Si atendemos únicamente a los mostrado por el núcleo duro del ocho de España para el Mundial de Imola en las últimas semanas, parece que existe un pequeño hueco para que por él se cuele un rayo de esperanza. El pesimismo con el que se podía ver el sueño arcoíris antes del inicio del Tour de Francia se ha tornado ahora, tras las sensaciones dadas por Alejandro Valverde, Enric Mas y Mikel Landa en la última semana de la Grande Boucle, en un muy prudente optimismo.
Pascual Momparler, que afronta su segundo mundial como seleccionador élite masculino, no renuncia a nada, pero tampoco quiere destapar sus cartas antes de tiempo y avisa de que no tomará una decisión definitiva sobre la jefatura de filas del combinado español hasta el sábado, dando tiempo a sus ciclistas a terminar el proceso de recuperación después de un Tour de Francia que han disputado todos los que estarán presentes en Imola.
-¿Cómo se ha encontrado a los corredores después de haber disputado un Tour en el que todos aseguraban estar acusando un cansancio muy elevado en su parte final?
-He esperado al máximo para sacar la lista definitiva porque quería ver quién terminaba fresco y, más importante, quién terminaba fresco mentalmente y con ganas de venir una semana a una concentración y correr el Mundial. Sabemos cómo está siendo este año. Vienen del Tour y tenían que venir aquí antes de que muchos tengan que salir de nuevo a Bélgica para afontar las clásicas de primavera. Me he encontrado un equipo con muchas ganas de Mundial y sin ganas de perder la concentración que ya traían de Francia, que es algo que nos va a venir muy bien.
-Le pregunto ya de entrada por Alejandro Valverde. Da la sensación de que el Tour lo ha hecho de menos a más y, quizás más importante, que por primera vez en su vida ha corrido siendo conservador, pensando en objetivos a largo plazo. ¿Comparte esa opinión?
-Cuando estuvimos concentrados en Altea, Valverde estaba dando unas sensaciones increíbles que, como dices, pareció perder después y no sé porqué. Se marchó a una concentración en altura, hizo Burgos y Dauphiné sin hacer sus mejores números. En el Tour, efectivamente, ha ido de menos a más. Con 40 años ha estado rodando en el top10 y ayudando a Enric Mas, teniendo que parar en un par de ocasiones para echarle una mano. Creo que está excelente. También es verdad que ha hecho una cosa que no había hecho nunca en la vida: levantar un poco el pie en una carrera. En la crono final lo hizo pensando en lo que le venía esta semana. Estamos ante un ciclista que piensa ya un poco más con la cabeza y que está centrado al cien por cien en el Mundial.
-Además de Valverde, los dos nombres que llaman la atención en cuanto a opciones y las posibilidades que brindan a nivel táctico son Mas y Landa. Se diría que Mas viene claramente en la misma línea ascendente que Valverde, pero es el alavés el que puede generar más dudas en ese sentido. ¿Cómo se los ha encontrado?
-A Mikel lo veo igual. Desde España no se ha valorado el Tour de Francia que ha hecho. Es el único que ha intentado ganar el Tour y poner en jaque al Jumbo-Visma. Para mi tiene mucho valor y todavía tiene más valor el hecho de que en la última crono se colocase cuarto en la general. Eso te dice que está muy bien. Lo mismo ocurre con Enric. Ha ido de menos a más. Al principio del Tour puso las manos por delante diciendo que aspiraba a terminar entre los 15 primeros y terminó quinto a muy pocos segundos de Mikel.
-Y, con todo eso sobre la mesa, ¿cuál es su valoración del equipo que ha llevado a Imola?
-Creo que tengo un equipo muy compensado. Lo más importante de esta semana es que recuperen y el sábado, cuando hable con ellos, ya veré quién lo ha conseguido y quién no. Anticiparme ahora es un juego de azar.
-Sea como sea, supongo que el jefe de filas deberá salir de ese trío ya nombrado.
-Vamos a ver el recorrido. Lo estuvimos reconociendo ayer. Es muy duro y muy abierto en el que se puede trabajar muy poco en equipo. No es fácil tirar del carro y llevar un tempo como el que a cada uno le gustaría, algo que sí pudimos hacer en Innsbruck. Por ello, he traído a gente que suele entrar en fugas y que suele rematar. Es rara la fuga que coge Jesús Herrada y no gana. En el Tour cogió un par y en una de ellas hizo segundo. Pello Bilbao, al que no se le ha tenido muy en cuenta, ya ha ganado dos etapas en el Giro. El propio De la Cruz es un ciclista que sabe lo que es ganar en alguna grande.
-Tras lo sucedido en el Nacional y no haber podido rematar sus dos fugas en el Tour, me da la sensación de que Herrada es el corredor que puede llegar más tocado en lo anímico. ¿Cómo se lo ha encontrado?
-Jesús está enchufadísimo. Es un ciclista que acostumbramos a ver en la Vuelta a España corriendo para él y aquí, por primera vez en mucho tiempo, tenía otro rol. Tenía a Martin, que iba tercero en la general, y eso le obligó a ir muy pendiente de él. Hay algunos días en los que se podría haber lucido, pero no lo hizo por ayudar a un compañero. Le he visto luchar las fugas en la parte final de la carrera, pero también hay que tener un poco de suerte a la hora de coger el corte bueno. Y más en este Tour, donde el Jumbo-Visma no dejaba que nadie se fuese.
-Uno de los motivos por los que organizó la concentración de Altea fue el hecho de que no habría mucho tiempo de hacer convivencia entre el Tour y el Mundial. Sin embargo, ahora van a estar una semana concentrados.
-Cuando nos juntamos en Altea parecía que habíamos dejado atrás la COVID-19 y daba la sensación de que íbamos a poder tener una vida normal, pero nos hemos dado cuenta de que ha sido al revés. La tasa de contagios ha ido subiendo. Lo ideal hubiese sido que al terminar el Tour la gente pudiera haberse ido a casa y viniera aquí a correr, pero lo que nos ha demostrado esta pandemia es que tenemos que tener a la gente en una burbuja para evitar contagios. Mentalmente fue muy duro para ellos, pero ahora están aquí y se están dedicando a salir por la mañana y descansar. A partir de mañana comenzaremos con las típicas charlas por la tarde y con todo ese trabajo dirigido a hacer equipo. Por ahora, hemos primado el descanso de los corredores.
-Comparado, sobre todo, con hace dos años, da la sensación de que existe un importante pesimismo respecto a las opciones de España, aunque eso ha podido cambiar un poco tras la última semana del Tour. ¿Puede eso, en última instancia, jugar a favor de sus intereses al poder ir de tapado?
-España está obligada a disputar todos los eventos de ciclismo en carretera a los que acude. Nosotros estamos mentalizados en que lo tenemos que hacer y nos hemos concentrado para ello. Es verdad que la afición puede no ver un ganador claro en esta selección, pero yo preguntaría: ¿quién es un ganador claro de este Mundial además de Wout Van Aert? No veo otro favorito claro. Están todos igual que nosotros. ¿Alaphilippe tiene opciones? Pues no se sabe. ¿Hirschi podrá con los 258 kilómetros?… y así podría hacer preguntas para todos. Italia sólo tiene a Ulissi, que no viene del Tour y, por lo tanto, no sabemos cuál puede ser nivel real. Estamos, por lo tanto, entre las selecciones a batir.
-No pretendo entrar en un repaso de todos los posibles favoritos, pero me sorprende que me haya nombrado a Ulissi y no a Nibali.
-Es un corredor que te puede complicar muchísimo la vida. No va a hacer lo que todos esperamos que haga, sino que tratará de sorprender, algo que ya le ha salido bien en el pasado. Dicho esto, creo que Italia se la jugará con Ulissi.
-¿Qué opina de la dupla eslovena? Ambos llegarán cansados, pero uno con la moral por las nubes y el otro muy tocado tras perder el Tour en la contrarreloj final.
-Es un recorrido que no les viene mal. Creo que Pogačar se pondrá al servicio de Roglič para devolverle el Tour que le ha ganado. Veremos cómo salen y qué tal ruedan en una carrera de un día ya que nunca se les ha visto estar delante en una clásica. Son una incógnita, pero no se les puede obviar.
-España tenía dos plazas para la crono, pero ha optado por presentar sólo a Pello Bilabo. ¿Qué motivos hay para esa decisión?
-Tenemos un corredor que es el claro contrarrelojista español que es Jonathan Castroviejo, pero lleva concentrado con su equipo desde hace más de dos meses con el objetivo del Tour en mente. Durante el Tour me dijo que mentalmente estaba fuera de carrera y que necesitaba un descanso porque, además, le habían dicho que igual corría el Giro de Italia. Ha primado que pueda recuperar. Es importante que cuando decida volver a convocarlo venga con las ganas y la ilusión de siempre. Aquí tengo a ocho ciclistas que vienen del Tour y no voy a poner a uno a hacer la crono para que me haga el 15º o el 20º sólo para cumplir el expediente. Prefiero tenerlo descansado para los 258 kilómetros del domingo.
-¿Está molesto con Castroviejo por esa decisión?
-¡No, en absoluto! La entiendo perfectamente y, además, valoro que un ciclista me diga que si le convoco y que si me pongo cabezón, vendrá; pero que no estaría a su cien por cien. Castro es un corredor que siempre está al 100% con la selección y, por lo tanto, valoro su sinceridad y su decisión.
-¿Qué opinión le merece el recorrido para las opciones españolas?
-El circuito de Suiza nos favorecía porque nos vienen mejor puertos de 20 minutos de subida y con posibilidad de recuperación. Este trazado tiene el mismo desnivel, con más de 5.000 metros acumulados, pero nunca se rueda llano. Las subidas duras son de cuatro o cinco minutos. Son durísimas y explosivas. En cualquier caso, es un circuito que igual no nos coloca como tan favoritos, pero sí nos pone delante. Además, de los 28 kilómetros, unos 21 son por carretera italiana típica y eso provocará mucho desgaste. La única parte en la que se puede rodar delante es la del circuito de velocidad, donde se puede ir rápido, pero tiene un asfalto que se agarra muchísimo. Los corredores van a arrastrar continuamente unos vatios muy altos.
-Carrera, pues, de mucho desgaste.
-Sí, creo que puede ser una carrera con explosiones a cada vuelta de gente que no esperamos que pueda explotar tan pronto.