Marcel Camprubí (15 septiembre 2001, Barcelona, Cataluña) es otro de los neoprofesionales ciclistas procedentes del triatlón como los casos de Romo, Okamika o Wurf. De la mano del director Alex Sans y previo paso por el Eolo elite y sub-23 debuta con el nuevo proteam suizo Q36.5 que comanda el sudrafricano Douglas Ryder. Un buen escenario para descubrirse como un corredor que quiere parecerse a Purito Rodríguez por sus cualidades y sobre todo aprender y ser útil para no desaprovechar una oportunidad de las que pocos disponen. Debutó en la Vuelta a Murcia y acabó el domingo el Tro-Bro Léon con vistas ahora en el Tour de Eslovenia con un 27º puesto en la general de la Vuelta a Asturias como mejor día hasta la fecha.
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-¿Cuál es su historia ciclista desde su primera carrera hasta su debut profesional?
–Mi primera carrera fue una social en Catalunya, en la zona de Tarragona. En ese momento practicaba triatlón, Me gustó la experiencia pero me lo tomé como un entrenamiento de calidad para el triatlón. Posteriormente, me lesioné, un edema óseo en el escafoides del pie y junto al confinamiento de 2020 entrené mucho más la bici que cualquier otra disciplina. Al salir del confinamiento hice las pruebas con el Antiga Casa Bellsolà y me ficharon. Con ellos corrí mi primera carrera a nivel nacional, la Copa España de Torredonjimeno donde me pude colar en la fuga, pero exploté en el último puerto de la carrera. El siguiente año ya me dedique al ciento por ciento al ciclismo y corrí toda la Copa España, donde cogí mucha experiencia y nivel. Ese mismo año pude hacer segundo en los Nacionales y ganar una etapa de la Vuelta a Madrid. De ahí fui al Eolo ya que el equipo no pudo continuar y donde di un paso más hacia el profesionalismo, cuidarme más, trabajar en equipo… Tuve un inicio de año duro con algunos problemas de salud y una rotura del dedo pulgar de la mano derecha, pero pude acabar bien el año con una etapa en la Vuelta Navarra, la Vuelta Toledo, segundo en la general de la Vuelta Madrid y la Vuelta Cantabria. Mucho mejor de lo que nunca me habrí imaginado.
-¿Qué ha sido lo peor y lo mejor de este proceso?
-Lo mejor las amistades y el crecimiento personal. Al final hay momentos muy duros pero creo que te hacen crecer como ciclista y persona. Conoces a mucha gente durante este proceso y eso es muy especial. Me quedo sobretodo con el apoyo que recibes. Yo siempre soy de la filosofía de que hay que disfrutar de lo que haces, sino, es muy difícil durar en el deporte y que las cosas salgan bien. Por eso me gusta mucho mi rutina de entrenar y cuidarme, disfruto bastante del día a día. Lo peor creo que son las dudas y inseguridades que a veces sufrimos los atletas, pero hay que persistir porque al final llegas a sitios que nunca te habrías imaginado.
-¿Quién le dio la noticia, qué sensaciones tuvo y cómo lo celebró?
-El paso a profesionales fue un proceso largo. Al final, mi equipo es de nueva creación y hubo bastantes conversaciones sobre si saldría o no. Por lo tanto, no fue de un día para otro. En este proceso me ayudaron mucho mis padres y mi representante, obviamente. Una vez firmé el contrato sentí una sensación de felicidad enorme y a la vez, un poco de alivio. Lo celebramos con una buena cena con la familia.
-¿Cómo se define como ciclista?
-Por descubrir. Soy relativamente nuevo en este mundo y aún estoy viendo cuáles pueden ser mis puntos fuertes y mis flaquezas, pero como referente me gustan mucho los corredores como Purito, escaladores con un buen final. De momento en las experiencias que he tenido como profesional no me puedo definir ya que tengo que desarrollar más mi nivel en todos los aspectos.
-¿Qué espera de su primer año? ¿Objetivos?
-Sobre todo aprender y disfrutar, familiarizarme un poco con la categoría, la forma de correr, las tácticas que tiene cada equipo en función de quien sea su líder o de cómo sea el perfil. Obviamente me gustaría hacer algún resultado destacable. Sueño con un top 5, pero esa no es mi prioridad. Me quiero centrar en todo lo que depende de mí y maximizar mi rendimiento.
-¿Calendario 2023?
-La verdad es que es muy cambiante debido a los constantes cambios que tenemos en el equipo por lesiones y enfermedades, pero corrí la Vuelta Asturias, Tro-Bro Léon y después haré el Tour de Eslovenia.
-¿En qué carrera le gustaría estrenarse?
-Me encantaría correr la carrera de casa, la Volta Catalunya, especialmente la última etapa en Montjuïc ya que paso por ahí muchas veces entrenando. También seria ahí, con mi gente, un día muy especial.
-¿Qué opina de la precocidad de Evenepoel, Ayuso o Rodríguez?
-Creo que son corredores muy especiales. Se han dado muchas circunstancias para que sean tan buenos tan pronto. La genética, la cabeza que tienen y que han estado en ambientes que les han sabido llevar muy bien para que no les pueda ni la presión ni la ambición. Me alegro mucho por ellos, pero cada uno tiene su camino y sus tiempos, y trabajaré para que el mío sea lo más largo posible dentro de una vida que me llene, siempre intentando rendir al máximo nivel.
-¿Cómo ve a su equipo?
-Me siento muy afortunado de poder estar en un equipo así. Tiene un potencial enorme. Personalmente no podría estar más contento con el trato que he recibido humanamente, el material, los preparadores i directores, todo el staff… Lo tengo todo para rendir al máximo nivel, así que quiero aprovechar esta oportunidad al máximo.
-¿Con qué balance de su temporada estaría contento el 31 de diciembre?
-Sobretodo con grandes aprendizajes. No tengo como objetivos resultados sino hacer lo mejor que pueda todo lo que depende de mí. También me gustaría ayudar al equipo con todo lo que pueda y que los que vayan a disputar las carreras sientan que soy un apoyo fiable para ellos, con lo que necesiten.