Astana-Premier Tech a los Izagirre, Arkèa-Samsic a los Quintana y Cofidis a los Herrada. El Equipo Kern Pharma a los hermanos García Pierna y la Asociación Deportiva Galibier, a los hermanos Castrillo: Jaime en el equipo farmacéutico y Pablo, en el Equipo Lizarte. Los hermanos de Jaca, que compartieron el año pasado estructura por primera vez en su carrera como ciclistas, se entienden, entrenan juntos “cada vez más” y coinciden en gustos.
Probablemente, y no sin motivos, se pueda pensar que la genética es el secreto de todo el puñado de hermanos que compiten en la elite del ciclismo. Sin embargo, los Castrillo tienen su propia teoría. “Aquí influyen más los hábitos y los gustos que otras cosas. Si nos interesa con una intensidad parecida la bicicleta y en casa hacemos cosas parecidas (alimentación, descanso, etc.), lo normal es que acabemos siendo deportistas similares”, reflexionan ambos en voz alta.
Cuando Jaime Castrillo (1996, Jaca) comenzó en el ciclismo en el Club Ciclista Oscense, Pablo Castrillo (2001, Jaca) hacía hockey sobre hielo. El mayor de los hermanos, que ganó la Vuelta a Pamplona con el maillot del Huesca la Magia y el Campeonato de España en categoría juvenil, fue uno de los tantos corredores del conjunto aragonés que dio el salto al Equipo Lizarte años después. Pablo comenzó a seguir entonces la estela de su hermano y, también, comenzó en el ciclismo en la categoría cadete. El año pasado, los jacetanos se encontraron en una misma estructura. “Es muy cómodo tener un mismo staff que, al fin y al cabo, representa a un mismo equipo. Estar los dos aquí nos da muchas facilidades”, afirma el mayor de ambos.
Jaime Castrillo, que deslumbró desde su primer año como sub23 en el equipo ‘rosa’, dio el salto en 2018 al World Tour de la mano del Movistar Team. Durante esos años Pablo completaba su etapa como juvenil, primero en el ya citado club oscense y, después, en el Club Ciclista Ermitagaña. “Seguir los pasos de mi hermano nunca ha sido una obsesión, pero me produce tranquilidad estar en el equipo en el que él completó su etapa amateur”, reconoce el pequeño de los dos.
Fue el año pasado, con el fichaje de Jaime Castrillo por el Equipo Kern Pharma y el salto de Pablo Castrillo a la categoría sub23 cuando los dos corredores se encontraron por primera vez en una misma estructura. “Ojalá compartir un mismo maillot en medio corto plazo”, admite Jaime. Pablo, por su parte, refrenda con tranquilidad la idea de su hermano. “Por supuesto que quiero estar ahí, en profesionales. Y ojalá compartir maillot con mi hermano. De alguna manera -continúa Pablo Castrillo– me siento un privilegiado. No todos los ciclistas sub23 tienen la suerte de convivir con un ciclista profesional”, afirma.
Los dos, cinco años más joven Pablo que Jaime, coinciden en aficiones y en la forma de observar el deporte de la bicicleta. Son parecidos, se entienden y comparten tiempo juntos. “Viendo ciclismo, el Equipo Lizarte nos ha influido mucho. Solemos tener opiniones parecidas sobre la táctica, sobre los corredores… nos han enseñado el ciclismo de una forma determinada que nos gusta”, reseña el ciclista del Equipo Kern Pharma. Fuera de la bicicleta, los jacetanos también comparten hobbies. “Jaime me enganchó a la NBA y ahora la vemos juntos. También nos divertimos con los videojuegos”.
“Conforme más mayores somos, más tiempo compartimos entrenando”, relata Jaime Castrillo. “Cuando era sub23 y Pablo cadete, apenas compartíamos horas de entrenamiento. Poco a poco, nuestras planificaciones se van igualando y, cada vez, podemos compartir más tiempo encima de la bicicleta”, señala con ilusión.