El actual campeón del mundo de ciclocross, Wout Van Aert, ya se encuentra en Bogense (Dinamarca) preparando la defensa de su maillot arcoíris y, quién sabe, su asalto al cuarto oro consecutivo en el día más importante de todo el calendario invernal. El belga, columnista habitual del medio, ha analizado para Wielerflits el trazado de Bogense del que asegura que “por los pelos se puede decir que es digno de ser un circuito mundialista”, aunque reconoce que “los organizadores han hecho un buen uso del espacio y los recursos que tenían. La verdad es que no hay muchas más opciones. Está claro que no será el Mundial más difícil de la historia, pero es un circuito digno”.
En cuanto a los puntos clave de ese trazado danés, Van Aert explica que una de las cuestiones más a tener en cuenta nada más darse la salida será el viento. “Si sopla aire lo hará, con casi toda seguridad, desde el mar y, por lo tanto, lo tendremos de cara. En ese caso, no resulta una desventaja no empezar desde la primera fila de la parrilla de salida”, algo que, de confirmarse, podría beneficiar a hombres como Felipe Orts, que arrancarán desde la segunda línea de la parrilla de salida. Por lo demás, el actual campeón del mundo considera que “es una buena zona de salida con poco riesgo de caídas”.
La primera zona complicada del trazado es el doble puente que llevará a los corredores a la zona costera del circuito. Pese a que son dos estructuras artificiales en la que la segunda es algo más empinada que la primera, Van Aert rebaja las expectativas. “No hay que exagerar con esos puentes. Es verdad que hay unos cuantos en el recorrido para poder evitar pasos de agua o dar oportunidades de cruce al público, pero no son tan complicados. Recuerdo, por ejemplo, el que teníamos en la zona central del nacional belga, que tenías que arrancar casi parado. En ese caso sí que proporciona algo más de dureza. Ese no es el caso aquí: la aproximación es larga, por lo que llegas a toda velocidad”.
Tampoco parece preocuparle a Van Aert la posibilidad de que las placas de hielo puedan hacer peligroso el circuito. “Por ahora, se ha rodado poco sobre el circuito, pero eso va a cambiar estos días”. Por ello, no considera que pueda ser peligroso en la curva que desemboca en la primera zona de boxes, aunque reconoce que “sí será importante en tanto y cuanto es la primera curva de herradura del circuito y será muy importante llegar bien colocado porque después cuesta mucho recuperar posiciones”. En cuanto a la propia zona de boxes, el belga considera que “está muy bien. No creo que se pierda mucho tiempo si tienes que cambiar de bicicleta”.
Una de las zonas más reconocibles del trazado danés es, precisamente, la larga recta que deja el mar a la derecha, de la que Van Aert minimiza su importancia. “Queda muy espectacular en la televisión, pero no hay mucho más a destacar en ella. El terreno estará duro, pero podría tomar cierta importancia si sopla el viento ya que podría ser un elemento muy a tener en cuenta en términos de dureza de todo el circuito”.
Una zona que sí presenta cambios respecto de la prueba de la Copa del Mundo celebrada el pasado año en este circuito es la de la ladera. Allí, en la primera subida, se ha instalado ahora un puente que el pasado año no existía. “Sin él, Van der Poel era el único que era capaz de llegar arriba sin bajarse de la bicicleta. Ahora es muy complicado evaluar si la instalación de ese puente lo hace más fácil o más difícil ya que la velocidad con la que se arranque la subida será más baja, pero nos habremos ahorrado un trozo importante en términos de distancia”.
En esta misma zona se afronta una doble subida y bajada que el corredor belga considera que “hace dura la carrera. Si no llueve, se afronta como un sprint corto y explosivo para llegar a la cima sin bajarte de la bicicleta. Si llueve un poco, las bajadas serán muy técnicas. En mi opinión, esta es la parte del circuito que le da sentido al conjunto. Es lo que hará la carrera”.
Pero la ladera seguirá siendo protagonista poco más adelante. Después de pasar por la zona de las tablas y la segunda área de boxes, afrontarán una recta peraltada muy técnica de unos 50 metros de césped que “en principio, deberíamos de poder pasar sin bajar de la bicicleta, pero no será algo que se pueda hacer en cada vuelta. Tampoco si lo tienes que hacer a rueda de un rival. Es una zona realmente importante en la que un pequeño fallo será crucial porque ya estás en el último cuarto del circuito”.
En cuanto a la recta de meta, en caso de que la prueba se decida en ella, Van Aert vuelve a destacar “la importancia del viento. Si sopla aquí, puede pasar de todo. Parece que no, pero cono viento, es una zona mucho más dura de lo que puedas pensar”.