El marationano Marino Lejarreta, el bien llamado “junco de Berriz, ha sido una de las grandes personalidades del ciclismo español en el Giro de Italia. El ciclista vizcaíno firmó siete participaciones en la grande rosa y todas las concluyó entre los diez primeros.
A esa benigna estadística, cabe añadirle que en cuatro de esas ediciones, Lejarreta concluyó las tres grandes el mismo año. Su historia con Italia viene de dejos, del mismo momento que comprendió que allí podría tener una salida natural a su talento en una grande que le iba como anillo al dedo.
En ese tiempo conoció con monstruos como Saronni, Moser, Hinault, Roche y Visentini, entre otros.
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Marino Lejarreta siempre estuvo (cerca) de los mejores en el Giro. Pero por una razón y otra, nunca consiguió subir al pódium, le faltó algo.
Cosa que por el contrario, si consiguió uno de sus rivales de la época, el español Alberto Fernández (DEP), quien en su primer Giro, consiguió un tercer puesto y dos triunfos de etapa. Un notable alto.
En el Giro, se enfrentó a Saronni, Moser, Prim, Baronchelli, Beccia, Visentini o el mismísimo Bernard Hinault o Fignon.