Golpeado por un sinfín de lesiones en las dos últimas temporadas, Ángel Madrazo se ha quedado a un solo paso de estrenar al fin su casillero en el campo profesional. El Gorrión ha sido el hombre más sólido de Movistar Team en la 90ª edición de la Prueba Villafranca – Clásica de Ordizia, disputada hoy jueves en Guipúzcoa sobre un tradicional recorrido de 165 kilómetros con cinco ascensiones a Abaltzisketa y otros dos pasos por Altzo en el bucle final.
Al mismo se llegó con una fuga de trece hombres con doble representación de la escuadra telefónica: Eloy Teruel, quien forzaba la marcha en el grupo junto a Zuazubiskar (EUK) durante la penúltima vuelta, y Pablo Lastras, que junto a Keukeleire (OGE) y Bideau (BSE) fue alcanzado a menos de veinte kilómetros de meta. Un grupo de veinticinco unidades, con Madrazo, José Herrada, Intxausti y el flamante campeón de España Jesús Herrada, iniciaba en cabeza una última subida a Abaltzisketa en la que el cántabro atacó con fuerza y coronó en solitario con un puñado de segundos sobre un grupo de ocho unidades que incluía al joven manchego.
La desorganización hizo que del grupo de cabeza -en el que Madrazo se reintegró en el descenso- saltase Daniel Teklehaimanot (OGE), al que Ángel trató de alcanzar sin éxito en solitario con un supremo esfuerzo en el último kilómetro para firmar la segunda plaza en meta -con Herrada, 5º-. La buena imagen del conjunto dirigido por Chente García Acosta permitió que Movistar Team subiese al podio como vencedores por escuadras, según informa el equipo telefónico.
DECLARACIONES
Ángel Madrazo: «Estoy contento porque es un resultado muy bueno para mí, pero por otro lado me queda la sensación de que he sido el más fuerte y de que podía haber ganado la carrera. Vengo de estar en altitud, me he cuidado como nunca, estoy muy delgado, en 59 kilos, y hoy tenía muy buenas piernas».
«En el inicio han hecho un gran trabajo Lastras y Teruel y en la última vuelta nos tocaba al resto del equipo. Entre los dos puertos se ha hecho un corte de unos veinte ciclistas y en la subida nos hemos quedado la mitad. Ahí he visto que era el momento y he arrancado, pero nunca he conseguido mucha diferencia y al pasar por la cima tenía 4 o 5 segundos y he preferido esperar al grupito de seis que venía. Hemos parado un poco y en ese momento han entrado dos Orica, ha habido un poco de descontrol y es cuando ha arrancado Teklehaimanot. Nadie quería tirar y ha cogido 20 segundos rápidamente. A falta de un kilómetro me la he jugado de lejos y he entrado casi a su rueda».
«Te da rabia porque ves que de haber durado unos metros más, hubiera ganado, pero las carreras son así y acaban cuando cruzas la línea de meta. Al menos, esto me da moral porque venía haciendo las cosas bien, pero los resultados no llegaban. No tenía esta carrera en el calendario y mira, a veces cuando menos planeas las cosas, mejor salen. Ahora tengo mucha ilusión en la Vuelta a Polonia, que es una carrera que siempre me ha ido bien. Es una vuelta ratonera, de chispa, de estar siempre ahí y espero poder conseguir algo bonito allí».