Todos los años, la Challenge de Mallorca suele presentar bastantes novedades, incluso sorpresas, en cuanto a pequeños o grandes cambios en la Reglamentación, que están todavía frescos o incluso inéditos para muchos corredores. Recordemos hace unos años la polémica supresión de la aplicación del pinganillo, que dejó el Trofeo Palma sin árbitros y a mi como improvisado presidente ‘en funciones’ del Jurado Técnico.
En este 2014 las novedades son bastante escasas. Aparte del aumento de la altura de los coches que pueden seguir una prueba con el fin de posibilitar la presencia de algunos nuevos modelos, la norma más relevante podría resumirse en una frase aparentemente redundante: los ciclistas en una prueba de carretera tienen que ir obligatoriamente por la carretera.
Y es que han sido numerosos los casos de sustos e incluso atropellos por parte de ciclistas a espectadores sorprendidos por la inesperada presencia de un corredor por un carril bici o por la acera, al haberse salido en una rotonda o en una isleta y haber preferido continuar por la ‘circunvalación’ hasta encontrar una salida, que parar y retroceder.
La UCI entiende que la situación puede ser peligrosa y no se ha andado con chiquitas: expulsión de carrera para los que infrinjan esta norma, aparte de la corresponde sanción económica. Ahora solo queda ver si la norma se aplica con todo rigor en cualquier momento, situación o protagonista.