La Vuelta: España, una potencia en tiempos bajos

El apoyo popular al ciclismo sigue siendo enorme / © TVE

Vuelta a España: Todo sigue igual para que todo cambie

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Nicolás Van Looy / Ciclo21

La cosa –y eso que todavía no sabíamos que Alejandro Valverde e Ion Izagirre se iban a ir a casa a las primeras de cambio– ya fue dramática en el Tour de Francia. En Düsseldorf sólo 13 corredores españoles estaban llamados a tomar parte del Grand Départ de la carrera ciclista por etapas más importante del planeta. La caída de un imperio, dijimos entonces. De ellos, acabaron once. Sólo los ya mencionados Valverde e Izagirre, que apenas nos duraron unos metros por el mojado y resbaladizo asfalto alemán, dijeron adiós antes de llegar a París.

Ahora, en la Vuelta a España que el sábado arranca en Nîmes (Francia), la participación española ha alcanzado un total de 32 corredores con Movistar, el único equipo español de categoría World Tour, y Caja Rural como los abanderados de la causa presentando a seis corredores de casa en sus nueves iniciales.

El caso es que este año, después de dos ediciones en las que la participación francesa fue superior a la nacional, España ha vuelto a encabezar el número de corredores presentes en la salida de su gran ronda. Eso, claro que sí, es una buena noticia. A ella, al menos por el momento, hay que sumar las intenciones de Murias de crear una estructura continental profesional el año que viene que, de convertirse en realidad, sumará el próximo año todavía más presencia no sólo en la Vuelta a España sino, sobre todo, a lo largo y ancho de todo el calendario.

Pero eso no dejan de ser futuribles y habrá que ocuparse de ellos cuando se conviertan en realidades. Lo tangible ahora es que, pese a esa tímida recuperación que supone presentar cinco corredores más que el pasado año, los 32 españoles que formarán el sábado en Nîmes apenas representan poco más de la mitad de los que se dieron cita en Sevilla en el año 2010, donde fueron 50 los corredores nacionales que partieron camino de Madrid. Aquello, por otra parte, supuso la cifra más alta de toda la década.

Pero es que el dato de 2010, que ya era bueno, es paupérrimo si tenemos en cuenta que en 2003, el mejor año desde que comenzara el siglo, se dieron cita en Gijón un total de 90 corredores españoles, aunque es justo recordar que en aquella época nos rasgábamos las vestiduras porque ninguna figura de renombre, aparte de las españolas, se sentía atraída por la Vuelta a España y que, también es importante recordarlo, hablamos de una época en la que la globalización todavía no había llegado para quedarse.

Sea como fuere, lo cierto es que 32 corredores permiten este año a España volver a presumir de ser el país más representado en Nîmes. En 2015 y 2016 ese honor lo tuvieron, en Puerto Banús y Ourense, respectivamente, los corredores franceses. Esos dos años fueron, con 27 españoles en liza, los peores del ciclismo español en lo que va de siglo en su propia carrera.

Esa cifra antes referida sifnifica únicamente el 16% de los 198 hombres que buscarán llegar al Paseos de la Castellana en Madrid. Alberto Contador, uno de los grandes referentes del ciclismo español, dirá adiós a su carrera deportiva, si no se cruza una desgracia en su camino, en la capital de España. Alejandro Valverde sigue lamiéndose las heridas en Murcia. Mikel Landa, agotado, piensa ya más en azul Movistar que en negro Sky de cara a la próxima campaña. Samuel Sánchez, el hombre que siempre está ahí, no da la sensación de que vaya a poder estar peleando el rojo (otra cosa muy distinta son los triunfos parciales). Ion Izagirre, como Valverde, sigue fuera de competición tras aquella caída en Düsseldorf. Con este panorama… ¿qué nos queda?

Esa es la gran pregunta a la que, obligados por las circunstancias, vamos a comenzar a encontrar respuesta. Si es cierto que cada crisis es una oportunidad, los jóvenes herederos del ciclismo español se encuentran ante una inmejorable. Rosón, que el próximo año se enrolará en Movistar; Soler, que debuta en una grande; Fernández, que ya sabe lo que es vestir el rojo de líder en la Vuelta; Bilbao, que tiene que dar un paso al frente sí o sí; García Cortina, que no tendrá muchas oportunidades, pero puede aprovechar el anonimato para pensar en Bergen; David de la Cruz, al que nada ni nadie presiona en Quick Step; Carlos Verona, que tiene, al menos, tres hombres por delante dentro de su propio equipo… es el momento de dar un paso al frente y demostrar que la caída en el número de participantes en la gran ronda nacional no es más que el reflejo inevitable de la globalización del ciclismo y no de una dramática disminución de la calidad de nuestros corredores.

PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA DESDE 2000