos en nuestro empeño. Lo único que hacen es darnos más ganas de superarnos”.
Algunas de sus compañeras explican que “siempre nos están vigilando. En ocasiones es horrible. Todavía hay gente en este país que piensa que las mujeres deben de quedarse en casa y que su única función es la de cocinar y cuidar de la casa”.
Según la información facilitada por la mencionada web, la nominación al Nobel de la Paz ha llegado después de que 118 parlamentarios italianos hayan firmado una petición en este sentido.
Mientras, la productora Let Media está preparando un documental sobre este valiente y ejemplar grupo de mujeres.
Admirable!! Selección Femenina de Ciclismo de Afganistán para el Premio Nobel de la Paz 2016.