Como sucedió en la Tirreno, la actuación de Mikel Landa en la Itzulia creo que es un excelente espejo de cómo de caras están las cosas en este ciclismo que hace nada hemos intentado describir.
En Tirreno, el alavés subió a un podio carísimo en el que se pasó persiguiendo en todas y cada una de las etapas clave, corriendo a la contra, nunca por delante, siempre mirando la espalda de los rivales.
Fue una carrera agotadora, carísima, como decimos, en la que rara vez tomó la iniciativa. En Itzulia, Mikel Landa ha finalizado octavo, dos puestos por detrás de su compañero Pello Bilbao, quien ha tenido mucha más presencia que él. Landa en Euskadi ha sido un calco casi total del ciclista de la Tirreno, una especie de quiero y no puedo, con una imagen muy gráfica, la de Jaizkibel junto a Brandon McNulty haciéndoselas pasar canutas.
Dijo Mikel Landa tras la Itzulia en declaraciones que su equipo ha pasado a la prensa:
«Ha sido una carrera muy dura, según lo previsto. Todos los equipos han puesto lo mejor de inicio y se ha notado. Tuve muy buenas sensaciones el primer día, en la contrarreloj. Quise ganar una etapa, lo intenté el jueves, el cuarto día, pero no ha sido nada sencillo». «Ahora ya pienso en el Giro de Italia. Ya estoy bien, pero la forma debe mejorar de cara a entonces»
Hace un par de años de la última vez que Mikel Landa fue al Giro de Italia, pero a diferencia de entonces, el vasco ya no es referencia. Todos le miramos, tan elegante, tan entregado, pero no hace daño, no al menos cuando ciertos nombres abordan la general y los premios gordos.
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