Entrevista completa J. A. Ezquerro / as.com
-¿Cómo llegó a Astana?
-Martinelli me conocía de mi victoria en la Vuelta a Burgos. Me llamó cuando quedó claro que el Euskaltel no iba a salir.
-Sus prestaciones en el Giro le proporcionarán muchas ofertas. ¿Saldrá del equipo?
-De momento me siento feliz aquí, veremos qué sucede en el futuro. Aunque me ha costado, me he ganado la confianza de mis compañeros y mis directores.
-¿Cuál es su relación con Vinokourov?
-Buena. Desde fuera parece un poco frío y distante, pero cuando intimas te das cuenta de lo buena persona y pedazo de pan que puede ser.
-¿No le preocupa el pasado sospechoso de su escuadra o que se dude de su rendimiento?
-Estoy a favor de castigar a los que cometen errores. Sin embargo, no hay que poner en duda a los ciclistas o al Astana por unos fallos puntuales. Que acabara bien la incertidumbre sobre la licencia World Tour supuso una liberación.
-Llegó a Italia como escudero de Fabio Aru y sale como el tercer clasificado y con dos triunfos de montaña de prestigio. ¿Vértigo?
-Sí, ha ocurrido todo de repente y no lo he asimilado. Me benefició comenzar la carrera como gregario, con mucha menos presión. En Astana no me quemaron, era el último hombre que debía permanecer junto a Fabio. Después, cogí la capitanía cuando él se encontró mal en el Mortirolo. Partí con el objetivo de una victoria, este resultado ha excedido mis expectativas.