Luis León Sánchez: “Quiero ganar en las tres grandes”

Luis León Sánchez espera volver a levantar los brazos en las grandes vueltas / © Astana

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Dio el salto al profesionalismo con sólo 19 años de la mano de Manolo Saiz en el Liberty Seguros. Un año más tarde, en 2005, consiguió su primer triunfo en el Tour Down Under, carrera en la que debutará este 2018. En aquella misma edición fue espectador de lujo de uno de los momentos que años más tarde se ha convertido en historia del ciclismo español: el primer triunfo de Alberto Contador después de su cavernoma. Luis León Sánchez (24 de noviembre de 1983, Mula, Murcia) se ha convertido, en las ya largas 16 temporadas que lleva en el pelotón internacional en algo así como el quinto Beatle del ciclismo español. Su nombre no suele salir muy frecuentemente cuando hablamos de la generación de oro que conformaron el ya mencionado Contador, el también jubilado Purito, el todavía activo Valverde o el caído en desgracia Samuel Sánchez, pero no hay temporada en la que el murciano no haya hecho méritos más que suficientes como para ganarse el hueco.

Hace dos años hablamos con el murciano recién aterrizado en Astana tras la temporada en la que se tuvo que refugiar en el Caja Rural tras la desaparición de Blanco Pro Cycling, estructura heredera del Rabobank al que llegó en 2011. Ahora, completamente integrado dentro de la estructura kazaja, con quien tiene contrato hasta el final de 2019 explica que es muy probable que tenga que dar un paso adelante y pelear todavía con más ahínco por conseguir sumar triunfos en un equipo que carece de líderes tan claros como en años anteriores. Son nuevos tiempos en el equipo y, sobre todo, son hojas que van cayendo del calendario para él.

– Repasando su 2017 vemos sólo una victoria, pero si miramos más allá del papel es fácil recordarle en más de una ocasión peleando por triunfos que se quedaron muy cerca.

– El balance, cuando se ha conseguido ganar, nunca es negativo. Se puede mejorar, claro que sí. Me hubiese gustado ganar una etapa en el Giro, pero la salida fue muy difícil para nosotros con la ausencia de Michele [Scarponi]. El mero hecho de salir en la primera etapa ya fue un palo muy gordo. Esa carrera la corrimos más con el corazón que con la cabeza y finalmente no llegó el triunfo. Durante la Vuelta, con un líder tan claro en el equipo, era difícil encontrar la oportunidad, aunque el día de Castellón me quedé fuera de la pelea por decisiones dentro del equipo que hay que comprender. Era un día muy rápido y nunca sabes qué puede suceder y se tomó esa decisión. Luego, cuando ya ni la esperaba, llegó la victoria en el Gran Premio Bruno Beghelli.

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No llegó el triunfo en el Giro / © Astana

– Ahora que lo puede analizar más en frío, ¿cuánto tiempo duró ese bajón anímico y moral fruto de la muerte de Scarponi?

– A día de hoy se le sigue echando mucho de menos. En todos los equipos hace falta un corredor de sus características. Es un tipo que conseguía hacer grupo. Desde el primer momento le echamos en falta. Tuve la suerte de estar la última semana antes del Giro corriendo con él en Trentino, compartiendo habitación y se le veía muy animado y con ganas de volver a ser el jefe de filas de un equipo con Astana en el Giro. Tenía la mentalidad y la idea de hacerlo lo mejor posible. Lo que pasó fue terrible. Es verdad que una vez que tomas la salida del Giro ya va todo más rodado. Sabes lo que tienes que hacer, pero los primeros días fue algo difícil de digerir.

– En los dos últimos años Astana ha perdido a dos grandes referentes como Nibali y Aru. ¿2018 será un año de transición o el primero de una nueva era?

– Lo tendremos que ver. Es verdad que desde que yo llegué se han ido corredores muy importantes como Aru, Nibali y Landa, pero todos los equipos se renuevan y creo que tenemos un gran futuro por delante con Miguel Ángel López, que ha renovado hasta 2020. Creo que es el momento de un corredor con su mentalidad y que, como se vio en la Vuelta a España, promete muchísimo y, por supuesto, de gente como Fuglsang, que en el Dauphiné y en el Tour demostró que puede estar a un gran nivel. Y luego me tocará a mí dar un paso adelante sabiendo que no tenemos un líder tan claro como en años anteriores.

– No llegó usted a los 95 días de competición de su compañero Pello Bilbao, pero se quedó muy cerca sumando 93 días con dorsal en 2017.

– Siempre que empiezas en Australia sabes que vas a correr mucho. Además, a mí me gusta correr. Llevo dos años viviendo en Andorra e intento estar muy competitivo a principio de temporada y hacerlo bien en las primeras carreras.

– Ya hemos hablado de que Astana empieza una nueva era con Superman y Fuglsang. Además, en 2018 habrá importantes novedades con esa reducción de un corredor en carrera por cada equipo. ¿Dónde encaja un corredor como usted en todo esto?

– En principio, aunque no tengo el calendario cerrado, me tocará hacer el Giro. Si yo pudiera elegir, me gustaría hacer Giro-Tour. El equipo lo quiere hacer muy bien en esas dos carreras, pero igual que otros años todo el equipo quería llegar muy bien a esas carreras porque sabíamos que se podía hacer muy bien la general, este año tenemos la obligación de empezar bien desde el primer momento. Tenemos la obligación de buscar triunfos desde la primera carrera.

– Usted podría ser uno de los corredores beneficiados de esa reducción de corredores si se cumplen los pronósticos de que las carreras irán menos controladas.

– A mí siempre me ha gustado correr cuando la carrera ya va muy rápida. Las carreras siempre tienen un patrón, un equipo que la controla que en los últimos tiempos está siendo el Sky. Es verdad que al ser un corredor menos la cosa irá más abierta, pero al final la velocidad y la dureza de la carrera la hacemos los ciclistas y veremos cómo se corre este año con menos gente.

– Le confieso que, al menos a primera vista, me da la impresión de que es usted el corredor que está más fino de cuantos he tenido la oportunidad de entrevistar en estas semanas de invierno. ¿Va a empezar fuerte en año en Australia?

– (Ríe) No sé si porque siempre lo he hecho así, es verdad que me gusta empezar bien y sí, voy a Australia con la intención de hacerlo bien, pero luego ya se sabe que allí los corredores australianos también están a un alto nivel y van más rápido cada año. Sí, he trabajado muy fuerte en Andorra este invierno. He vuelto a hacer gimnasio y natación, que antes no hacía. Me he cuidado más. De momento, me encuentro bien y la intención es empezar a ganar rápido.

Podría ser una baza en Innsbruck / © RFEC

– Sé que no le gusta que le pregunte por cosas que están tan lejos, pero llevo días jugando a ser seleccionador pensando en Innsbruck. Con Alejandro Valverde como claro líder, si la carrera se vuelve un poco loca, ¿cree que podrían Valverde y usted jugar la baza que jugaron Induráin y Olano en Duitama?

– No es que no lo haya pensado, porque sí lo he hecho, pero al tener un líder tan claro en la selección como es Alejandro muchas veces se corre sólo con la intención de que sea él sí o sí. Es verdad que a todos nos gusta llegar bien al mundial, pero ahora sólo pienso en el día a día y las primeras carreras.

– ¿Hay algún periodo del año en el que tenga deseo de estar especialmente bien?

– En el Giro. El Tour se me ha dado bien. Llevo cuatro victorias en Francia, pero ninguna en el Giro o la Vuelta. Desde que empecé a correr el Giro con Astana siempre me he propuesto ganar alguna etapa, pero nunca me ha salido. Si no voy al Tour, también sumaría la Vuelta. Para mí sería algo grandioso poder ganar en las tres grandes. Otro objetivo que me he planteado es volver a ser competitivo en el nacional de contrarreloj.

– Miguel Ángel López se mostró a un gran nivel en la pasada Vuelta a España. ¿Su objetivo lógico debe ser ganar el Giro o debe seguir pensando en cosas más modestas y centrarse en seguir creciendo?

– La debilidad que puede tener Miguel Ángel es la primera semana de una gran vuelta. Si ves el pasado de Miguel Ángel ves que ha empezado muy tarde a montar en bici y la primera semana de una vuelta, con los nervios, el meter el manillar… todo eso conlleva riesgo. Lleva a caídas. Él mismo cuenta que en la primera vuelta que corrió, de cinco días se cayó cuatro. Este año se le dijo por activa y por pasiva que estuviese tranquilo y que tratara de estar cerca en la general, pero que, si tenía que perder tiempo para evitar caídas, lo perdiera para que supiera lo que es acabar una vuelta de tres semanas. Este año, efectivamente, igual se le exige un pelín más, pero sabiendo que es un corredor muy joven que tiene mucho futuro por delante, pero que podría luchar ya por una prueba de tres semanas. Nuestra idea es que él vaya creciendo sin renunciar a nada porque ya en esta Vuelta a España nos sorprendió a todos incluso dentro del equipo.

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Luis León Sánchez / © Astana

– ¿En qué sentido se sorprendieron?

– Por la madurez que mostró en momentos complicados de carrera. Recuerdo especialmente la etapa de Sierra Nevada. Se veía que Alberto [Contador] iba nervioso. Parecía que quería arrancar desde el primer puerto. Me acerqué a Miguel Ángel y se lo dije: llévate cuidado que igual arranca antes de Monachil. Estate cerca y luego tú ya decides. Y como si llevase toda la vida corriendo al lado de grandes campeones decidió irse con él y mira hasta donde llegó y lo que hizo. Luego pecó de inexperiencia en la etapa de Los Machucos saliendo desde el primer momento a por Alberto. Es donde te das cuenta que, aunque tiene una gran madurez, tiene esa inexperiencia.

– Si todo sale como usted desea, estará en el Tour al lado de Fuglsang. Visto desde fuera, es ahí donde Astana pierde más potencial.

– Igual hay corredores que con cierta edad y cuando ya se han ganado los galones, es cuando más andan. Es cierto que no tiene la juventud de Miguel Ángel o Fabio, pero el año pasado estuvo muy bien en el Dauphiné y antes de caerse en el Tour tampoco iba tan lejos en la general. Es cierto que no es un jefe de filas tan claro como Froome, Quintana o Nibali, pero creo que se ha ganado la oportunidad.

– Vive usted en Andorra, pero sé que ha estado por su tierra hace poco. No me resisto por preguntarle por su paisano. Hasta la caída del Tour estaba completando su mejor temporada. Tras una caída así, ¿piensa que volveremos a verle a ese mismo nivel?

– Sí, estuve en Murcia cuando le dieron vacaciones en el colegio a los niños por el puente de Todos los Santos. Esa semana entrené con él y es como si no se hubiese caído. Ha recuperado la musculatura de las piernas al cien por cien. Tiene unas ganas enormes de competir, como si no lo hubiese hecho en años.

– ¿Incluso a nivel mental?

– Es lo que más envidio de él: la mentalidad que tiene. Creo que va a volver donde lo dejó. Quizás tenga un poco de miedo al principio, pero no tardará en ser el del año pasado. Daba la impresión de haber perdido completamente el miedo. Atacaba cuando le parecía, incluso desde lejos. Le vi ganar en Cataluña y fue algo que nunca había visto en él. No será fácil volver a ese nivel, pero no lo descarto.

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