Esta mañana hemos leído la entrevista que Nacho Labarga le ha hecho a Geraint Thomas en Japón.
Lo cierto es que cuesta leer una entrevista así, más en un medio como Marca, con la profundidad y la intención que había en todas y cada una de las preguntas.
https://twitter.com/MarcaTMF/status/1058964138691448832
Al punto, que no sé yo si Geraint Thomas se extrañaría, en su fuero interno, por la vehemencia de ese periodista venido de España, la tierra de la luz y la pasión, y del arcoiris de Alejandro Valverde.
Pero Nacho hace su trabajo y lo hace bien, porque traslada cuestiones que son “vox populi” entre los aficionados que se extrañan de ver un ciclista como él ganando todo un Tour de Francia.
Y así le cuestionan las desavenencias en el Team Sky, el hecho que gane el Tour sin haber pisado el podio antes, de lo poco que se le ha visto desde que ganara en julio, de cómo Froome parece ser nuevamente la baza para el Tour….
Todas y cada una de las cuestiones le caen a plomo a Geraint Thomas como si tuviera adelante a cualquier ciudadano de esos que poblaban las gradas para acorralar a los presidentes del gobierno en máxima audiencia.
Lo mejor, por eso, es la diplomacia británica, que este galés sabe mostrar en cada momento.
Sabe, como no puede ser otra manera, que su triunfo es cuestionado, como todo se cuestiona en ciclismo, pero lo encaja y responde como hay que hacerlo: hay un ímprobo trabajo detrás y es cierto, no hay otra, por mucho que se le busquen tres pies al gato.
El Team Sky, como el ciclista admite, trabaja en unas condiciones ambientales terribles.
Les silban, las atacan, les abuchean, incluso algún imbécil les quiere golpear en alguna carrera, pero salen adelante.
Como Alejandro Valverde en el mar de insinuaciones que le han llegado tras ganar el mundial…
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor