Rafa Mora – Juanje Monreal / Ciclo21
Han pasado más de dos meses desde la caída de Sébastien Reichenbach en los Tres Valles Varesinos, caída de la que el suizo responsabiliza y culpa a Gianni Moscon, y que se saldó con una fractura pélvica y una fractura abierta del codo para el corredor del FDJ.
Ahora, Reichenbach ha completado su estancia en Calpe con el resto de compañeros y se ha mostrado «muy satisfecho» en declaraciones a la web de la escuadra francesa. «Fue muy bien. Debido a mis lesiones, me recuperé más suavemente de lo normal, pero no tuve ningún problema para encadenar salidas de 3-4 horas sin sentir dolor«, ha destacado.
El helvético ha recordado la caída con mucha precisión: «Siempre tengo las mismas imágenes en mente. Pasé página, pero como tengo que construir mi caso para la justicia y la UCI, tuve que recordar las causas exactas del accidente. Llevábamos dos horas de carrera. En un descenso, no vi venir nada. No había ningún peligro, yo no estaba apretado, incluso estaba relajado porque no había presión en el paquete, se rodaba muy bien. Estaba solo. Luego sentí una sacudida en mi hombro izquierdo. No recuerdo demasiado, debí de caerme de cabeza en la acera. Desde el suelo, inmediatamente le dije a Jacky Maillot, el médico del equipo de FDJ, que un corredor me empujó«.
El hecho de que no haya imágenes ni pruebas fehacientes que corroboren o desmientan lo ocurrido no detiene al Top-15 del pasado Giro de Italia en su firme intención de que Moscon pague por lo que, según él, hizo: «La UCI recibió mi testimonio no hace mucho tiempo, el de los corredores que presenciaron el accidente hace dos o tres semanas. También hay una acción presentada en el tribunal civil. Obviamente, Moscon no me llamó«, ha asegurado.
Reichenbach no tiene todavía claro cuándo volverá a correr, aunque su objetivo y su sueño es ser de la partida en Jerusalén el próximo 4 de mayo: «Creo que reanudaré la competición a fines de febrero en Drôme-Ardèche. El programa del comienzo de la temporada se centra en el Giro normalmente, pero todavía no está seguro de que sea al 100%. Haré la Volta a Catalunya y el Giro del Trentino. Mi trabajo es ser el teniente de Thibaut Pinot, pero también ser consistente en la montaña».
3 diciembre.
Cada vez que Gianni Moscon (Sky) dice o hace algo, lo primero que le afecta es su historial. Que si insultos racistas a Kevin Reza (FDJ), que si se ayuda en el coche de su selección para recuperar terreno en el pasado Mundial, que si Sebastien Reichenbach (FDJ) le denuncia por provocar su caída en los Tres Valles Varesinos… Todo muy así. Ahora contesta al suizo que ya veremos cómo responde: «Él ha hecho estas acusaciones, y yo decidiré cómo responderlas porque dañan mi imagen». Además, así casi sin querer se mete en otro jardín para defender algo que, ciertamente, se defiende solo en la carretera: el potencial de su equipo. «No puedo aceptar que la gente diga que somos arrogantes, todos el mundo tiene derecho a hacer su trabajo», ha manifestado. Y hasta ahí, bien, pero allá va la perla: «Son envidias, pero como se suele decir, es mejor hacer que la gente sienta envidia que ser patético».
Moscon ha concedido estas y algunas reflexiones más a la Gazzetta dello Sport, en una muestra más de su carácter. Es indudable el futuro de este corredor de 23 años que tiene contrato con la estructura más potente del ciclismo mundial hasta 2019, pero también que cada gesto suyo lleva consigo un toque de polémica (al parecer) inevitable por su parte. Tal vez sonaría distinto en palabras de algún otro ciclista menos enredado en estas lides, pero siendo Moscon, el agua hierve.
Y si no que se lo digan a Reichenbach, que sigue sin entender su caída y que está harto de lo que se ve en el pelotón como actitudes demasiado agresivas del italiano, que acaban con huesos rotos (de otros) y meses de baja, cuando no temporadas condicionadas. Sobre esto, Moscon se defiende argumentando que a él le puede la adrenalina en las carreras, aunque, dice, «estas cosas te hacen más maduro». Será que con el tiempo es de esperar que se vaya apaciguando, pero él tiene una manera de correr: «Me meto en la carrera, me da adrenalina, tal vez por eso estoy obteniendo buenos resultados». Dice Moscon que ahora está «llevando las cosas mejor», y asegura que quiere «dejar claro» que lo hizo con Reza «fue un error, lo admití y de inmediato aclaré la situación con él». «En cuanto a Reichenbach«, ha afirmado, «no hice nada malo».
La Roubaix, en el punto de mira
Puestos a hablar de ciclismo, que al final es de lo que se trata, el italiano confirmó a la Gazzetta que lo que quiere es la Roubaix. No hay que esconderse, y no hay que esperar que Moscon lo haga, así es que su claridad, en esto, también es meridiana: «La Roubaix es una carrera única. No me gusta ninguna otra carrera como esta, terminar quinto fue la confirmación de que puedo estar en un nivel muy alto en esta carrera», dijo. Eso sí, sabe que necesita trabajárselo mucho, porque la Roubaix al final es, para un corredor como él con una estructura encarada a las grandes vueltas, un ‘yo contra el mundo’: «Para ganar, tengo que terminar mi carrera solo, porque si no es un problema». Habla Moscon de sus cualidades en el adoquín, de su falta de peso y cómo le afecta: «En comparación con otros especialistas en los adoquines, soy más ligero. Y más lento». Por eso lo tiene claro: «Tengo que atacar y esperemos que pueda tener buenas piernas en el momento decisivo».
Moscon está feliz, y pese a todos los embrollos en los que se mete, en el Sky, y sabe que su equipo piensa en grandes vueltas, pero no se amilana porque sabe lo que quiere: «Para todos, ganar una gran vuelta es la máxima ambición, pero por el momento estoy buscando las clásicas». «Corrí bien en la Vuelta», ha añadido, «pero estuve allí por Froome». «Si hubiera sido el líder», ha asegurado, «ni siquiera hubiese terminado en el top 10».