En estos últimos meses, en los que se ha escrito todo lo imaginable y lo inimaginable sobre la larga y fecunda trayectoria de Alejandro Valverde, uno de los detalles que ha pasado inadvertido son sus inicios como pistard, como campeón de España del kilómetro, como participante en el Mundial junior de La Habana 1998 y sus primeras concentraciones un año más tarde como sub23. Y nada mejor que Trackpiste.com para recuperar los detalles de aquellos eventos.
Como la mayor parte de los corredores destacados en categorías inferiores, en aquellas Comunidades que tienen una cierta tradición de pista –y Murcia lo es-, el periplo junior de Valverde tuvo dos jalones en los Campeonatos de España de pista, en Campos (1997), cuando fue subcampeón en velocidad, detrás, ni más ni menos que de José Antonio Villanueva, y en kilómetro, superado por Táfol Forcadell, y en Montroig (1998), dondeobtuvo el maillot rojigualdo como campeón de los 1.000 metros y de la persecución por equipos. Y es que la punta de velocidad del ‘Bala’ le llevaba a ser alineado preferiblemente en las pruebas cortas.
El llorado Toni Cerdá, por entonces seleccionador nacional, le convocó para el Mundial, que tendría lugar en ese exótico e inhabitual escenario cubano, entre el 15 y el 19 de julio de 1998, junto a Rubén Plaza, Unai Elorriaga, Javier Carrión, Pablo Fernández, Jorge García y las féminas Aranzazu Azpiroz (*) y Verónica Garriga. Un combinado de muchos quilates, entre los que sobresalieron Plaza, que terminaría cuarto en una persecución que se llevaría un tal Bradley Wiggins, y Garriga –una excelente velocista que no pudo alcanzar todo lo que prometía-, quinta en los 500 metros y octava en velocidad.
Valverde se alineó en el kilómetro, donde terminaría octavo, con 1:08.547, prueba en la que se impuso un australiano que luego haría una buena carrera en los velódromos, Ben Kerstens (1:06.664); en la persecución por equipos –junto a Plaza, Elorriaga y Fernández– con un tiempo de 4:31.290 en la clasificatoria, siendo séptimos al final, y en la por entonces llamada velocidad olímpica, con García y Carrión, “en donde nos faltó conjunción”, según reconocía el propio Cerdá, lo que se tradujo en una undécima posición, con un tiempo de 1:06.741.
Quien estuvo en aquel evento, por primera vez con los colores de la selección, fue Norbey Andrade, procedente de su Colombia natal antes de afincarse definitivamente en las Baleares. “Alejandro no fue protagonista, porque estaba en pista como otros muchos, porque lo tenía que hacer. Pero luego tuve bastante contacto con él, en las pruebas en las que he estado como técnico de organización de la Federación Española en pruebas de carretera. Siempre ha habido una buena relación con él, aunque nos veamos cada bastante tiempo”.
Es curioso porque ni Plaza, con el que siempre ha guardado bastante paralelismo, ni Elorriaga, recuerdan alguna anécdota de Valverde en aquel evento, aunque el de Ibi nos dice que “lo que más me impactó fueron los niños, que estaban fuera del hotel y a los que sacábamos comida”. El vasco sí las tiene de un Europeo de carretera sub23 en el que coincidieron pocos años después. “En aquel Campeonato, en el hotel en el que estábamos había bicis de paseo, de cortesía para los clientes…. Y creo que hicimos más kilómetros en estas bicis que en nuestras máquinas, ya que por las tardes o por las noches las cogíamos para ir al pueblo, por las parcelas, haciendo ciclocross. Tengo un gran recuerdo de él, ya que era un tío alegre, muy bromista”.
Cerdá tenía muchas esperanzas puestas en Plaza, “un corredor que está llamado a hacer cosas muy interesantes en pista” como dijo por aquel entonces, pero también en Valverde, y por ello les convocó en dos o tres concentraciones a comienzos del año 1999, cuando éstas se desarrollaban en el Hotel San Diego, de El Arenal (Mallorca). Por el contrario,Elorriaga, que sería quien tuviera una más amplia presencia en pista, no fue parte de la selección hasta mucho tiempo después. En ellas, Valverde coincidió con otros jóvenes como Xavier Florencio –con el que había estado en el Mundial de carretera de San Sebastián 1997, en el que también había coincidido con Plaza-, el ya mencionado Forcadell o Marcos de la Mata,junto a los ‘veteranos’ Carles Torrent, Miquel Alzamora e Isaac Gálvez, o las féminas Dori Ruano y Gema Pascual.
“Para mí también fue la primera concentración –recuerda Torrent- y recuerdo a Plaza y a Valverde, que acababan de fichar por el Banesto amateur, como dos chavales súper serios, súper implicados en el entrenamiento y que se cuidaban mucho, más que nosotros, que pasábamos un poco del tema, porque todavía no había empezado la temporada. Se ve que estaban muy mentalizados desde el equipo y se les veía muy centrados a los dos. Y mira hasta donde han llegado”.
Pero el caso es que sus trayectorias como pistards no duraron mucho, desde el momento en que la selección ya se tuvo que poner a trabajar de forma específica en las Copas del Mundo, en las que ya no entraron ninguno de los dos Banesto. El propio Plaza se sincera: “Dejamos de hacer pista en primer lugar porque no nos gustaba mucho y luego porque era complicado compaginarlo con la carretera.Aquel año en Banesto amateur ya no nos dejaban mucho margen para otra cosa que no fuese centrarnos en la ruta”.
De hecho, a mediados de septiembre, en Valencia, se disputaría un Campeonato de España en el que ya no estuvieron ni Plaza ni Valverde. Un año más tarde, en 2000, el murciano retornaba a la selección nacional de carretera, en este caso sub23, siendo el mejor español, aunque muy lejos de los mejores en el Mundial de Plouay. Y en 2002 se estrenaba en la absoluta con la plata en Hamilton, pero esa es ya la historia sobradamente conocida. Y que me conste, jamás ninguno de los dos volvió a un velódromo a competir.
(*) La ciclista guipuzcoana, junior de primer año en aquel evento, cumplía también una notable actuación, al ser octava en puntuación… y dejarnos las fotos que acompañan esta post, testimonios gráficos de incalculable valor. Eskerrik asko.