En el reparto del pastel del ciclismo mundial que realizan desde hace un tiempo las dos mejores organizaciones, ASO y RCS, Dubai ha sido la última estación. Los chicos del Giro de Italia han conseguido poner el pie en el rico, y oneroso, emirato, llevando a empujones un buen puñado de estrellas que diera lustre a esta siempre especial edición inaugural.
El Dubai Tour ha caído en manos de un estadounidense mimando y acomodado que ha podido abrir un nuevo ciclo para su equipo. BMC, la escuadra que finalmente materializó su interés por Samuel Sánchez, emprendió este invierno un lifting que se espera culminar con resultados. El conjunto que viste de negro y rojo no se ha caracterizado por brillar como colectivo siendo obvio que el Tour de Cadel Evans es premio escaso y lejano ante la inversión del conjunto de raíz helvética.