La Vuelta del Cantábrico se decidirá en el Mediterráneo

Nicolas Van Looy / Ciclo21 . Enviado especial Santiago de Compostela

El propio Javier Guillén, director general de la Vuelta a España, reconocía el pasado mes de septiembre en una entrevista concedida en exclusiva a Ciclo 21 que resulta prácticamente imposible abarcar todo el territorio nacional en una sola edición de la carrera por etapas más importante de nuestro calendario. Lo que no quiso confirmar entonces era un secreto a voces que hoy, por fin, se ha terminado de oficializar: que la Vuelta a España de 2016 será una carrera con un claro predominio de la mitad norte de la Península Ibérica –y no muy distinto al que durante los últimos meses hemos ido adelantando en Ciclo 21–. Pese a ello, una carrera que tendrá el mar Cantábrico como acompañante durante más de un tercio de la misma y que pasará dos días en los Pirineos, se decidirá, si el guión planteado por ASO sale como la empresa –y el aficionado– desea, en pleno Mediterráneo gracias a la CRI entre Xàbia y Calpe y, sobre todo, la ración final de montaña entre Benidorm y la base militar del Alto de Aitana.

La Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela –y su casi eterna lluvia– ha servido como escenario para el acto de presentación de la septuagésimo primera edición de la Vuelta a España, una carrera que en este 2016 regresa a la mitad norte peninsular quizás huyendo del sofocante calor que siempre se convierte en protagonista cuando los primeros días transcurren, como se había convertido casi en costumbre, en Andalucía y nos ofrecerá un dibujo mucho más parecido al de la edición de 2012, última vez en la que el podio definitivo estuvo compuesto íntegramente por corredores nacionales: Alberto Contador, Alejandro Valverde y Joaquim Rodríguez.

Mapa de la Vuelta 2016

Pero el pasado está para las anécdotas y poco más. Lo que interesa hoy es hablar de la recién presentada nueva edición de la Vuelta a España. “En los últimos años ha encontrado un modelo claro y una seña de identidad absolutamente definida y lo que hay que hacer es seguir trabajando en ese modelo para que la Vuelta siga creciendo”. Son palabras del propio Javier Guillén a preguntas de este periodista, el pasado mes de septiembre, en relación a ese modelo que tanta polémica genera y que tiene dividida a la parroquia ciclista entre firmes defensores y haters a ultranza. Teniendo en cuenta esa afirmación del propio Guillén, nadie se ha podido sorprender por la propuesta lanzada hoy al mundo desde Santiago de Compostela y que, evidentemente, ha apostado por el continuismo en ese modelo de etapas cortas, con finales explosivos y con prevalencia de montaña.

Como ya se sabía, la carrera partirá desde el Balneario de Laias (Ourense) con una contrarreloj por equipos que –obviemos intencionadamente el esperpento vivido el pasado año en tierras marbellíes– se ha convertido en un clásico de la ronda española y que busca premiar a aquellas escuadras que se presentan en la salida de la carrera con el mejor bloque, algo que, conforme vayan pasando los días, puede cobrar mucha importancia este año teniendo en cuenta que a causa de la disputa de los Juegos Olímpicos, podemos asistir en la segunda mitad del año a interesantísimos saltos mortales en los calendarios de los corredores para cuadrar sus días de competición y sus objetivos.

Esa crono por equipos, evidentemente, servirá para picar las primeras diferencias en la general y para que saquemos las primeras –y seguramente precipitadas y erróneas– conclusiones, pero pasados unos días lo sucedido sobre esos 29,4 kilómetros no será más que una anécdota. La Vuelta de 2016 tardará muy poco en enfrentar a los corredores con esa seña de identidad tan suya como son los finales explosivos. Ya en la tercera etapa el pelotón deberá de encaminarse hacia el Mirador de Ézaro, primer final en alto de la carrera y, ahora sí, primer test serio para las piernas de los aspirantes. Un día más tarde, todavía en tierras gallegas, la Vuelta arribará a San Andrés de Teixido, un puerto con mayor identidad –2ª categoría– y que, siendo puristas, deberíamos de calificar como de auténtico final en alto más que con el calificativo de muro o repecho duro.

El siguiente punto de inflexión lo encontrará el pelotón en un nuevo clásico de la geografía leonesa como es el alto de La Camperona. Descubierto para el ciclismo en la Vuelta a España de 2014, volverá a ser la guinda de una etapa corta (177 kilómetros) y completamente llana –la primera de toda la carrera a excepción de la CRE– hasta el mismísimo pie de esa temible ascensión que vino a calificarse como el Angliru leonés gracias a ese terrible tramo de la parte final con pendientes que nunca bajan del 17% y que llegan a un máximo del 22%. La Camperona será la primera gran piedra de toque de una carrera que nadie ganará aquí pero que alguno podría perder en sus rampas. Además –y esto debe de valer tanto para esta jornada como para el resto de las presentadas hoy ya que debemos de tener siempre muy presente esa predicción que muchos hacen de que será esta una Vuelta ‘rara’ debido al influjo que en los calendarios y las piernas puedan tener los Juegos Olímpicos y el Mundial–, será el lugar ideal para comprobar qué corredores llegan a esta 71ª Vuelta a España con intención real de disputar la general o, por el contrario, con la mente puesta en otros lugares.

Homenaje a Lastras © Unipublic

A La Camperona le seguirá un final tan típico como mítico. Una cima que, pese a que antaño fue considerada como una de las grandes jornadas de la carrera, ha ido perdiendo algo de fuelle ante rampas mucho más duras y exigentes, pero que como le ocurre a los buenos vinos envejece muy bien y siempre resulta placentero volver a visitar. Se trata, por supuesto, del Alto del Naranco que, junto a los no menos reconocidos Lagos de Covadonga que se subirán el día siguiente, formarán el dúo asturiano con motivo de la novena y la décima etapas de esta Vuelta que verá rubricado este primer atracón montañoso con el regreso (tras una jonrada de descanso) a Peña Cabarga, la tachuela cántabra que, sin ser un altísimo coloso de nuestra geografía, se ha sabido situar como un lugar que no defrauda a la hora de dar espectáculo. Como ya sucediera en 2015 con la llegada a Cumbres del Sol, este muro desde el que se divisa perfectamente toda la ciudad de Santander, se encargará de poner al límite la resistencia de un pelotón que, poco a poco, ya irá sintiendo el dolor en las piernas.

La media montaña será, después, la protagonista en el enlace –perdón por el término– entre esa primera dosis montañosa y la siempre atractiva visita a los Pirineos que tendrá en la etapa con final en el Aubisque –la decimocuarta– su atractivo principal aunque sólo sea por el nombre y la entidad de esa meta, inédita hasta ahora en la ronda española, pero no en su hermano francés el Tour de Francia. Siendo puristas, el término de etapa reina se le debe de aplicar únicamente a aquellas jornadas en las que el hombre que consigue finalizarlas vestido de líder tiene casi asegurado el triunfo final en la carrera. Dado el dibujo de esta carrera, la etapa que se disputa (casi) completamente en tierras francesas y que nos llevará desde Urdax a la cima del Aubisque, no debería de ser llamada la etapa reina, pero seguro que más de una vez usaremos ese término para referirnos a ella. En sus 195 kilómetros de recorrido, los supervivientes de la carrera se enfrentarán al Col Inharpu, la Pierre de Saint-Martin –todavía tenemos muy frescas en la memoria las sensaciones vividas allí en el pasado Tour de Francia, cuando Chris Froome cimentó allí su triunfo final– y el Marie-Blanque, todos ellos de primera categoría, antes de ese final demoledor. Una jornada, en fin, en la que nadie podrá esconderse y en la que será inevitable, si no lo fue ya antes, que todo el mundo muestre de forma clara sus cartas.

En contrapunto a esa larga jornada –la segunda más extensa después de los 212 de la decimotercera etapa entre Bilbao y Urdax– lo pondrá la 15ª etapa y último de los dos días pirenaicos. Serán sólo 120 kilómetros que, evidentemente, se espera que se disputen a cien por hora y en los que, tras partir desde Sabiñánigo, nos encontraremos el Alto de Petralba (3ª categoría), el Alto de Cotefablo (2ª categoría) y ese final en Formigal.

Ya con el Mediterráneo como nuevo compañero de viaje, la Vuelta a España de 2016 entrará, ahora sí, en su fase decisiva que tendrá a la Comunitat Valenciana –está de enhorabuena esa zona tras recuperar este año su ocho años desaparecida vuelta– como gran protagonista y juez. Primero, con la 17ª etapa que nos presentará un nuevo final inédito como es el Alto Mas de la Costa (Penyagolosa) y, sobre todo, con las dos jornadas en la provincia de Alicante que, salvo monumental sorpresa en los Pirineos, decidirán muchísimas cosas… por no decir todas.

Póster oficial de la © Vuelta

Será importantísimo para los aspirantes al triunfo final en Madrid, lugar al que todos estarán ya deseando llegar, que hayan sido capaces de dar todo lo que tenían en las etapas anteriores, pero guardando algo en las piernas para la única contrarreloj individual de esta edición que se disputará entre Xàbia y Calpe. Será una crono que sí podría ser denominada como larga ya que sus 39 kilómetros benefician, en principio, a especialistas puros y penalizan, como ya sucedió en 2015 con la etapa de Burgos, –algo más lejos del final–, a los escaladores. El perfil de la etapa, que pasa por el Poble Nou de Benitaxell –donde el pasado año se giraba para subir hasta las Cumbres del Sol–, completamente plano salvo un pequeñísimo y casi imperceptible repecho en el tramo inicial, podría dar la sensación de favorecer a los grandes especialistas, pero como ya se conoce, esa zona está llena de carreteras estrechas y con muchísimas curvas, por lo que habrá que esperar a conocer el trazado exacto de esa etapa antes de dar un veredicto definitivo sobre las opciones de cada cual.

Y, por fin, llegaremos a Benidorm, lugar al que regresa la Vuelta a España después de que fuese punto de partida de la edición de 2011. La capital turística de la Comunitat Valenciana acogerá la salida de la auténtica traca final de esta 71ª edición de la Vuelta. Desde sus masificadas playas, se pondrá rumbo hacia la Base Militar del Alto de Aitana, un final idéntico al del año 2009 –en aquella ocasión el pelotón procedía de Alzira con siete puertos previos– en una jornada que vio cómo se imponía Damiano Cunego y Cadel Evans se vestía de líder sólo un día antes de que Alejandro Valverde, allá en el Xorret del Catí, hiciera lo propio para ya no abandonar esa primera plaza hasta llegar a Madrid.

En esta ocasión, los corredores se enfrentarán a 184 kilómetros con cuatro ascensiones previas a la de la propia base del Ejército del Aire. Será una jornada que, si las diferencias son exiguas, podrían depararnos un espectáculo electrizante como el que vivimos hace sólo unos meses entre San Lorenzo de El Escorial y Cercedilla. Ya saben: cuando la escapada de Rubén Plaza, la exhibición de Fabio Aru y su Astana, el hundimiento de Dumoulin, el zorreo de Purito y la confirmación definitiva de Majka. Puede ser, decíamos, una jornada parecida porque el terreno puede dar para ello. Nada más salir desde la ciudad de los rascacielos, el pelotón pondrá rumbo al Coll de Rates, un viejo conocido de segunda categoría sin entidad para hacer diferencias, pero sí el terreno en el que comenzar a pensar en la táctica posterior lanzando, por ejemplo, hombres por delante pensando en la ayuda que luego puede ser preciosa. Desde ese momento, ni un solo metro llano. El Alt d’Ebo, el Alto de Tollos y el Puerto de Tudons servirán de caldo de cultivo para lo que tenga que suceder en esa ascensión final a Aitana. ¿Se la jugarán en sus rampas? ¿Será una etapa en la que el espectáculo comience desde la salida? Hay terreno para que sucedan las dos cosas, todo dependerá, claro está, de cómo esté la general ese penúltimo día antes de poner rumbo, ya el domingo 11 de septiembre, hacia Madrid para el tradicional paseo protocolario por la Castellana y agasajo final al vencedor.

LAS ETAPAS DE LA VUELTA A ESPAÑA 2016

Las altimetrías interactivas de los 10 finales en alto

Sábado, 20 de agosto. Balneario de Laias – Parque Náutico Castrelo de Miño (CRE). 29,4 Kms

Balneario de Laias – Parque Náutico Castrelo de Miño (CRE). 29,4 Kms

Domingo, 21 de agosto. Ourense – Baiona. 159 Kms

Ourense – Baiona. 159 Kms

Lunes, 22 de agosto. Marín – Mirador de Ézaro. 170 Kms

Marín – Mirador de Ézaro. 170 Kms

Martes, 23 de agosto. Betanzos – San Andrés de Teixido. 161 Kms

Betanzos – San Andrés de Teixido. 161 Kms

Miércoles, 24 de agosto. Viveiro – Lugo. 170 Kms

Viveiro – Lugo. 170 Kms

Jueves, 25 de agosto. Monforte de Lemos – Luintra. 163 Kms

Monforte de Lemos – Luintra. 163 Kms

Viernes, 26 de agosto. Maceda – Puebla de Sanabria. 158,3 Kms

Maceda – Puebla de Sanabria. 158,3 Kms

Sábado, 27 de agosto. Villalpando – La Camperona. 177 Kms

Villalpando – La Camperona. 177 Kms

Domingo, 28 de agosto. Cistierna – Alto del Naranco. 165 Kms

Cistierna – Alto del Naranco. 165 Kms

Lunes, 29 de agosto. Lugones – Lagos de Covadonga. 186,6 Kms

Lugones – Lagos de Covadonga. 186,6 Kms

Martes, 30 de agosto. Jornada de descanso

Miércoles, 31 de agosto. Colunga – Peña Cabarga. 168,6 Kms

Colunga – Peña Cabarga. 168,6 Kms

Jueves, 1 de septiembre. Los Corrales de Buelna – Bilbao. 193,2 Kms

Los Corrales de Buelna – Bilbao. 193,2 Kms

Viernes, 2 de septiembre. Bilbao – Urdax-Dantxarinea. 212,8 Kms

Bilbao – Urdax-Dantxarinea. 212,8 Kms

Sábado, 3 de septiembre. Urdax-Dantxarinea – Aubisque. 195,6 Kms

Urdax-Dantxarinea – Aubisque. 195,6 Kms

Domingo, 4 de septiembre. Sabiñánigo – Formigal. 120 Kms

Sabiñánigo – Formigal. 120 Kms

Lunes, 5 de septiembre. Alcañiz – Peñíscola. 158 Kms

Alcañiz – Peñíscola. 158 Kms

Martes, 6 de septiembre. Jornada de descanso

Miércoles, 7 de septiembre. Castellón – Mas de la Costa. Llucena (Penyagolosa). 173,3 Kms

Castellón – Llucena (Penyagolosa). 173,3 Kms

Jueves, 8 de septiembre. Requena – Gandia. 191 Kms

Requena – Gandía. 191 Kms

Viernes, 9 de septiembre. Xàbia – Calpe (CRI). 39 Kms

Xàbia – Calpe (CRI). 39 Kms

Sábado, 10 de septiembre. Benidorm – Alto de Aitana. 184 Kms

Benidorm – Alto de Aitana. 184 Kms

Domingo, 11 de septiembre. Las Rozas – Madrid. 102, 5 Kms

Las Rozas – Madrid. 102, 5 Kms

Ficha técnica

Inicio: Sábado, 20 de agosto de 2016 en el Balneario de Laias (Ourense)

Final: Domingo, 11 de septiembre de 2016 en Madrid

Total kilómetros: 3.277,3 kms en 21 etapas con dos días de descanso

Total kilómetros contrarreloj: 68,4

Desglose de etapas:

Etapas llanas: 7 (2 con final en alto)

Etapas de Media Montaña: 7

Etapas de Alta Montaña: 5

Contrarreloj por equipos: 1

Contrarreloj individual: 1

Puertos de Montaña:

Puertos de Categoría Especial: 3

Puertos de 1ª Categoría: 9

Puertos de 2ª Categoría: 18

Puertos de 3ª Categoría: 21

TOTAL: 51 puertos

Llegadas de etapa inéditas

Parque Náutico de Castrelo de Miño (1ª)

San Andrés de Teixido (4ª)

Luintra (6ª)

Urdax-Dantxarinea (13ª)

Aubisque (14ª)

Llucena (Penyagolosa) (17ª)

Salidas de etapa inéditas

Balneario de Laias (1ª)

Marín (3ª)

Betanzos (4ª)

Monforte de Lemos (6ª)

Maceda (7ª)

Villalpando (8ª)

Cistierna (9ª)

Colunga (11ª)

Los Corrales de Buelna (12ª)

Urdax-Dantxarinea (14ª)

Alcañiz (16ª)

Requena (18ª)

Xàbia (19ª)