Nicolás Van Looy / Ciclo21 – Lerma (Burgos)
Con Alejandro Valverde, a 2:48 del líder de la carrera, Primoz Roglič (Jumbo-Visma) y Nairo Quintana fuera de los cinco mejores dejándose 7:43 respecto al esloveno y a 4:02 del podio que ahora cierra el también líder de la clasificación del mejor joven, Tadej Pogačar (UAE-Emirates), el equipo Movistar descansa en Lerma en esta jornada en la que, necesariamente, deberán analizar lo sucedido ayer con el campeón el mundo, que mostró, por primera vez en esta Vuelta a España, signos de debilidad y, sobre todo, qué pueden hacer, si es que quedan opciones, ganas y, sobre todo, fuerzas, para intentar destronar al, por ahora, intratable portador del maillot rojo.
Quintana y Alejandro Valverde, una vez más, el salvador del conjunto telefónico, velan armas, junto al resto de los hombres del equipo español, en el Parador Nacional de Lerma. Al salir por la puerta principal del establecimiento, se encuentran con su bella y sobria Plaza Mayor, rodeada de las robustas y contundentes edificaciones castellanas, vestigio de un pasado duro en el que los anchos muros y las pesadas piedras eran la mejor garantía de protección. Y, ante esa vista, resulta imposible no pensar en símiles. En ofensivas y asedios contra el invasor esloveno y sus soldados neerlandeses. En defensas numantinas de las posiciones propias. En alianzas con kazajos o emiratíes tan precarias como sea el interés común de unos grupos que, para todo lo demás, mantienen su enemistad.
Alejandro Valverde, quizás único aspirante a poder discutir la supremacía de Roglič, reconocía que “es verdad que ayer cedimos un poco de tiempo. Si miramos sólo ayer, no fue el mejor día, pero nos fijamos en anteayer y fue fenomenal. Estamos muy igualados de fuerzas. Salimos muy reforzados y con mucha ilusión para la última parte de esta Vuelta a España. Estamos todos animados para seguir.”
Por su parte, Nairo Quintana resumió su Vuelta a España hasta ahora, en la que está yendo de más a menos, explicando que “no sabía cómo iría a ir el cuerpo después del Tour. Enfoqué la temporada siempre preparando el Tour y vinimos sin saber cómo respondería el cuerpo. Gané la etapa, Alejandro ganó otra. Fuimos líderes. Vino la crono y el cuerpo empezó a no ir tan bien. Hace cuatro días me vino un resfriado y me apartó de las aspiraciones a seguir creciendo. Ayer fue un día muy difícil por ese resfriado que esperamos que pronto pase. Con Alejandro vamos bastante bien y ahora toca sufrir y ahí vamos hasta el final”.
Todo ello, desembocó en el hundimiento de ayer en La Cubilla. “No fue agradable”, reconocía el colombiano. “Te preparas como nunca, para hacerlo siempre bien. Son muchos factores los que te pueden afectar. Te encuentras con que los rivales son lo primero que esperas y lo primero contra lo que tienes que luchar, pero aparecen cosas con las que no sabes cómo lidiar: cansancio o enfermedad. Eso no lo tienes previsto. Esa rabia te sale ¿por qué si he hecho las cosas bien? Pero así es la vida”.
Por su parte, Valverde no se rinde y, aunque reconoce que será muy complicado, cree que todavía ha opciones de escalar hasta el liderato. “Está claro que queda Vuelta y puede pasar de todo. El líder puede tener un desfallecimiento igual que nosotros podemos perder tiempo. La tercera semana puede pasar factura a cualquiera. Somos realistas y Roglič está muy bien, pero también le hemos visto fallar alguna vez”. Pese a todo, al murciano no le quita el sueño un hipotético fracaso en ese intento por atacar el maillot rojo. “Si llega el día y no puede ser, es cierto que mi palmarés es muy bueno, sobre todo en La Vuelta, pero el podio sería un gran premio”.
Efectivamente, Roglič ha dado, en el pasado, muestras de denbilidad en la tercera semana, pero Valverde quiere ser cauto. “Ya lo he comentado. No sabemos qué puede pasar con él. Por el momento, ha demostrado poca debilidad, pero también es cierto que ayer, cuando Superman atacó la segunda vez –que yo me abrí– él también lo hizo y eso quiere decir que lo pasó mal. Luego, lo pudo cazar y nosotros, con Marc, minimizamos las pérdidas muchísimo. A día de hoy, se le ve bien”.
El campeón del mundo ha vuelto a hacer gala de su fair play y ha defendido a Primoz Roglič de las voces que le tildan de frío, distante y poco atento con la afición. “A Roglic le veo una persona fenomenal”, sentencia el campeón del mundo. “Es muy correcto y en ningún momento ha tenido ningún problema con ningún compañero. Es muy educado”.
En ese mismo sentido, Eusebio Unzue aseguraba que “normalmente, tras 21 días de competición, una gran vuelta la gana el más fuerte. Es verdad que en las tres semanas hay corredores que empiezan más discretamente y van mejorando y explotan en la tercera”. Recordando lo sucedido en el Giro, donde Roglič no pudo aguantar el empuje final de Movistar en la tercera semana, el máximo responsable telefónico explicó que “coincidió con el efecto contrario para Roglič. Hizo dos exhibiciones en crono adquiriendo la gran ventaja que llegó a tener. Sin ser como el año anterior con Yates, en la tercera semana, tanto su equipo como él comenzaron a pagar el desgaste de todo ello. De todas esas cosas se aprende y este Roglič creo que es diferente al del Giro. Es más sólido, ha marcado la diferencia en la CRI y en la montaña ha estado siempre con los mejores. Es verdad que, hasta el día de hoy, ha sido el más regular de todos y esa diferencia que nos puso en Pau es la que va llevando con toda la tranquilidad. Sus rivales han perdido tiempo en alguna etapa, pero él se queda con los favoritos. Tal y como dice Alejandro, hasta el día de hoy no ha dado muestra alguna de flaqueza. Las imágenes son claras. Es el hombre más fuerte y por eso está liderando. En el Giro, en la última semana, apareció un gran Carapaz que con la ayuda de Landa y el buen hacer de Movistar pudo darle la vuelta. A veces, esas cosas suceden. Es difícil que se repita, pero no perdemos las esperanzas”.
Tanto Valverde como Unzue coinciden al asegurar que la dureza del final de la Vuelta a España no va a llegar sólo por sus cuestas. El campeón del mundo reconoce que “a lo mejor, este final de Vuelta no es tan exigente como otros años, pero es bastante duro. No sólo es la dureza de los puertos. Hay que ver el terreno, el viento… queda una semana en la que puede pasar cualquier cosa. No sólo tiene que haber montaña para que haya diferencias”.
En este mismo sentido, Unzue predice “un final muy exigente. La sierra de Madrid ha enterrado a mucha gente. Pregúntale a Dumoulin o a nuestro querido Julián Gorospe en 1983, que allí nos lo sentó el amigo Hinault y nos lo dejó sin vuelta a 48 horas de llegar a Madrid. Estas cosas pueden suceder porque llevas 20 días de competición. Ya veis la Vuelta que estamos teniendo”.
Y manda un mensaje a la organización de la carrera que, aunque reconoce que lo hacen “pensando en el bien de todos”, ha vuelto a colocar importantes traslados entre sus etapas. “Aunque no lo parezca, hay que hacer grandes esfuerzos para estar ahí. Tanto para atacar como para aguantar. Se están haciendo también grandes sacrificios de desplazamientos. Muchas horas en el autobús que quitan descanso a los chavales que también añaden dureza. Todo ello hace que cualquiera pueda reventar. También esas obligaciones protocolarias en el podio te quitan minutos de descanso. Con todo ello en mente, salimos pensando que esas cosas pueden pasar a nuestro favor, pero también en nuestra contra”.
El campeón del mundo recuerda perfectamente su hundimiento en la etapa final de Andorra hace ahora doce meses, aunque no quiere pensar demasiado en ello y en la posibilidad de que se repita en este 2019. “No tengo miedo de que pase lo mismo que el año pasado. Sé que puede pasar, pero si vas pensando que puede suceder, te sucederá seguro. Hay que ser optimista. Por ahora, no hay motivos para pensar que va a ocurrir. Puede sucederme, pero también a los rivales. Estamos bien. Un poco más lejos del primero, pero controlando al tercero y al cuarto”.
Respecto a la actitud displicente del portador del maillot rojo, Valverde, que sabe lo que es tener encima toda la atención mediática de una gran vuelta, asegura que “es cierto que es el líder y tiene que atender a todos, pero es difícil. Estás muy al límite y tienes que descansar. En ese sentido, limita al máximo para poder recuperar y por eso, a lo mejor, se le puede ver más distante, serio y cortante, pero a nivel personal no hay problema”.
En la que, como reconocía el propio Unzue, fue la última comparecencia pública que afrontaba junto a los que han sido sus dos líderes durante los últimos años. “La marcha de Nairo siempre va a ser una ausencia importante y nos deja el recuerdo de un ciclo que hemos vivido con días realmente grandes en Movistar”, analizaba el máximo responsable telefónico. “Han sido ocho años en los que hemos pasado grandes momentos y que, como todo en esta vida, son ciclos que empiezan y acaban. Con Nairo ha llegado el momento. Él quiere abrir un ciclo nuevo que es posible que necesite ese cambio porque los cambios son estimuladores. Nosotros nunca olvidaremos todo lo que ha contribuido la grandeza de nuestro palmarés. Llegó aquí como un chavalito prometedor y hemos visto como ha crecido y progresado y todo lo que ha servido para un ciclismo colombiano que ahora es un referente en el ciclismo mundial”.
Por su parte, El Cóndor añadió que “sólo tengo palabras de agradecimiento, como ya dije cuando anuncié mi marcha. Han sido años muy bonitos en los que aprendí muchísimo. Hemos conseguido muchas victorias. He conocido gente maravillosa. A todos ellos les agradezco mucho porque llegué siendo un niño y poco a poco fui creciendo. Cada paso lo disfrutamos, los de tristeza los afrontamos y en los momentos difíciles todos ayudaron. Así es la vida, un proceso de aprendizaje. Sólo tengo palabras de agradecimiento”.
Unzue no se quiso olvidar del campeón del mundo, un hombre que, a los 39 años, asegura que “veo que la gente me quiere muchísimo y quiero agradecerlo a todos. No dejo de sorprenderme. Tengo 39 años y estoy como en mi segunda vuelta, en 2003, que ya estuve en el podio. La ilusión sigue intacta y sigo como soy yo: dando lo máximo y haciendo disfrutar al público”.
En ese sentido, el técnico navarro se queda casi sin palabras. “Qué voy a decir. Vino en 2003 a descubrir la Vuelta, ganó dos etapas y subió al podio. ¡Hace 17 vueltas de eso! Donde él gana a todos es en que durante 17 temporadas consecutivas estar peleando con los mejores. Es lo que no hay en la historia del ciclismo, alguien que sea competitivo durante tantos años. Que hoy lo tengamos peleando por la Vuelta, a cinco días del final, independiente de lo que pase al final, es de verdad para… vosotros tenéis que poner las palabras. No olvidéis el tiempo que lleva, lo que ha hecho, su espíritu. Vive también del cariño que recibe cada día. Más en este ciclismo de explosión de jóvenes prematuros. Cada año salen cuatro o cinco. Él lleva un ciclo de casi 20 años que es casi desconocido”.