Hasta la irrupción en escena de un tal Sven Nys a principios de este mismo siglo, los aficionados se dividían a la hora de señalar al mejor especialista de siempre. Como suele ocurrir en estos casos, sobre todo cuando la cosa se tiene que dirimir entre dos hombres de la misma nacionalidad, regionalismos, filias y fobias de cada cual salen a relucir y nunca hubo un consenso claro. Roland Liboton y Erik De Vlaeminck eran, dependiendo de a quién se le preguntase, los mejores crossers de la historia.
Un título que el Caníbal de Baal puso en duda con sus incuestionables logros, pero aunque para buena parte de los aficionados lo hecho por Nys superaba cualquier gesta anterior, el propio Liboton –y no era el único– seguía destacando a De Vlaeminck como el mejor especialista de la historia de la disciplina invernal.
Ahora, tras tres temporadas realmente espectaculares, Mathieu van der Poel, con sólo 24 años, ha trastocado hasta los cimientos esas verdades absolutas del ciclocross. El nieto de Raymond Poulidor está batiendo todos los récords de la especialidad invernal del ciclismo y su dominio es tan insultante que para el propio Liboton, de 61 años, la cosa no tiene discusión posible: Van der Poel es el mejor de la historia.
En declaraciones realizadas al portal Wielerflits, Liboton lo deja muy claro: “colocad a Mathieu en el número uno. Es de otro planeta”. El excorredor belga, cuatro veces campeón del mundo, reconoce que “en términos absolutos, todavía no lo es. Es imposible, porque acaba de cumplir 24 años. Pero la manera en la que ejerce su dominio…”
“No quiero ser injusto con Nys, De Vlaeminck o conmigo mismo. Todos fuimos buenísimos crossers, pero lo que hace Mathieu es de otro planeta”, explica Liboton. “Es verdad que Erik también era capaz de saltar sobre las tablas, pero hablamos de los inicios de ese obstáculo. Esas cosas medían entonces 18 centímetros. Mathieu salta sobre tablas de 40 centímetros. Por lo que a mí respecta ya le podéis considerar como el mejor especialista de todos los tiempos”.
Pero los elogios de Liboton no terminan ahí. El ganador de tres ediciones del Superprestigio asegura que “puedes ser un gran campeón sobre la bicicleta, pero Mathieu también lo es cuando se baja de ella. Sigue siendo modesto y trata maravillosamente a sus aficionados”.