La caída sufrida ayer por Fabio Jakobsen (Deceuninck-Quick Step) en la disputa de la primera etapa del Tour de Polonia tras un movimiento irregular de Dylan Groenewegen (Jumbo-Visma) hizo explotar de ira a Patrick Lefevere, mánager general del equipo belga.
El veterano directivo no tardó en tuitear que iría “al juzgado por este tipo de acciones en el ciclismo. Esto es un hecho criminal, señor Groenewegen”. Sea exagerado o no señalar a Groenewegen como un criminal (ya hemos analizado las muchas circunstancias que se han de tener en cuenta a la hora de juzgar lo sucedido), Lefevere, ya supuestamente más calmado, seguía asegurando horas después del incidente que “tienen que meterle en la cárcel”, en referencia, claro está, a Dylan Groenewegen.
Ya por la noche, en conversación con Het Laatste Nieuws, Lefevere mantenía que “estoy muy enfadado y me mantengo en mis afirmaciones de Twitter. Fue una acción muy sucia por parte de Groenewegen. He visto el sprint decenas de veces y sigo sin comprender la acción de Groenewegen”.
El máximo responsable del equipo de Fabio Jakobsen explica que “un corredor debe permanecer en su línea. Groenewegen lanza el sprint y, por lo tanto, como primero puede elegir su trazada y el lo hace por el centro. Pero después se va claramente a la derecha y cada vez más hacia su derecha. Además, ve venir a Fabio y saca el codo”.
Según Lefevere, “Groenewegen prácticamente se tumba encima de Fabio y eso es lo que hizo que perdiera el equilibrio y cayera sobre el lateral. Sencillamente, le empujó encima de las vallas. Le ha empotrado. No puede haber comprensión para esto, es un ataque. Fabio esperó hasta los últimos 50 metros. Si esa acción de Groenewegen le hubiera sobrepasado”.
Por todo ello, el mánager de Deceuninck-Quick Step insisto: “así pues, no, no retiro mis palabras en Twitter. Ya hemos puesto una queja a la UCI y vamos a presentar otra denuncia ante la policía polaca. Siento que tengo que hacer fuerza en esto. Esto es algo que no se puede dejar pasar y hay que hacer las cosas en el lugar y momento en el que ha ocurrido”.
Por su parte, su homólogo en Jumbo-Visma se puso en contacto con Lefevere y este reconoce que “fue un gesto valiente que me llamara, pero le insistí en que no podía entender la maniobra de Groenewegen”.
Vuelo privado para la familia
Lefevere, que no está en Polonia, asegura que “no es mi prioridad ahora ir hasta allí”. Sin embargo, el belga no ha estado parado esta noche ya que “me centré en ayudar a la familia de Fabio. Hablé con su padre y estaban preparándose para coger el coche y conducir hasta Polonia. Más de 1.000 kilómetros de carretera para poder estar con su hijo. Les he conseguido un vuelo privado en el que han viajado sus padres y su novia. Esta mañana han despegado desde Rotterdam. También viaja con ellos el psicólogo del equipo para que pueda ayudar al resto de corredores”.