Volvemos sobre el año que despierta y lo hacemos tocando algunos otros aspectos que llaman nuestra atención. Ahí van más imprescindibles.
-Froome en el punto de mira. Si Chris Froome gana su tercer Tour el próximo año será pasto de la historia, sin duda, pero también de las sospechas, insinuaciones y recelos. Con todo es el mejor posicionado y desde luego en condiciones normales nadie se le aproxima, si exceptuamos a Nairo, que hasta fecha que ha quedado a un hervor del inglés.
-El siguiente paso de Nairo. Porque Nairo Quintana es el otro nombre de este rompecabezas. El colombiano es joven aún, por primera vez no pujará por el maillot blanco, y sin embargo no se puede conformar con otra cosa que no sea ganar el Tour. Es el peaje de ser tan bueno, tan pronto, tan rápido. Quiere el premio gordo y la resistencia a la frustración de tardar más o menos en conseguirlo, estará la clave para que tengamos un campeón sostenible en el tiempo.
-Un Giro atractivo. La confirmación de la presencia de Alejandro Valverde se suma a los ya de por sí elementos propios que hacen que el Giro de Italia sea la vuelta de tres semanas mas bonita del calendario. Valverde, que en principio trabajará para Nairo en el Tour, será uno de los candidatos a un cetro que optar a volver a manos de Vincenzo Nibali, quien consciente de estar un punto por debajo, aparca el Tour por el momento y Mikel Landa, ahora liderando un equipo sin medias tintas.
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