Redacción / Ciclo21
Floyd Landis ha sido uno de los blancos preferidos de Lance Armstrong desde que el texano pasara, casi de la noche a la mañana, de héroe a villano por su confesión de dopaje a lo largo de su carrera deportiva. Incluso en el documental que ESPN estrenará en breve y en el que, como ya dijo, contará “su verdad”, Armstrong atiza fuerte al que fuera su compañero y afirma que las cosas, para él, “podrían ser peores. Podría ser Floyd Landis y levantarme siendo un pedazo de mierda cada día”.
Preguntado por ello en ESPN Radio, Landis dice que “puedo empatizar con Armstrong. Fui humillado públicamente y eso es algo que duele, recuerda ahora en relación a su positivo en el año 2006. “Quieres culpar a alguien y, a veces, es más fácil elegir a la persona más obvia para eso. Lance puede culparme si quiere porque, de no ser por mi, quizás todo seguiría siendo un secreto”.
Sobre su confesión pública, Landis explica que “ya no podía seguir callado por más tiempo. Lance no está contento con eso, es evidente. Espero que pueda encontrar algo de paz en su vida. Yo ya no tengo ninguna animadversión hacia él”.
Sin embargo, Landis cargó con todo contra su compatriota en el pasado, llevándose incluso a un juicio en el que, finalmente, Armstrong tuvo que aceptar un acuerdo con el Gobierno de los Estados Unidos para pagarle la cantidad de cinco millones de dólares.
Sobre el motivo que le llevó a aliarse con el gobierno de su país, Landis explica que “no estaba seguro de que alguien fuese a creerme. La visión de la vida de Lance es que nada es excesivo. Es un fan de Hunter S Thompson [creador del llamado periodismo gonzo, N.d.A.], así que si peleas contra un tipo así tienes que hacerlo con todo lo que tengas a tu alcance. Así que me di cuenta que necesitaría gente con músculo a mi lado y sabía que el Gobierno Federal tendría interés en investigarlo”.
La colaboración de Landis con el gobierno le reportó al excorredor de Phonak algo más de 1,5 millones de dólares de aquel acuerdo extrajudicial al que llegó con Armstrong, pero eso no fue suficiente como para que sus fantasmas interiores alcanzaran la paz después de aquella confesión.
“Ya ha pasado mucho tiempo y debería de estar bien, pero no es así. Fue un periodo muy duro para mi. Ese nivel de humillación pública fue muy traumático”, asegura el excorredor.
Tantos años después, Landis considera que Armstrong fue “un atleta extraordinario y el mejor ciclista junto al que he corrido. Todos tenemos algunos defectos y obviamente se aireó más de lo que cualquiera quisiera, pero él no era como todos los demás”.