Igual que ocurrió en el Europeo de Gante, Alemania ha sido la dominadora de los Campeonatos del Mundo de pista juniors que terminaron ayer en Frankfurt (Oder), es decir, delante de sus compatriotas que disfrutaron con esas nueve preseas de la selección anfitriona –cinco de oro y cuatro de plata-, muy por encima de Nueva Zelanda –tres oros y una plata-. Gran Bretaña también sobresalió con ocho medallas, aunque ninguna de ella llevase equiparado un ‘arco iris’, por lo que quedó bastante más atrás en el medallero.
En cuanto a España, la actuación más ilusionante en muchos años, traducida en el bronce de Raúl García en la puntuación y la decimotercera posición en el medallero, empatada con otras cuatro naciones, en la última plaza de entre las 22 naciones que se llevaron alguna presea de tierras germanas. No obstante, hay que hacer algunas precisiones y matizaciones sobre los resultados del combinado nacional para no llamarnos a engaños.
Buck Gramcko y Propster, baluartes germanos
El protagonismo alemán tuvo dos ejes. Por un lado, el fondo masculino, donde Alemania no sólo conseguía el triunfo en la persecución por equipos, sino que uno de sus integrantes, Tobias Buck-Gramcko, se llevaba además la persecución individual… y el kilómetro, con esa compatibilidad entre las dos pruebas tan en boga. La cuarteta germana batía el record del mundo, con 3:58.793, después de que en la clasificatoria lo hubiera hecho Francia y que también Rusia estuviese por debajo de los 4 minutos. En este apartado, reseñemos también a Nueva Zelanda, con Laurence Pithie ganando el ómnium y la madison, con Kiian Wats.
En mujeres, Italia volvió a dominar en la persecución por equipos, pero fue el único oro de su balance. Más protagonismo tuvo, por ejemplo, Estados Unidos ganadora del ómnium con Megan Jastrab, que también se impuso en la americana, junto a Zoe Ta-Perez.
El segundo eje alemán radicó en la velocidad femenina, con Alessa-Catriona Propsterllevándose los oros en velocidad y keirin, y la plata en 500 y velocidad por equipos, donde los honores le correspondieron a la francesa Taky Marie Divine Kouamé y a China.
Terminando con las pruebas cortas masculinas, reseñar el doblete del griego Konstantinos Livanos, en velocidad y keirin, aunque la victoria moral de este evento fue para India, con ese histórico triunfo en la velocidad por equipos, en un conjunto comandado por Esow Alben, plata en velocidad y bronce en keirin.
España, en tres niveles
Volviendo con España, la posiblemente mejor actuación en muchos años tiene mucho de ilusionante, pero tampoco es para tirar cohetes y los éxitos de los corredores de la selección deben encuadrarse en tres niveles. Excelente, por ejemplo, ha sido el comportamiento –más que los resultados, que no son nada malos, por otro lado- de un Raúl García que fue con ambición, a jugar a ganador, a campeón, en las dos pruebas en las que compitió, aunque en la puntuación tuviera que conformarse con el bronce y en el scratch, la justa relegación le sacase del podio, siendo el primero en admitir este hecho. En este mismo nivel esperábamos ver a Javi Serrano, pero esta vez solamente aportó destellos de su clase y de su garra en momentos contados del ómnium. Y aunque sé que me repito, ¡qué pena de no haber podido verlos juntos en la madison!
En un segundo escalón tenemos actuaciones como las de Naia Amondarian, quinta en la puntuación, o Ekain Jiménez, séptimo en el kilómetro, notables resultados pero que son los que deberían estar a la orden del día en cualquier presencia de una antigua potencia como España, pero que hemos perdido desde la perspectiva de los discretos resultados de años anteriores y la cuesta abajo que vive esta disciplina en nuestro país. En cualquier caso, los dos vascos son corredores muy a tener en cuenta en los próximos años,especialmente el velocista –con un gran record de 1:02.715- cuyo margen de mejora es muy alto y que está llamando desde ya a probar con la selección absoluta.
Y finalmente otras actuaciones destacadas pero que deben ser contempladas desde el realismo.Por ejemplo, que la cuarteta bata el record y lo deje en 4:11.914 es algo muy loable, pero si pensamos que tres selecciones han estado por debajo de los cuatro minutos, y que no vale ni para estar en el ‘corte’, no nos queda otra solución que pensar en lo mucho que queda por hacer. Por cierto, este año Raúl Mena apostó por trabajar con ellos y se hizo con sólo tres concentraciones. Imaginaros pues, la continuidad que se debe tener para que los frutos se vean y quizá ya pensando en el horizonte de Los Ángeles 2028, porque quizá ya sea tarde para París 2024.
Gravísimas deficiencias comunicativas
Para terminar, no podemos referirnos a las gravísimas deficiencias en materia comunicativa de este Mundial. Por un lado, y es algo que ya he referido en innumerables ocasiones, Veloresults –habitual en los Europeos, pero por primera vez en el lugar de Tissot en un evento UCI- no tiene capacidad técnica para la gestión de resultados en un evento de este calibre, con apariciones y desapariciones inesperadas… y una situación esperada de precariedad incompatible con la labor informativa de los que lo seguimos de lejos (incluso en el mismo velódromo). Por otro, el ‘streaming’ es una práctica siempre deseable, aunque cuando no se sostiene técnicamente, llega a ser desesperante.
Si a eso le unimos la inexistencia de una cuenta oficial de Twitter o Facebook para recoger resultados y fotografías, y que la UCI, tras informar el primer día, tampoco hizo acto de presencia durante el resto del Campeonato, pues no nos queda otra que felicitarnos porque mal que bien todo saliese adelante, aunque nadie se quejará porque la tónica de estos tiempos que nos toca vivir es el todo vale.