Miguel Torres, talento balear en el alto rendimiento japonés

Miguel Torres en el CMC

TrackPiste / Ciclo21

Aunque su nombre no sea muy conocido para el gran público, el ibicenco Miguel Torres fue uno de los hombres clave dentro de aquel proyecto desgraciadamente malogrado, que fue STRYC, donde ejerció como preparador del grupo de fondo, donde abarcaba un amplio abanico de tareas que iban desde la identificación de talentos, evaluación y planificación de los ciclistas, así como dar asistencia durante los entrenamientos, añadiéndose, de cara a Londres 2012, la gestión del alto rendimiento.

Aquel proyecto, incomprensiblemente, finalizó tras aquellos Juegos y Torres tuvo que buscarse la vida. Lo que no podía imaginar entonces es que terminaría siendo director del High Performance Center of Japan Cycling (HPCJC), un organismo básico en el desarrollo del ciclismo en pista japonés y más de cara a los ya muy cercanos Juegos Olímpicos de Tokio, donde las perspectivas son muy halagüeñas para los pistards nipones.

¿Cómo surgió la ocasión de ir a Japón?

¡Es una historia muy larga! Tras el cierre de STRYC por falta de presupuesto, me ofrecieron la posibilidad de trabajar como entrenador en el Centro Mundial de Ciclismo que tiene la UCI en Suiza. Durante ese periodo tuve la oportunidad de tutorizar las prácticas de una entrenadora japonesa y preparar a algunos de sus ciclistas de cara al Campeonato del Mundo junior del 2015. Entre estos ciclistas estaba Yumi Kajihara, que acaba de conseguir dos medallas de oro en la Copa del Mundo de pista, y aquel año consiguió la de plata en la puntuación femenina junior.

Tras dejar el centro mundial a final del 2015 y volver a España, esta entrenadora me ofreció la posibilidad de asesorar en un proyecto que estaba lanzando el organismo japonés equivalente al Consejo Superior de Deportes con el objetivo Tokio 2020. En enero del 2016 viajé por primera vez a Japón, donde coincidí con la selección nacional de pista en su preparación para los Mundiales elite de aquel año. Al finalizar esa primera visita, me pidieron que evaluara la situación del programa de alto rendimiento de pista, incluyendo propuestas de mejora de cara a las Olimpiadas de Rio 2016, así como como ideas sobre que estructura sería necesaria para garantizar el rendimiento en Tokio 2020. Tras ese primer informe me llamaron de nuevo, y me pidieron que presentara un proyecto a varias personas de la Federación y la Asociación de Keirin. Ese proyecto, que aún no tenía nombre, es lo que hoy se conoce como High Performance Center of Japan Cycling (HPCJC).

¿Cuál es tu rol en HPCJC y cuál es la función de este centro?

Como director del HPCJC, mi rol ha sido montar el proyecto desde su inicio, incluyendo la búsqueda de financiación, alinear a las diferentes organizaciones (JOC, JSC, JCF, JKA, JPCU…) y partners (Bridgestone, OGK, Descente, Sugino…) involucrados en el alto rendimiento, así como desarrollar la planificación y ejecución del proyecto. Desde 2017 hemos contratado a más de veinte profesionales de diferentes países, y estamos colaborando con algunas de las empresas más potentes a nivel mundial en el desarrollo de soluciones que mejoren el rendimiento.

La función del HPCJC es identificar al mejor talento a nivel nacional, y proporcionales el lugar y las herramientas necesarias para desarrollar todo su potencial con el objetivo de conseguir medallas en mundiales y olimpiadas.

¿Qué relación tienes con la selección japonesa?

Toda. Desde que tuve la oportunidad de trabajar en STRYC y la selección española, siempre he pensado que la única manera de optimizar recursos es creando un programa de alto rendimiento del cual se nutra la selección nacional, tanto de los ciclistas, del equipo técnico, como de las soluciones tecnológicas que se desarrollan en el mismo. Siguiendo esta premisa, actualmente el programa de alto rendimiento japonés está formado por más de treinta ciclistas que entrenan diariamente en el centro de alto rendimiento, acompañados y apoyados por un equipo de expertos formado por entrenadores, fisios, mecánicos, analistas… De esta manera, todos los ciclistas que forman parte del programa de alto rendimiento reciben los recursos y apoyo necesarios para desarrollar su talento, pero sólo aquellos que rinden al nivel necesario, son seleccionados para representar a su país en competiciones internacionales. Una vez seleccionados, estos ciclistas son acompañados por un equipo técnico mayoritariamente formado por el staff del HPCJC. Como se puede ver, no es ninguna fórmula mágica y es muy parecido a lo que hacen otras potencias mundiales como Inglaterra, y que en su momento Joan Llaneras empezó a implementar con STRYC.

En la reciente Copa del Mundo se ha visto un gran rendimiento, en pruebas como la velocidad, individual y por equipos o el ómnium con Kajihara. ¿En qué pruebas tiene ahora mismo opciones Japón de estar en los Juegos?

Ahora mismo tenemos muy bien encaminados el keirin, nuestro evento insignia y donde estamos en el número 1 del ranking mundial. También estamos muy bien clasificados en la velocidad individual y los omniums, tanto en hombres como en mujeres, y esperamos rematar en el Mundial la clasificación de la velocidad por equipos masculina y la madison femenina. Lamentablemente no hemos sido capaces de poner a tiempo unas persecuciones por equipos competitivas, y aunque los chicos ya están en 3:57 y las chicas en 4:26, en estas Olimpiadas no será posible clasificar.

¿Cómo se vive en Japón este auge de la pista llamémosla UCI, en relación con un país en el que el keirin lo es todo?

La verdad es que es una experiencia increíble y llena de contrastes. Con el keirin se mezcla el Japón más tradicional, y la llegada de las Olimpiadas nos ha permitido incorporar el Japón más tecnológico y moderno. Trabajar cerca de leyendas del keirin como Koichi Nakano -diez veces campeón del mundo de velocidad-, o colaborar en proyectos con la tecnología más avanzada de Bridgestone, OGK o Descente, nos ha permitido conseguir resultados que hace dos años parecían imposibles. Aún nos quedan los Campeonatos del Mundo, pero este año ya llevamos once medallas en Copas del mundo, con dos oros en pruebas tan competitivas como la velocidad por equipos masculina, o tres medallas en velocidad masculina, cuando hacía más de catorce años que no se conseguía una. ¡Es difícil de explicar lo que se siente al vivir esta aventura!

¿Vas a tener alguna función específica en Tokio 2020?

Mi función será la de seguir dando apoyo al programa de alto rendimiento, y aportar todos los recursos necesarios para maximizar el rendimiento durante los juegos, pero a la vez, continuar el desarrollo del centro de entrenamiento (HPCJC) que espero se convierta en el gran legado para el ciclismo japonés tras los Juegos. Me encantaría entrar en detalles, pero en estos momentos no puedo hacerlo, sólo puedo decir que al ser unas Olimpiadas en ‘casa’, estamos preparando algo muy especial.

¿Cómo ves ahora desde la distancia el ciclismo español?

La verdad es que estoy muy desconectado y es difícil hacer una valoración acertada, pero por lo que escucho y veo, creo que el ciclismo en pista español sigue sin tener un proyecto con los suficientes recursos que garantice el desarrollo del gran talento que tenemos en nuestro país. Recuerdo con tristeza que STRYC era ese proyecto, y estoy convencido de que, si hubiera continuado, ahora mismo estaríamos entre las grandes potencias del ciclismo en pista. En España tenemos el talento, el conocimiento, la creatividad y la motivación necesaria para desarrollar proyectos ganadores, pero falta el apoyo tanto del Gobierno como del sector privado, que en la actualidad está lejos de los mínimos necesarios para ser competitivos a nivel internacional. Países como Italia y ahora Japón han sabido responder a las necesidades actuales del alto rendimiento en pista, mientras que España hizo una reacción muy interesante en 2009 con el proyecto de STRYC, que lamentablemente se dejó perder.

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