Mikel Landa confía en ser protagonista en lo que resta de la Vuelta a España, en la montaña, después de descolgarse de la lucha por la clasificación general en las dos últimas jornadas. Ahora el escalador del Astana se centrará en apoyar a Fabio Aru y espera poder disputar un triunfo de etapa.
Landa perdió más de 14 minutos el domingo en las Cumbres del Sol y más de diez ayer en Castellón por lo que ahora está ya 37º a 26:26 del líder Tom Dumoulin. Sus opciones de repetir el podio del Giro de Italia o hacer una buen puesto en Madrid se han esfumado pero no todas sus ambiciones. “Queda mucha Vuelta y las etapas más duras. Me gustaría tener la oportunidad de luchar por una etapa y echar un cable a Fabio (Aru). Con verme delante en las etapas de montaña y disputar alguna salvaría la Vuelta y vería cumplidas mis expectativas”, afirma.
No tiene dudas de la fortaleza de Aru, quinto y en empate técnico con el resto de grandes nombres, y es una motivación. “Es un candidato a ganar la Vuelta y hay que apoyarlo. Hasta ahora, estos repechos finales no le favorecen demasiado. Yo le veo bien, con un buen pedaleo, y tiene la frescura que no tienen los que corrieron el Tour. Yo creo que puede luchar por la victoria”, asegura.
Así que el Astana tiene el objetivo claro de intentar al menos ganar la Vuelta con Aru, pese a contar con dos efectivos menos desde el inicio, Nibali, descalificado el segundo día por su maniobra, y Tiralongo, retirado en la tercera etapa por las heridas en su rostro. “Vaya si se ha notado y tan pronto y más dos corredores como ellos: Nibali, un líder, y Tiralongo es como nuestro director en carrera. Ha sido una pena”, destaca.
No oculta el de Murgia que quedan etapas “muy duras”, especialmente las de Andorra, el miércoles, y la de la Ermita del Alba, el lunes. “El ciclismo siempre ha sido así, con etapas que marcan diferencias y recordadas para la historia. Pero quién sabe, normalmente se suben a ritmo los puertos”, apunta.
Sobre su rendimiento en las dos últimas jornadas, cedió casi 14 minutos en las Cumbres del Sol y más de diez ayer en Castellón, Landa afirma que sus sensaciones lógicamente no han sido las mejores. “El día anterior ya sufrí. El domingo, me dejé ir para guardar fuerzas una vez que me di cuenta que no podía seguir el ritmo de los primeros. Claro que me hubiera gustado aguantar al menos hasta Andorra pero las dudas que tenía han quedado en evidencia. No he podido alcanzar mi forma del Giro y de hecho estoy muy lejos”, como ya declaró a Ciclo 21 en la salida de Valencia.
No encuentra una explicación a esa diferencia de forma. “Empiezo a pensar un poco ahora en ello. Pienso que el parón después del Giro, dos meses, fue muy grande. Después, estuve en altura y cuando bajé no me encontré bien. Empiezas a darle vueltas a la cabeza, te tensionas y pienso que eso me ha traicionado”, lamenta. Su regresó a la competición fue en la Clásica de San Sebastián y corrió la Vuelta a Burgos, donde se cayó en la etapa inicial.
En cuanto a los rivales que se puede encontrar Aru ve a “un Dumoulin muy fuerte”. “Nadie esperaba su nivel y en esos finales tan explosivos. Y, como Aru, tiene la frescura de haberse retirado pronto del Tour”, señala. “Luego están Froome y Quintana que terminaron muy bien el Tour; Valverde se hizo daño en la caída y ahora hay que esperar a ver cómo se recupera. Siempre está ahí y no fallará, pero de ahí a ganar hay un paso; Y a Purito quizá le favorezca que no disputara la general del Tour. Quedan por destapar muchas cartas”, explica.
Tras la Vuelta, decidirá si cuelga el dorsal esta temporada. “Tengo previstas las clásicas italianas de final de temporada, desde Piamonte hasta Lombardía. Dependerá de cómo termine la Vuelta. El equipo me he dejado libertad para correrlas o no”, concluye.
© Acquadro