La UCI pone al CX en pie de guerra con su nueva Copa del Mundo

La UCI se ha propuesto refundar su Copa del Mundo / © Belga

Nicolás Van Looy / Ciclo21

La sorpresa ha sido generalizada en el mundillo del ciclocross. Todo el mundo estaba al tanto de que la UCI iba a anunciar, en algún momento, un profundo cambio en el calendario de la especialidad invernal, pero el mismo no sólo ha llegado de forma absolutamente inesperada, sino que, al menos entre los principales actores del deporte (los belgas), la propuesta ha sentado realmente mal.

Resumiendo mucho la nueva propuesta de la UCI, a partir de la campaña 2020-2021 la Copa del Mundo pasará a contar con 16 pruebas puntuables bloqueando esa misma cantidad de fines de semana en la ya de por sí corta y apretada agenda del calendario internacional invernal. Además, y esto preocupa enormemente a los organizadores, a esas fechas hay que sumar otros tres fines de semana bloqueados por la disputa de los campeonatos europeos, los nacionales y, evidentemente, el Mundial.

Así, si la UCI finalmente se sale con la suya, desde que el día 11 de octubre de 2020 se celebre la primera prueba de la Copa del Mundo hasta que el día 31 de enero se pongan en juego los maillots arcoíris, no habría ni un solo fin de semana libre de competición llegando incluso a darse el caso de disputar dos mangas en el mismo fin de semana (26 y 27 de diciembre) y situar una de ellas en el miércoles, 11 de noviembre (ver calendario completo más abajo).

Evidentemente, detrás de esta decisión existen varios factores. Por un lado, la firme decisión de la UCI de internacionalizar el ciclocross, que goza de una salud de hierro en Flandes, pero que no termina de cuajar –en buena medida por la propia endogamia flamenca– fuera de aquella región. Por otro lado, y este será el gran problema que deberán resolver desde Aigle con el resto de afectados, está la cuestión del reparto del jugoso pastel invernal.

En momento en los que la atención ciclista se centra en los circuitos y gracias al boom que la especialidad ha vivido en las últimas décadas gracias, sobre todo, a corredores como Sven Nys, Wout Van Aert y Mathieu van der Poel, la UCI –que se ha aliado para esta reforma con Flanders Classics, que ya compró el Superprestigio– no quiere dejar pasar la oportunidad de hacer algo más de caja aprovechándose, como es evidente a la vista del calendario propuesto, de su posición aventajada en este terreno.

Las pruebas de Copa del Mundo no sólo son las más prestigiosas por el peso específico de esa challenge sino, sobre todo, porque son las que más puntos ponen en juego, algo fundamental en la especialidad invernal ya que, al contrario de lo que sucede en la ruta, es en base a ellos como se forman las parrillas de salida de las carreras, cruciales en el desarrollo de las mismas.

La incertidumbre ahora es máxima. Y no sólo entre los responsables de las citas más importantes del calendario como las pertenecientes al Superprestigio, DVV o EKZ, sino también entre las organizaciones de pruebas de carácter nacional, que ven cómo será prácticamente imposible convencer a grandes figuras para que se dejen caer por sus circuitos.

Uno de los más agoreros ha sido Sven Nys. El Caníbal de Baal ya ha asegurado que “esto significa la muerte de este deporte a largo plazo”. El que fuera dominador de los circuitos durante casi 20 años y ahora máximo responsable del Telenet-Baloise Lions asegura que “los organizadores merecen más respeto” por parte de la UCI y se muestra “contento de que los primeros organizadores ya hayan dado la señal de alarma”.

Se refiere Nys a las palabras de Christian Rocha, responsable de la recientemente disputada prueba de la Copa del Mundo en Berna (Suiza) y que, en una extensa e interesante entrevista publicada por Nico Dick en Veldritkrant deja muy clara su visión: “así es imposible seguir”.

Rocha explica que “la UCI no nos ha dado todavía ninguna información. Sólo hemos tenido una conversación telefónica con Flanders Classics”. El organizador helvético añade que “los acuerdos con nuestros principales patrocinadores se cierran ahora y la UCI nos prometió que las cosas estarían claras en verano, pero estamos en octubre y no sabemos nada. Queremos seguir trayendo la Copa del Mundo a Berna, pero de esta manera cada año será más incierto. Queremos las cosas claras”.

Rocha, además, apunta a una cuestión crucial, que es la económica por parte de equipos y corredores. “¿Quién va a poder pagar estar en las 16 pruebas? He hablado con varios corredores no belgas y todos me han asegurado que económicamente es imposible”.

Esa es, precisamente, la preocupación de algunos de los máximos promotores del ciclocross en España. Es el caso del gallego Xulio Conde, el hombre que ha ayudado a ascender a corredores como Carlos Canal o Ivan Feijoo y que coincide con Rocha al afirmar que será muy complicado que los corredores o los equipos españoles que actualmente hacen el calendario de la Copa del Mundo puedan seguir disputándola al completo con este nuevo formato, aunque también se mantiene cauto y prefiere esperar a ver cómo se termina de detallar este proyecto.

En cuanto a las sedes de esas 16 pruebas de la nueva Copa del Mundo nada está escrito todavía, aunque lo único que sí está claro es que podrán optar a formar parte de la challenge de la UCI las carreras que en la actualidad se enmarquen dentro de la categoría C1, algo que hoy en día cumplen las pruebas de Laudio y Elorrio en nuestro país.

Un punto de vista similar al del seleccionador español de la especialidad (y también de carretera) Pascual Momparler que explica que “por un lado, estaríamos ante una Copa del Mundo potente, que designaría al corredor más regular de la temporada”, pero que no ve con muy buenos ojos la iniciativa porque “tienen que quedar fechas libres para que otros organizadores puedan hacer sus carreras y que los corredores, en esta caso españoles, puedan correr ante su público y darle visibilidad a sus patrocinadores en las regiones donde tengan más interés”.

LAS FECHAS PROPUESTAS POR LA UCI