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Maté y Voeckler © Jacky Naegelen
La primera fuga del ‘Lince Andaluz’ en el Tour de Francia ha llegado pronto. Apenas han hecho falta cuatro días de carrera para ver a Luis Ángel Maté en su versión más ofensiva, con una escapada de 100 kilómetros que, desgraciadamente, se ha visto truncada antes de tiempo por culpa del infortunio.
“Me ha llegado una serie de averías en el momento clave”, se lamenta el marbellí. Y es que tras el sprint intermedio, el cambio de sentido de la carretera propiciaba que el viento, constante en toda la jornada, pasara a favorecer las pretensiones de los dos escapados: “Nos ha ido dando de costado y de cara todo el tiempo. Voeckler –su compañero de fuga- y yo nos estábamos entendiendo bien y acordamos acelerar tras el paso intermedio, en que el viento a favor podría ayudarnos un poco y, al menos, poner en problemas al pelotón”.
Pero no fue posible porque primero un problema con la cadena, y después un pinchazo, dieron al traste con las esperanzas de Luis. Sin embargo, prefiere hacer un balance positivo de esta jornada: “Necesitábamos estar delante. Llegábamos a Lille, el equipo tiene la sede aquí y la empresa es de esta región. El maillot de Cofidis se ha visto, que era el principal objetivo. Siempre queda la incógnita de qué habría pasado, porque me estaba encontrando muy bien”, explica con un punto de desencanto.
Además, Luis ha destacado la “tensión” vivida durante toda la etapa, por lo que ir delante en la escapada tenía un sentido táctico: “Las carreteras eran estrechas, sabíamos que había algunos tramos con posibilidades de abanicos por el viento. Estar en la escapada implicaba también adelantarte a los movimientos de los rivales si las cosas se ponían feas”, relata a su gabinete de prensa.
