El futuro de Mikel Landa se va despejando poco a poco. El corredor alavés continúa recuperándose de las secuelas producidas tras su caída en la Clásica de San Sebastián el 4 de agosto. El percance le privó primero de participar en La Vuelta, poco después le apartó del Tour of Britain y es más que probable que también lo aleje del Campeonato del Mundo de Innsbruck, que se celebra el día 30 de septiembre.
En declaraciones a Eitb, Landa ve cada vez más difícil estar en Austria. A 20 días vista, más que el hecho de estar recuperado de la lesión, el principal hándicap estriba en alcanzar el nivel de forma necesario para afrontar una prueba de 260 kilómetros y de una dureza máxima. Eso sí, el corredor de Movistar no da todavía por finalizada su temporada y espera poder tomar la salida en las clásicas italianas, entre ellas Il Lombardia, que se disputa el 13 de octubre.
El corredor de Movistar lo seguirá siendo en 2019. Landa también confirmó que mantuvo contactos con Alexandr Vinokourov para tantear un posible retorno a Astana –como se publicó durante el Tour de Francia-, pero el de Murgia manifestó a su antiguo patrón su deseo de mantener su año de contrato con el conjunto telefónico.
Por último, Landa también aseguró la continuidad para el próximo año como escuadra continental de la Fundación Euskadi, de la que es presidente.