Brian Cookson, actual presidente de la UCI y, hasta hoy, único candidato oficial a la reelección, no ha tenido un mandato fácil al frente del máximo organismo mundial. El británico se encontró con muchos fuegos encendidos cuando llegó al cargo, pero no dudó, cuando los rescoldos de varios aquellos incendios no estaban completamente apagados, en enceder nuevos frentes en su empeño por modernizar y transformar el ciclismo en aras de la siempre buscada globalización de un deporte que, eso sí es innegable, es mucho menos europeo que cuando él asumió la presidencia.
Esa internacionalización no ha llegado exenta de polémica ni de críticas. Además, las patatas calientes heredadas de sus antecesores y no convenientemente cerradas han encendido muchas voces críticas en el mundillo y lo que era un secreto a voces, adelantado ya por Ciclo21 el pasado mes de enero, se ha confirmado hoy: el francés David Lappartient peleará con Brian Cookson por la presidencia de la UCI.
Las elecciones, que tendrán lugar el próximo 21 de septiembre, servirán, por lo tanto, para aprobar o suspender la gestión de Cookson y para ello Lappartient ha presentado hoy un programa (disponible para descarga aquí) con 5 puntos clave entre los que destacan “reforzar la autoridad de la UCI con un presidente que garantice un liderazgo real y efectivo, poner la UCI al servicio de las federaciones nacionales, convertir al ciclismo en un deporte del siglo XXI, desarrollar una visión ambiciosa para el ciclismo profesional y asegurar la credibilidad de los resultados deportivos y proteger a los deportistas”.
Lappartient puede ser considerado como el candidato de la Unión Europea de Ciclismo (UEC), entidad que el francés ha presidido desde 2013, periodo del que ahora presume de haber “modernizado los Campeonatos de Europa, haber convertido la UEC en una institución referencia dentro del ciclismo y de haber creado los europeos para la categoría Elite UCI”.
Además, Lappartient fue, desde 2009 y hasta este mismo año, presidente de la Federación Francesa de Ciclismo (FFC), institución en la que ha estado involucrado, en distintos puestos de responsabilidad, desde 1997.
Todos esos cargos los ha compatibilizado, desde 2013, con la vicepresidencia de la UCI, de cuyo comité directivo es miembro desde 1995. “Como vicepresidente de la UCI”, ha asegurado hoy, “soy conocedor y consciente de los muchos problemas que afronta la institución de forma crónica”. Y uno de esos problemas es, a juicio del francés, la falta de liderazgo al frente del organismo con sede en Aigle ya que opina que “para el ciclismo es crucial tener un presidente con un liderazgo real, que esté muy involucrado y que tenga una visión clara de lo que necesita el ciclismo. Yo tengo esas cualidades”.