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Hoogerheide, durante el Mundial de 2014 / © UCI
Quedan apenas dos semanas para que Valkenburg ponga en juego los maillots arcoíris de ciclocross, una cita que en el futuro más cercano acogerán la ciudad danesa de Bogense (2019) y la suiza de Dübendorf (2020). La edición de 2021 no está todavía decidida, pero Oostende (Bélgica) se perfila como la gran favorita a organizar el evento mientras que hoy se ha hecho oficial el interés de Hoogerheide (Países Bajos) por albergar el Mundial de 2022, es decir, cuatro años después del último organizado en ese país.
Jan Prop, presidente del comité organizador del Gran Premio que anualmente se celebra en ese circuito, aseguraba que “nunca hemos escondido que somos muy ambiciosos. Vamos a intentar traer el Mundial a Hoogerheide por tercera vez tras los ya celebrados de 2009 y 2014”.
Hoogerheide es la sede del GP Adrie van der Poel –que lleva cuatro años siendo distinguido como el cross mejor organizado del mundo–, tradicional cierre de la Copa del Mundo, y ya intentó llevarse la cita mundialista de 2020, pero la UCI acabó decantándose por la candidatura de Dübendorf. “Aquel fue un trago amargo”, reconocía Prop que, a la vez, aseguraba que “no supone ningún problema si eso ayuda a la internacionalización del ciclocross”.
Hoogerheide ya cuenta con probada experiencia en la organización de citas mundialistas, por lo que confían en que la cuestión económica no sea un problema. De hecho, han explicado que en 2014, última vez que los maillots arcoíris se repartieron allí, “atrajo más de 60.000 personas generando un impacto económico de 3,9 millones de euros”, algo que ha hecho que el 97% de los vecinos de Hoogerheide hayan mostrado su apoyo a esta nueva candidatura.
Este anuncio se une al también realizado hoy por Australia, que quiere organizar la cita mundialista de carretera en ese mismo 2022.
