“Cada vez que lo pienso, me da miedo salir a la carretera. De hecho, he quedado con varios amigos mañana para que me acompañen, porque ahora mismo no me veo capaz de salir sola”. Son palabras de una mujer que lleva miles de kilómetros en bici a sus espaldas, que en 2013 fue campeona de Canarias de Triatlón de Larga Distancia, que es la actual campeona de la Copa Fecantri y que este lunes, vivió la peor prueba de su vida, al presenciar el fatal accidente en la carretera de Tinajo a La Santa, que terminó con una ciclista muerta y otro herido.
Fuentes de la investigación han confirmado que el conductor dio positivo en las pruebas del alcohol y drogas que le realizaron los agentes tras el suceso, siendo especialmente elevada la tasa de alcohol.
Por respeto a la familia de la víctima, Tamar González era reacia a relatar el desgraciado suceso que le tocó vivir. Sin embargo, también considera que es necesario hablar de lo sucedido para que la gente tome “conciencia” de las veces que se pone en peligro a los ciclistas en la carretera. “Es muy duro ver cómo un marido pierde a su mujer cuando están de vacaciones practicando un deporte. Hay que pensar que es una vida humana, que todos tenemos padres, hijos, marido… y no perdemos nada por separarnos 10 centímetros más de un ciclista o por perder 10 segundos en el coche”, reflexiona la joven triatleta.
Personalmente, ella ha vivido varios sustos en la carretera. “Llevo años practicando este deporte y también me he visto en la tesitura muchas veces de jugarme la vida. Está claro que lo que falta es mucha conciencia. Tampoco es cuestión de acusar a la gran mayoría, porque yo debo reconocer que si me adelantan 500 coches en dos horas de bici, 480 ó 490 me adelantan bien. Pero es que esos otros 10 son los que me puede matar”.
Tamar cuenta que ha sufrido varias caídas por este motivo; que ha llegado a rozarle el retrovisor de un coche; y que muchas veces le han adelantado a toda velocidad o incluso le han frenado delante. Sin embargo, este lunes se encontró cara a cara con la tragedia, al tener que presenciar un accidente mortal, causado por un coche que acababa de adelantarle a ella.
“Yo adelanté a esta pareja en Tinguatón”, recuerda Tamar, reviviendo lo sucedido en la mañana del lunes. “Les saludé, como siempre hacemos cuando nos encontramos con cualquier compañero en bici. Ella precisamente me miró y me sonrió”.
Sin embargo, Tamar hizo una parada y la pareja se puso de nuevo delante. “Al llegar a Tinajo, decidí parar en una cafetería para saludar a unas amigas. Y cuando me fui a incorporar, la pareja me adelantó”, relata. La siguiente vez que les vio, estaban tendidos en el suelo de la carretera.
“Cuando pasé la rotonda de Tinajo, en dirección a La Santa, cuando estaba llegando a un restaurante que hace esquina, me adelantó un coche de mala forma, nervioso detrás de mí, super rápido. Pero como desgraciadamente es habitual para nosotros, no le di importancia”.
Sin embargo, instantes después, cuando Tamar cogió la curva e inició el descenso que hay en ese tramo, escuchó “el frenado, el estallido”. “Por un momento bajé la cabeza y me puse rígida, porque no sabía realmente si me iba a dar, de dónde venía. Te asustas un poco”. Después, cuando levantó la cabeza, ya vio “las humaceras del coche, que se había salido del carril, y los dos cuerpos tendidos en la carretera”.
Tanto Tamar como varios conductores que pasaban por la zona en ese momento pararon para intentar socorrer a los ciclistas. “Me acerqué al marido, que fue al primero que me encontré. Pero un chico me dijo: él tiene pulso, vete a ver a la mujer. Me acerqué diez metros a la mujer y también se acercó otro conductor. Nos miramos y nos lo dijimos todo con la mirada”.
La ciclista, una danesa de unos 40 años, turista habitual de Lanzarote, había fallecido por las graves heridas causadas por el accidente, tras ser atropellada.
“No entiendo qué pudo pasar, había un montón de visibilidad. ¡Es que no había nada, no hay nada por allí! Es donde está el último restaurante a la salida de Tinajo. Es una cuesta, la visibilidad es buena”, repite Tamar una y otra vez.
“Intentábamos que el marido no viera a su mujer muerta”
Después, los esfuerzos se centraron en el marido de la víctima, hasta que llegó la ambulancia. “La situación fue complicada porque cuando recuperó la conciencia, los que estábamos allí intentábamos que no se diera la vuelta, porque preguntaba por su mujer. Yo le decía: ¡No te des la vuelta, mírame a mí, mírame a mí! Porque su mujer estaba a su espalda, unos metros más atrás, muerta”, recuerda Tamar, mientras se le quiebra la voz.
Tamar pasó unas dos horas en el lugar junto a otros testigos, hasta que fueron llegando las ambulancias, la Policía Local, la Guardia Civil… “Cuando todo terminó, tuve que hacer los 5 kilómetros que me quedaban para mi casa y me fui todo el camino llorando y mordiéndome el labio”.
Pese a que el coche terminó volcado y fuera de la carretera, el conductor resultó ileso y no necesitó asistencia sanitaria. Ahora, la Guardia Civil investiga las causas del accidente, para dar parte al Juzgado.
El peligro del arcén
Aunque Tamar tuvo que vivir esta tragedia en primera persona, no es la única ciclista que ahora siente miedo al salir a la carretera. Dos atropellos en menos de una semana en la isla, y uno de ellos con este trágico final, han generado preocupación en muchos deportistas, que se quejan de la actitud de determinados conductores y, también, del estado de las carreteras.
“No hay espacio, no hay arcén, y los pocos que tenemos están muchas veces mal acondicionados, están sucios, las plantas, las aulagas, invaden parte del arcén”, lamenta Tamar. Además, subraya “otra cosa a tener en cuenta”: como ciclista, ha comprobado que cuando va dentro del arcén es cuando tiene más problemas. “El coche no me ve como un obstáculo, con lo cual me pasa pegado. Sin embargo, cuando voy invadiendo, me ve como un obstáculo, y entonces ahí sí noto que separa el metro y medio o los dos metros, o invade el carril contrario para adelantar”.
Por eso, aconseja “a todos los compañeros y a todos los ciclistas que vayan invadiendo el carril por el que circulan”, para evitar ese peligro. “Las dos veces que me he caído en mi vida ha sido cuando iba por el arcén, porque es cuando han pasado rozándome”, recuerda, pidiendo una vez más a los conductores que se conciencien y extremen la prudencia cuando hay ciclistas en la carretera.
El carril bici, “totalmente incoherente”
Respecto al prometido carril bici, del que se ha vuelto a hablar mucho tras los últimos accidentes registrados en la isla, Tamar considera que no es la solución. “Creo que es totalmente incoherente. Un carril bici es un carril de paseo, para que la persona que no hace deporte habitualmente pueda ir de Playa Honda a Puerto del Carmen o a Arrieta por su carril bici, en plan Verano Azul”, afirma.
Sin embargo, considera que no sirve para deportistas. “Una persona como yo, que entrena cuando está preparando un Ironman 30 horas a la semana, y hace 500 kilómetros en bici, tiene que circular por la carretera por la que va a competir. Yo tengo que tener las mismas condiciones y la dureza que me voy a encontrar en cualquier prueba, ya sea en Lanzarote o fuera”, explica.
Ahora, poco a poco, Tamar deberá ir recuperando la normalidad en los entrenamientos, para continuar en la élite del triatlón. “Gracias a Dios, estoy viva”, afirma. Y como muchos ciclistas de la isla, espera que esta nueva tragedia sirva al menos para concienciar a los conductores y evitar nuevas muertes.
Fuente: lavozdelanzarote.com