La australiana Kaarle McCulloch, una de las velocistas más laureadas de los últimos años, ha anunciado su retirada, a los 33 años de edad. Tras una brillante carrera internacional de 15 años, la ciclista de Campbelltown, en la periferia de Sydney, dice adiós con cuatro maillots arco iris, diez medallas en los Mundiales y una medalla olímpica de bronce, entre otros grandes éxitos.
«Mis medallas y todos mis logros han sido fantásticos, y los apreciaré por el resto de mi vida. Pero espero que la gente me recuerde es por el esfuerzo que puse. No era la corredora con más talento, pero si era la más trabajadora, la más persistente”, comentaba la ya ex ciclista en la web de Auscycling.
Atleta en sus primeros años, «siempre fue mi sueño vestir el verde y el dorado. Pensé que sería en el atletismo, pero un día mi padrastro, cuya familia tenía una tienda de bicicletas, me obligó a probar la bicicleta. Literalmente, en ese momento de ese día de entrenamiento, supe que iba a ser ciclista. Fui competitiva de inmediato, en mi primer día de carrera vencí a todos, incluidos los chicos. Y eso fue todo, sabía que iba a ser ciclista”.
Y apenas tres años más tarde, ya estaba en la selección nacional. Junto a Anna Meares, formó una de las mejores parejas de velocidad, ganando de forma consecutiva el Mundial en 2009, 2010 y 2011, así como el bronce olímpico en Londres 2012. “Anna y yo, como equipo, éramos realmente formidables. Sabía lo duro que trabajaba y no quería decepcionarla, y sé que ella tampoco quería decepcionarme a mí. Teníamos todo lo que podrías buscar. Y es por eso que tuvimos tanto éxito.
Retirada Meares, pasó a formar equipo con Steph Morton, con la que ganaría la velocidad por equipos en los Juegos de la Commonwealth 2018 en Brisbane, pero también los 500 metros –“hacerlo delante de mis amigos y familiares fue fantástico”- para rematar con el oro en el Mundial de Pruszkow, un año más tarde, y diez después de su primer arco iris. Fue su mejor Campeonato porque sumó la plata en keirin y el bronce en los 500 metros.
Su segunda participación olímpica, en Tokio 2020, se vio alterada por la prematura e inesperada retirada de Morton, sin poder participar en la velocidad por equipos, terminando con una novena plaza en keirin y la decimotercera en velocidad, pero muy satisfecha, “porque tenía una importante lesión crónica en la espalda, desde finales de 2019, con bastante dolor. Así que solamente llegar a Tokio fue un logro increíble”.
Como resumen de su carrera, comenta que “el éxito no siempre se ve como una medalla de oro. A veces es solo una mejor marca personal o simplemente enfrentar y terminar algo que comenzaste». No personaliza su agradecimiento, pero manifiesta que “solo quiero que sepan que estoy muy agradecida porque sé que no podría hacer lo que hice al más alto nivel durante quince años sin su apoyo”.