Noruega es un país frío. Los inviernos allí son largos y oscuros. El blanco de la nieve es el color predominante durante la época más fría del año. En los parajes más apartados de la civilización –especialmente en el Norte– un paseo por el campo se convierte en una jornada de supervivencia ante el peligro de encontrarse con la fauna salvaje (especialmente osos). No parece este el caldo de cultivo ideal para llenar el pelotón de grandes corredores. Llenarlo, no; pero de alguna manera los noruegos han conseguido asegurarse el relevo del que ha sido hasta la fecha su mejor corredor, Thor Hushovd –retirado la pasada semana– en la figura de Alexander Kristoff.
Ha sido profeta en su tierra. De eso no cabe duda. Ha viajado a casa cuatro veces esta temporada y el balance es inmejorable. Su primera visita fue con motivo de la Vuelta a Noruega donde se alzó con el triunfo en la primera y quinta etapas. En la Vuelta a los Fiordos el botín fue todavía mayor llevándose tres victorias parciales, la general final y la clasificación por puntos. Pinchó en el Nacional, donde sólo pudo ser 16º, pero regresó para la Artic Race y llevarse dos etapas.
Pero estos triunfos no son más que una anécdota. Bonita, sí, pero no lo suficientemente importante como para permitir a su protagonista colarse en este top-10 para el Mundial de Ponferrada, una cita donde la competencia será máxima y para la que hace falta algo más que buenas actuaciones en un puñado de carreras menores para ser considerado un favorito.
Kristoff ha completado un 2014 que ha confirmado la progresión que ya se intuía el pasado año. Decir que su victoria en la Milán-San Remo fue una sorpresa mayúscula sería, quizás, exagerar, pero lo cierto es que no entraba en las quinielas de (casi) nadie, pero en una edición pasada por agua y marcada por los cambios de última hora en el recorrido con la supresión del paso por la Pompeiana. Una carrera que sus grandes dominadores no iban a correr y corrieron. Una prueba que corredores que no tenían opciones anteriormente se habían marcado como objetivo y no corrieron. Allí, en aquel caos, Kristoff fue el más listo y, sobre todo, el más rápido. Allí se llevó su primer Monumento y consiguió algo que Hushovd –ni ningún noruego– había conseguido nunca: un triunfo en la Classiccissima.
Fue quinto en Flandes y abandonó en Roubaix completando una más que decente primavera. Una primera parte de la temporada cuyos brillos se vieron confirmados en el Tour de Francia donde fue de los pocos en conseguir batir al intratable Kittel. Lo hizo en dos ocasiones. Primero, en Saint Etienne y luego en Nimes y a punto estuvo a punto de volver a conseguirlo en París.
Tras su paso por la Grande Boucle no parece el noruego haber vuelto a recuperar ese golpe de pedal ganador pese a su triunfo en la Clásica Vatenffal, pero sería un grave error (como ya lo fue en San Remo) descartarle por completo. Hasta ahora, sólo Thor Hushovd ha conseguido llevar el maillot amarillo hasta el país de Papá Noel. Ahora, quizá, el invierno noruego pueda volver a disfrutar de ese maillot multicolor en esas largas noches.
Alexander Kristoff (Katusha) – Noruega, 27 años
Días de competición: 82 (14.056 kms)
Victorias: 2ª etapa Tour de Omán (2.HC), Milán-San Remo (1.WT), Vuelta Finanzplatz Eschborn-Frankfurt (1.HC), 1ª y 5ª etapas y Clasificación por Puntos Vuelta a Noruega (2.HC), 2ª, 4ª y 5ª etapas, Clasificación por Puntos y General Final Vuelta a los Fiordos (2.1), 12ª y 15ª etapas Tour de Francia (2.WT), 2ª y 4ª etapas y Clasificación por Puntos Artic Race (2.1), Vattenfall Cyclassics (1.WT).
Otros resultados: 3º 2ª etapa 3 Días de La Panne-Koksijde (2.HC), 3º 2ª etapa Vuelta a Noruega (2.HC), 2º 4ª, 6ª y 21ª etapas y 3º 19ª etapa Tour de Francia (2.WT), 2º General Final Artic Race (2.1)
Clasificación UCI World Tour: 8º
Puesto Mundial 2013: DNS
Etapas Grandes Vueltas: 2
Podios Monumentos: 1 (más un bronce en los JJOO de Londres)