El tema de los TUE y su aplicación a Wiggins y Froome, así como los motivos de su expedición sigue su camino sin que nadie dé un paso a explicar qué ha pasado para que el aficionado medio perciba que en la población de deportistas profesionales hay una media de enfermos muy superior a lo que consideramos personal de a pie.
El otro día leí un tweet de Martin Fourcade, el campeón olímpico de biatlón, diciendo que el enfermo no está para correr un Tour o disputar unos Juegos. Aunque suene a disparate, la brevedad de su reflexión es tan aplastante que desnuda a quienes, a saber porqué, no desean profundizar en el tema y pasan de puntillas, como si el 100% de la audiencia fuera sencillamente, gilipollas.
Brian Cookson, el presidente de una UCI que debe estar flipando con la porquería de competición que han organizado en el desierto, porque van a donde les llama el dinero, dio explicaciones vacías y sencillas sobre el caso Wiggins, quien tuvo TUE´s antes de los Tours de 2011 y 2012 y Giro de 2013, es decir, sus síntomas alérgicos se dispararon justo antes de sus grandes objetivos, de los cuales cayó uno en el saco, el Tour de 2012.
Enfermedades intermitentes, con substancias que David Millar y Michael Rasmussen habían admitido tomar. A todo esto Cookson concluye que “no hay tema”. Punto, carpetazo, silenciado al sistema antidopaje de su país, desmintiendo cualquier malpensado, todo se basa en un panel de expertos que saben cómo y a quién prescribir estas autorizaciones.
Artículo completo de Joan Seguidor aquí
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El silo permitir permitir a alguien usar dopantes es ijudto con los que no los usan ya que igual van a ganar y esto siempre será una disdulpa para favorecer poderosos intereses