Terminado el Mundial de Roubaix, es el momento de hacer balance de lo que ha sido este evento. Por un lado, de forma global, con ese retorno de Alemania a lo más alto del medallero. Pero, por otro, tenemos que centrarnos en lo sucedido con España, que como en Grenchen, se ha ido de vacío, por mucho que haya algunos destellos… que de forma repetitiva se califican, como poco, como ‘grandes’, desde la Federación, aunque la realidad sea muy distinta. Tristemente distinta.
Hay que remontarse al 2012 para no encontrar a uno de nuestros corredores en las fotos del podio. Y si en aquella ocasión era por el nivel en un evento preolímpico, en esta ocasión las razones son muy distintas, pero básicamente por la ‘caída libre’ en la que se encuentra nuestro ciclismo, especialmente el de pista, aunque no sea la única disciplina afectada. Y no es culpa ni de corredores, ni de técnicos: con el esquema federativo actual, cualquiera que venga está condenado a esta situación, que más que de fracaso podría definirse como mediocridad.
Como sucedió en el Europeo, la ausencia de Albert Torres y el mal momento de Sebastián Mora, al que se le han juntado muchos factores físicos y anímicos que han negativizado su rendimiento, y que deberían tenerse en cuenta antes de condenarle, han sido claves para esta ausencia de protagonismo. Aun así, el castellonense tiró de casta para intentar hacer algo en una puntuación en la que obtuvo el mejor puesto conseguido por un español, cuarto, pero que, por un lado, en ningún momento dio la impresión de poder convertir en una medalla. Un cuarto puesto menos apreciado que el quinto de Erik Martorell en el ómnium, por una simple razón, por el coraje que le echó el chaval y por lo que supone de experiencia ilusionante que necesita nuestro ciclismo.
Eso sí, de ahí a calificar la actuación de deslumbrante como hizo una Federación a la que solo le vale magnificar lo normalito para paliar su fracaso como entidad, va un mundo. Y mal se va por ese camino de intentar justificar con calificativos lo injustificable en lo deportivo. Actuaciones como las de Martorell las protagonizaban a menudo los ciclistas españoles en buena parte de las pruebas no hace muchos años. Pero el mal trato hacia la pista está acabando con ellas, para que nos parezca excepcional lo que es simplemente infrecuente. De todas formas, no está mal que nos ilusionemos con el catalán, aunque necesitemos algunos más como él que deben ‘recuperarse’ de la carretera, algo que no se han preocupado por hacer en los últimos años, y hacia donde se fueron por la falta de perspectivas en los velódromos. Y no es momento como para pensar en jubilar a Torres y a Mora, que todavía tienen mucho que ofrecer y enseñar, aunque su rol en la selección debe ser otro.
Pero no hay muchos más resultados. Alejandro Martínez sigue creciendo como kilometrista y de nuevo se metió en una final, en este caso mundialista, por lo que sería el momento de pensar si no puede cambiar su puesto en una velocidad por equipos que languidece y que no encuentra ningún aliciente para reverdecer viejos laureles. Y en el fondo femenino, hay que precisar muy bien con qué mimbres se quiere contar… y que quede claro para todo el mundo, porque los puntos de vista son cada vez más divergentes y pueda malograrse el trabajo que se empezó con Tania Calvo y Eukene Larrarte, al que hay que sumar, no restar ni dividir.
De todas formas, esto no es sino una reflexión sobre lo sucedido en Roubaix… y un punto de partida sobre lo que analizaremos con más detalle: la triste realidad del ciclismo en pista en España.
19 octubre. Definitivamente Sebastián Mora será quien compita en el ómnium, una vez que se ha realizado la inscripción oficial por parte de la selección española para el Mundial, que se disputa a partir de mañana en Roubaix. El castellonense también competirá en puntuación y scratch, mientras que la pareja de madison estará integrada por Erik Martorell e Illart Zuazubiskar.
En féminas, la entrada de Ziortza Isasi supondrá el ajuste de algunas pruebas respecto al Europeo, destacando la composición de la madison en la que la vizcaína será la compañera de Eukene Larrarte.
Hombres
- Velocidad por equipos: Alejandro Martínez, Juan Peralta y Ekain Jiménez
- Velocidad: Juan Peralta
- Keirin: Alejandro Martínez
- Kilómetro: Alejandro Martínez
- Persecución: Erik Martorell
- Eliminación: Erik Martorell
- Scratch: Sebastián Mora
- Puntuación: Sebastián Mora
- Omnium: Sebastián Mora
- Madison: Erik Martorell e Illart Zuazubiskar
Mujeres
- Velocidad: Helena Casas
- Keirin: Helena Casas
- 500 metros: Helena Casas
- Persecución: Tania Calvo
- Eliminación: Eukene Larrarte
- Scratch: Tania Calvo
- Puntuación: Ziortza Isasi
- Omnium: Eukene Larrarte
- Madison: Ziortza Isasi y Eukene Larrarte
18 octubre. Seis hombres y cuatro mujeres compondrán la selección española que participará esta semana en el Mundial de Roubaix (Francia), entre el miércoles 20 y el jueves 24 y que hoy emprende viaje hacia tierras galas.
Una selección que definitivamente no participará en las persecuciones masculina ni femenina, pese a que la cuarteta de hombres estuvo entrenando esta semana esta disciplina en Valencia, y en la que se destaca el regreso de Juan Peralta tras sus problemas lumbares, “aunque sigo teniendo días buenos y días no tan buenos” y la inclusión de Illart Zuazubiskar y Ziortza Isasi respecto a los integrantes de la selección en el reciente Europeo, los velocistas Helena Casas, Ekain Jiménez y Alejandro Martínez y los fondistas Tania Calvo, Eukene Larrarte, Erik Martorell y Sebastián Mora, todos ellos confirmados para el Mundial.
En cuanto a la asignación de pruebas, los planes iniciales del seleccionador, Juan Martínez Oliver, pueden verse variados por el estado físico de algunos corredores y sobre otras consideraciones técnicas, por lo que hasta mañana en la reunión técnica y la confirmación de participantes no se conocerá la participación definitiva por pruebas.