El primero de agosto ha abierto la veda de fichajes y la cascada de novedades no se ha hecho esperar, aunque algunos pasos ya estaban cerrados y medio anunciados desde hace tiempo. Nos ha llamado la atención el fichaje de Juanjo Lobato por el Lotto-Jumbo, un movimiento muy sintomático de muchas cosas que no queremos dejar pasar por alto.
El paso de Lobato es valiente. Con el mismo valor que le hecha a los sprints, el de Trebujena abandona la comodidad de “chez Unzue” para probar en un equipo que se adapta cien veces mejor a su perfil. Ya veis las cosas, muchos años después no han cambiado. El paso de Lobato al equipo neerlandés nos recuerda al fichaje de Juan Antonio Flecha, hace trece años por el Fassa Bortolo de Ferreti porque en el iBanesto no se le prestaba atención a las clásicas, esas carreras por las que bebía los vientos.
Para Lobato la situación se nos antoja similar y ha emprendido el mismo camino. Se va los Países Bajos porque en Movistar la situación de un clasicómano y velocista es comprometida salvo Valverde y las Ardenas. O te reconviertes en no sé qué, como Rojas, o corres el riesgo de ver pasar “San Remos” sin pena ni gloria, cuando hubo un año que, completamente solo, demostraste que podías competir con los mejores en la materia.
Artículo completo de Joan Seguidor aquí