Desde muy joven, a Max le encantaba explorar las carreteras, los valles y las cumbres en bicicleta mientras viajaba a recoger a su padre. Juntos se sentaban a observar el sol, mientras Max escuchaba las maravillosas historias de su padre. Como resultado, desarrolló unas habilidades ciclistas extraordinarias…
Un día, el Tour de Francia llegó a la ciudad. Al principio, fue la deliciosa sorpresa la que captó la atención de Maxoo, desde el grupo de autocaravanas que se instaló al lado de la carretera hasta la procesión de bocinas y risas alegres. Pero cuando vio cómo se montaban las estructuras del Tour de Francia, con el emblema de un ciclista en una bicicleta con una rueda solar que se elevaba hacia el cielo, ¡le asaltó una revelación! Al día siguiente, cuando el vencedor de la etapa cruzó la línea de meta con su maillot amarillo de líder al son de una multitud que le aclamaba por su valor y determinación, la conversión de Maxoo fue completa; ¡se convirtió instantáneamente en un fan de por vida!
Maxoo es un joven adolescente aficionado al ciclismo con un extraordinario golpe de pedal. Desde muy joven, Maxoo nunca ha dudado en coger su bicicleta y recorrerla de valle a cumbre para encontrar a su padre, que siempre está en la carretera. En el lugar, le gusta observar el sol, y escuchar las historias siempre más maravillosas que le cuenta su padre. ¡Así es como desarrolla sus extraordinarias habilidades ciclistas!
Un día, el Tour de Francia pasó cerca de su casa. Asombrado por el espectáculo deportivo, y transportado por el buen humor de la gente, ¡Maxoo se convirtió en un fanático total! Decidió seguir el evento, haciendo el mismo recorrido y dedicando tiempo a compartir generosamente su pasión por el ciclismo con el público, que empezó a adorarlo. Creó un gran entusiasmo entre los espectadores a su paso: era la encarnación de la dimensión espectacular y de convivencia del Tour de Francia. Por su pasión, sus valores y su optimismo, se convirtió naturalmente en la mascota oficial del Tour de Francia.
Su reputación supera su generosidad, y se le espera en todas partes como un «superhéroe» cuyos códigos adopta. En su indumentaria, Maxoo lleva con orgullo un «rayo» -que ilustra la energía y la espontaneidad- y no se separa de su casco retráctil con una visera «amarilla» inspirada en el maillot amarillo y, por supuesto, en los colores del Tour de Francia.