La llegada de Miguel Ángel López (26 años, 27 el 4 de febrero) al equipo Movistar se ha convertido en el fichaje más relevante de lo que llevamos de mercado de otoño-invierno en el pelotón mundial de cara a la temporada 2021. El colombiano supone una potente alianza para ambas partes siempre que se supere el mayor reto de todos, ensamblar a la recién incorporada «estrella» en un esquema en el que tendrá que batirse por el liderato con otras figuras emergentes como el catalán Marc Soler o el mallorquín Enric Mas. Los precedentes en la escuadra navarra no son nada halagüeños dada la experiencia pasada con el trio Quintana-Valverde-Landa, en el que la dura convivencia se transformó en una nula química entre ellos, sobre todo entre el colombiano y el vasco, ni en una competencia que incentivara o sirviera para obtener los resultados que buscaban deteriorando, además aún más, la imagen proyectada de los azules en cuanto a dirección interna incapaces de poder encauzar las aspiraciones de un bloque roto y disconforme con el rol asignado.
La famosísima fórmula de la «tricefalia» del pasado, promocionada entonces internamente, parecía que se alejaba en el futuro al medio y largo plazo de las intenciones de los de Eusebio Unzué para conformar un plantel en 2020-2021 destinado a potenciar y desarrollar un elenco joven y de calidad. Pero las exigencias del patrocinador por un lado, con intereses claros en el mercado sudamericano, y la aspiración de lograr éxitos con inmediatez en las tres grandes, han precipitado la llegada del polémico Superman.
Las dudas sobre su fichaje no solo se ciernen sobre su posición en el mencionado puzzle de Unzué -todo un filón para las webs de apuestas online cuando se ponga el dorsal-, sino también en el recelo de una incorporación que llega estigmatizada desde una herida cerrada en falso en la Vuelta a España de 2019 y que necesariamente tendrá que ser nuevamente abierta y saneada profundamente para que la sangre no vuelva a brotar, especialmente con el carácter explosivo de un López de gatillo fácil.
El incidente, ampliamente conocido, ocurrido en la 19ª etapa de la ronda española, se convertiría en una batalla de fuego cruzado que dejaría huella en las calles de Toledo. Aquel día Movistar tenía preparada una emboscada consistente en arrancar en la salida del puente en la salida de Escalona para romper el pelotón aprovechando un tramo de viento racheado. Previamente, se producía una caída en la cabeza del grupo en el que se precipitaría, entre otros, el líder Primoz Roglic y el maillot blanco de la clasificación de los jóvenes, López, lo cual desencadenó en un enorme caos de ataques y reproches ante la actitud de los telefónicos en lo que se entendió como una acción alejada del fair play. En caliente y en meta, el corredor más crítico ante la estrategia navarra sería el propio Miguel Ángel López que espetaría ante el Alcázar como testigo un contundente rechazo contra los Movistar que tendría eco por las duras palabras utilizadas. «Vaya equipo tonto que tiene el campeón del mundo, vaya campeón del mundo (Valverde) que tenemos, Ha sido una falta de respeto. Hemos caído unos 20 corredores o más y siempre son los mismos estúpidos los que siempre se aprovechan de estas cosas. No es la primera vez, ya lo han hecho más veces, y es su manera de actuar siempre. En esos momentos hay que tener solidaridad con el maillot rojo y con el maillot blanco«. Todo un ataque directo al murciano y a los suyos, especialmente al director José Luis Arrieta, que al murciano no le sentó nada bien mostrando su descontento con el corredor de Astana señalando su pésima educación y escaso valor en su incoherente comentario.
Aquel episodio se resolvería al día siguiente saliente desde Arenas de San Pedro (Ávila) de manera fría. Se quiso sellar con una imagen representativa de ambos estrechando las manos, pero lo que se vivió fue una tregua en una guerra declarada camino de la Plataforma de Gredos. Lo que ambos en aquel momento ignoraban es que año y medio después iban a compartir objetivos en un nuevo giro de guión inesperado del timón de la estructura pamplonesa y en el que se volverán a encontrar ahora en un contexto de competitividad interna, por mucho que se quiera vestir de un natural compañerismo bajo la alianza de pertenecer al mismo grupo. López llega para ser líder y luchará para no someterse a Mas, la joya de la corona española y los consecuentes celos que ello pueda acarrear, o Soler, o incluso Valverde, no cabe duda, y su objetivo claro se centrará en regresar al Tour de Francia como jefe de equipo, siempre y cuando lo demuestre en la carretera. Debutante en 2020 en la ronda gala, ganador de la 17ª etapa en el Col de la Loze, aspiraba hasta el final por hacerse con un hueco en el podio que no pudo obtener tras el mal resultado obtenido en la CRI de La Planche des Belles Filles (20ª etapa), que sin ello hubiera logrado su objetivo en París acabando en 6ª posición a 40 segundos del 5º clasificado, un tal Enric Mas. Tras el duro varapalo en Francia, inmediatamente después sería reclamado a filas de los celestes rumbo al Giro en apoyo de Jakob Fuglsang. Allí sufriría otro duro traspiés a las primeras de cambio con una grave caída en la CRI inaugural por la que tendría que abandonar, cerrando bruscamente la temporada definitivamente.
Queda claro, pues, que los galones en 2021 están en juego para el colombiano y Movistar y que Unzué vuelve a repetir diseño un año después de abandonarlo aunque no duda del nivel que puede dar a los suyos su nuevo pupilo. «La llegada de Miguel Ángel López es un refuerzo muy importante para el equipo. Con él tendremos, además de un hombre con experiencia y grandes resultados, alguien que entiende el ciclismo al ataque y que corre de manera imprevisible. Alguien que ya conoce lo que es subir al pódium de las Grandes Vueltas (3º en Giro y Vuelta de 2018) y que también ha logrado triunfos en carreras de una semana. Con su incorporación fortalecemos el equipo de cara al año que viene en las vueltas por etapas». Pero firma por un año aceptando un riesgo menor.
La salida de López de Astana no es tan traumática como podría parecer sobre el papel. Cierto es que pierden al principal vueltómano de la plantilla que poseían después de seis temporadas de exitosa reclación para un equipo creado por y para las citas de una o tres semanas. El «vuelo» de Superman supone un nuevo paso en la confianza en tres corredores que están llamados a ser los pilares en el presente y futuro de los de Alexander Vinokourov. Confiarán en el ruso Aleksandr Vlasov para suplir el espacio dejado por López. El ruso ya ha dado un gran salto de calidad en 2020 y lo pudo demostrar haciéndose con la general de la Tirreno-Adriático y se espera de él que su rendimiento siga aumentado de cara a encabezar el proyecto. Por otro lado, siguen los veteranos Jakob Fuglsang e Ion Izagirre como principales actores notablemente asentados como líderes del equipo celeste en cualquier escenario que se precie y que estarán además bien complementados por la «armada española» de contrastado nivel. Luis León Sánchez, Gorka Izagirre, Omar Fraile, Álex Aranburu, Óscar Rodríguez o la última adquisición del campeón de España sub-23 Javier Romo que sumarán una clase de media-alta de gran sostén para los líderes al lado del resto del engranaje italo-kazajo. Contarán también con el corredor de la casa Alexey Lutsenko, un experto en rescatar victorias y que tendrá mayor liderazgo en pruebas de una semana donde ya destaca en la actualidad. Equipo bien equilibrado y experimentado que deberá afrontar la salida de López como así hicieron en el pasado reciente con solvencia tras las salidas de corredores tan importantes como Contador, Nibali o Aru.
«Superman», la duda en el rendimiento
Con todo, López declaró que estaba satisfecho de su llegada a su nuevo equipo que a buen seguro será protagonista en 2021 de buena parte de las apuestas de ciclismo. «Muy feliz por formar parte de uno de los mejores equipos del ciclismo mundial. Como siempre, daré todo lo mejor de mí para representar al Movistar y a la afición de Colombia de la mejor manera. Siempre ha sido un equipo muy especial para todos los aficionados de mi país y muy importante para el ciclismo de Hispanoamérica», manifestó el colombiano, que en Movistar encontrará a un equipo que ansía recuperar el terreno perdido en grandes vueltas que le otorgó en el pasado reciente otro colombiano, Nairo Quintana, y que ahora busca y desea recuperar ante el desastre en cuanto a lo visto en la temporada 2020. Las dudas, por tanto, residen en el acomodo del corredor para que pueda sentirse importante, trabajo para los directores, y en su propia exigencia personal, puesto que Movistar tendrá que facilitar su adaptación en pos de no repetir otro mal año, López debe comprometerse en dar lo mejor de sí mismo. En ese tira y afloja, deberán encontrar un punto de equilibrio que se antoja, antes de empezar, como el verdadero punto de inicio de un camino lleno de complejidades por resolver.